Experiencia Sónar

Experiencia Sónar

Por Inda Jani

Artículos | Por DJ Mag Latinoamérica | 02 de julio de 2018

Jueves

Jueves de introducción intensiva al Sonar 2018. Entramos al predio del Sónar Día, por primera vez,  a eso de las 4 de la tarde. Avanzamos por el predio que ofrece una estimulación sonora y visual impactante. Es necesaria una adaptación al festival ya que suceden tantas cosas al mismo tiempo que no querés perderte nada. Cuando logramos ubicarnos, nos topamos con con el escenario Sonar Village que se encuentra a aire libre, donde más tarde veremos a la vocalista y productora Kathy Yaeji Lee añadiendo ejercicios vocales y rítmicos a las pistas, dejando al público en llamas, y al gran Laurent Garnier cerrando el primer día, dejando a todos con las manos arriba bailando sin descanso.

 

No solo te encontrás con música en este festival, también con propuestas artísticas y tecnológicas. En el Level 0 experimentamos “The Zero Gravity Band”, una instalación 360° que disfrutás acostado en el piso, mientras arriba de tu cabeza pasa un mundo sin gravedad con sonidos traídos de otro planeta. Es muy interesante el contraste que propone este festival ya que, en cuestión de segundos, estás en el mainstage bailando con un sonido que te atraviesa la mente y, a unos pasos de distancia, llegás al silencio y a la reflexión en una instalación. Lo mismo genera el juego que proponen con el día y la noche y lo hermoso de toparse en “Despacio” a James Murphy y 2ManyDJs, en un sector que está completamente en penumbras, dónde sólo el reflejo de algunas máquinas ochentonas y una bola de boliche evitan que te golpees a cualquier persona  cerca de ti o que puedas divisar la cabina.

 

“Es muy interesante el contraste que propone este festival ya que, en cuestión de segundos, estás en el mainstage bailando con un sonido que te atraviesa la mente y, a unos pasos de distancia, llegás al silencio y a la reflexión en una instalación.”

 

Salimos de allí con las pupilas confundidas entre luz y oscuridad y nos volvemos a meter en otro sector que genera esa idea de noche pero con más juegos de luces y un escenario bien iluminado. Ahí está Tony Humphries -¡a solo tres metros nuestro!- y, detrás, todo el público bailando su set housero. Del house al trash metal trap, encontramos, en el sector Sónar XS, al pop de Cyber, un trío islandés con vocales y coreografías delirantes que capta nuestra atención. Toda esta estimulación y estos sectores permiten que elijas cuáles son los momentos para bailar y cuáles son los ideales para sentarse a comer en la zona de food trucks. Terminamos deseando que empiece el segundo día para comenzar nuevamente la aventura musical y ver que propuestas nos seducen.

 

Viernes

 

Luego de una buena noche de sueño recuperador, comienza el día dos para Inda Jani en el Sónar. Ya familiarizadas con el predio, sabemos movernos como pez en el agua. Observamos el particular y cool ambiente fashion del público. Mucha camisa superpoblada de estampas que incluyen hojas tropicales, animales salvajes y noventosos patchworks. Zapatillas deportivas -cuanto más grandes y plasticosas mejor- y shorts con medias a la mitad de la pierna. Mucho glitter en las caras, anteojos pequeños al mejor estilo Kate Moss y, por supuesto, riñoneras que completan el look de todos.

 

 

“Da la sensación de estar viviendo un sueño colectivo.”

 

Nos encontramos a las argentinas Ibiza Pareo en el Sónar XS metiendo beats potentes que nos llevan al baile en VHS de inmediato. De ahí, decidimos hacer la fila, larga pero completamente justificada, para entrar al Sonar 360° by MEDIAPRO, otra instalación aún más grande que te rodea de imágenes que generan tensión y que, realmente, te llevan a otro mundo. Entregadas y acostadas en el piso junto a muchos espectadores, da la sensación de estar viviendo un sueño colectivo. De ahí, partimos a refrescarnos al VIP, donde recargamos nuestras pulseras cashless y nos encontramos con Richie Hawtin, leyenda total, maestro e inspirador de muchos colegas. Claramente, le pedimos un “photo, please” y él, amablemente, accede, porque es lo más.

 

 

Ya en el Sonnar Village, vemos a Kampire, DJ y escritora ugandesa que nos transporta, a todos los que estamos allí, al Congo, al son de ritmos africanos. Es imposible no mover la cadera con esta chica. Mr Eazi nos muestra su música Banku, con mucha percusión y mezclas de hip hop occidental. Son ellos los que le calientan la pista a Diplo, quien cambia completamente de sonido y cierra el Village con todos sus hits populares y su característica arenga al público, micrófono  mediante. Antes de que termine Diplo, corremos al bus que nos lleva al otro predio.

 

 

Sonar de Noche transucrre en un centro de convenciones gigante que podés caminarlo, recorrerlo por horas, y seguir encontrando nuevas cosas para ver o escuchar. Al llegar, nos detenemos a ver, en Sonar Club, al main act de la fecha: Gorillaz. Nos cuesta describir la perfección de su show. En cuanto a lo visual, claramente, impecable. Dinámico, brillante, con participaciones de actores como Jack Black en los videos. Todo lo que vemos es sinónimo de talento y creatividad, y demuestra realmente quienes son. La gente canta y baila al ritmo de estos artistas que generan, más que un show, una película en la que todos somos participes.

 

 

“De un sonido a otro, del techno y house de Bicep al EDM popero de Diplo, quien vuelve a presentarse por la noche recargado, podemos experimentar casi doce horas de diferentes propuestas musicales.”

 

Terminado el show, comenzamos la recorrida por el Sonar Car, donde DJ Harvey hace su set de funk y house de 6 horas, a 120 bpm. Fuera de ahí, y te encontrás con una pista de autos chocadores llena de neón, donde todos nos disponemos a ser chicos, entre baile y baile. Después, llega Bonobo que, en formato live, nos cambia el funk por un pop melódico lleno de sensibilidad musical.

 

De un sonido a otro, del techno y house de Bicep al EDM popero de Diplo, quien vuelve a presentarse por la noche recargado, podemos experimentar casi doce horas de diferentes propuestas musicales y visuales en un festival que se lleva todos premios y los aplausos. ¡Siga el baile!

 

 

Sábado

¡Tres días de música y nuestro cuerpo quiere más! Llegamos y vemos al dúo de DJs con base en Estocolmo, Jarami, con los cuales nos sentimos identificadas como DJs. Porque son un dúo  -eso es obvio- pero, también, ¡por su versatilidad musical! Pasan del funk y deep house hasta Sophie Tucker. Ya en las pistas comenzamos a ver caras conocidas, a saludar a la gente con la que hemos bailado o con quien comentamos algo los días anteriores. Todo ya es familiar, como si fuera el parque de tu casa pero con mucho más parlantes y variedad en el menú. Esa es nuestra sensación en el predio de día.

 

 

Nos habían recomendado ver a a la argentina afincada en Madrid, Nathy Peluso, pero la cantidad de gente el el XS nos deja afuera. Podemos escuchar su potente voz y su música trapera y urbana que el público acompaña sin perderse en la letra. Es impresionante la convocatoria de esta chica. ¡Bravo! Sumamos un poco de folk e indie live con Maribou State en el Sónar Village para luego pasar a 2ManyDJs, quienes pasan de la oscuridad de Despacio al aire libre, con atardecer y nubes rosas, donde hacen mover a todos con su set. Son la cereza final del festival de Sónar Día. Una vez más, corremos al bus que nos lleva al Forum, en donde se realiza el Sónar Noche.

 

 

Al entrar, ya está LCD Soundsystem, uno de lo highlights de la noche y, creemos, también, de nuestras vidas. Con una puesta en escena que incluye una gigante bola de boliche que nos ilumina a todos, generando un ambiente de disco pero en cámara lenta, los músicos parecen enredados entre cables y sintetizadores. James Murphy y su voz inigualable estan allí, dándolo todo. Nos cautiva tanto la sensibilidad del show que casi nos olvidamos de registrarlo con nuestros teléfonos. El clima se pone aún más hermoso cuando empieza “Someone Great” del álbum “Sound of Silver” y todo el público emocionado canta junto a James.

 

 

“Al entrar, ya está LCD Soundsystem, uno de lo highlights de la noche y, creemos, también, de nuestras vidas.”

 

Como si todo esto fuera poco, llega Thom Yorke, en el mismo escenario que Murphy, para rematar la fantástica mística de esta fecha. Se presenta en formato live junto a Nugel Goodrich y Tarik Barri y encontramos varias cosas para destacar. Primero, las visuales que cambiaban en cada track generan una especialidad casi arquitectónica. Por veces, geométrica y, otras, dan sensación de acuarelas coloridas y felices, conectando cada imagen en relación a la intensidad de cada tema. Su voz es impecable y sus movimientos, atrapantes. El público mira la performance con una actitud de veneración ante un ídolo. La gente se abraza. Algunos cantan, otros sólo miran. Para ese momento, no cabe ni un alfiler y todas las miradas estan puestas en el líder de Radiohead.

 

 

Luego de esto, pasamos al espectáculo CLOSE que brinda Richie Hawtin en el cual su figura está en medio del escenario. Lo rodea el humo y juega con la pantalla de luz cálida detrás de él, generando una mística cinematográfica. En las pantallas, se ven claramente sus manos y se aprecia todo lo que hace, casi como si estuvieras allí mismo arriba de él. Y con él terminamos nuestra experiencia.

 

Todo esto es lo que podemos transmitir con palabras de lo que pasé en este festival que superó todas nuestras expectativas y nos mostró mil posibilidades de ser artistas. Fue una experiencia inolvidable y muy inspiradora para nosotras. Sin dudas, ¡el año que viene volveremos a ir!