Sven Väth: “Yo amo el vinilo y quiero tener siempre ese contacto físico”

Sven Väth: “Yo amo el vinilo y quiero tener siempre ese contacto físico”

Por primera vez, el artista acepto hablar para Colombia y hacer un recuento de su historia con la música electrónica, el Valle de Aburrá, la Oficina de Envigado y cómo le explica a su hijo ser uno de los dioses del techno.

Artículos | Por Mauricio Atencia | 21 de noviembre de 2018

Sven Väth, quien se crió en Obertshausen, Alemania y a quien se le conoce como el papá alemán del techno, es de esos artistas que, con sólo poner su nombre en Google, se puede leer lo que ha hecho como artista. Con más de cuatro décadas detrás de la música, se ha encargado a lo largo de los años de desarrollar nuevas formas narrativas de la música, ya sea mediante clubes, temáticas de fiestas, agrupaciones y alter egos como solista en los que llevar la música a diferentes rincones del mundo ha sido su principal objetivo.

Sven Väth mide aproximadamente 1.70 metros de estatura, tiene 54 años de edad, unos ojos azul claro que se ocultan detrás de sus permanentes gafas color negro, una pequeña barba que refleja su madurez y un estado físico admirable que no es fácil de mantener con todo su historial como cantante, DJ y productor. Él, quien ha girado alrededor del mundo, regresó a Medellín por tercera vez con el fin de llevar a cabo su emblemática fiesta que ha cautivado a la escena electrónica europea –especialmente, a Ibiza. Sí, se trata de las fiestas Cocoon, la cual llegó por primera vez a Medellín bajo el nombre “Cocoon in the Garden” con amigos cercanos como Dana Ruh, Popof e Ilario Alicante. Después de conocer la ciudad durante el 2006 y catalogarla en su celebración de 50 años como una de las mejores fiestas de su vida, el alemán, finalmente, aceptó hablar por primera vez para la región colombiana y recibirnos 40 minutos antes de subirse al escenario y reflejar la visión de lo que representa Cocoon como fiesta a nivel global.

“Un placer conocerte”, son las primeras palabras que cruzamos todos cuando nos encontramos en el backstage, luego de una espontánea sonrisa en la que nos presentamos. Con una postura calmada y pocas personas alrededor, Sven nos deja entrever cómo Tiga, su hijo, se roba el fondo de pantalla de su celular para saber a qué hora hemos comenzado la entrevista.

Son las 8:05 p.m. y, mientras este amante de Michael Jackson se sirve un poco de Coca Cola y deja claro su amor por “Billie Jean”, toma aliento y nos adelanta, antes de empezar la entrevista, que la línea de bajo de la canción tiene un buen groove y es fantástica para mezclar. Con una postura bastante calmada, mostrando esa sonrisa que embelesa a los ravers cuando coge un vinilo en el escenario y lo levanta hacia el público como si fuera la famosa escena de El Rey León, nos deja claro que todo esta bien para empezar su confesión y contarnos su historia con Colombia.

 

¿Cómo se siente estar otra vez en Colombia?

“Bueno, ya había estado aquí el año pasado, y estábamos viendo este espacio con Manolo. Él me mostró el espacio y quedé impresionado. Y él me dijo: ‘Deberíamos pensar y considerar hacer algo aquí’. Hablamos de ello y, por supuesto, estaba entusiasmado por realizar aquí Cocoon, en el Orquideorama del Jardín Botánico.”

 

¿Y sólo lo planean hacer una vez o será algo que se repetirá en el futuro?

“Bueno, esta es nuestra primera edición y, por supuesto, queremos continuar haciéndolo cada año aquí, en Medellín. No sé cómo será la situación aquí en Sudamérica pero ya habíamos hecho shows de Cocoon en otros países pero este es nuestro primer festival, una especie de boutique con un solo stage, música de calidad y nuestro propio diseño de escenario. Trajimos nuestro propio grupo visual desde Portugal y ellos hicieron todo el diseño con nosotros. Además, tenemos a Dana, que es una artista de Cocoon, Popof e Ilario, lo que representa un line up fuerte de Cocoon y, como hemos podido ver, ha habido muy buena energía.”

 

¿Piensas que Medellín encaja dentro de la filosofía de las fiestas de Cocoon?

“Si piensas en el Jardín Botánico y en Cocoon como un capullo, es una metamorfosis. Y nuestro diseño del escenario tiene que ver con membranas y elementos que salen del capullo; elementos y formas orgánicas que, con el jardín y su hermosa arquitectura, hacen una mezcla perfecta.”

 

¿Cómo sientes que ha cambiado Medellín desde que viniste por primera vez en el 2006?

“No sé en realidad qué ha cambiado pero veo que la escena techno es grande. ¡El público ha crecido. Lo percibí el año pasado tocando al lado de Dubfire en Plaza Mayor, a comparación de cuando toqué aquí con Richie Hawtin hace años, que era un club pequeño. ¡Hace diez años! Luego, pasó mucho tiempo hasta que volví. .Toqué en Bogotá varias veces y ahora estoy volviendo aquí. Es fantástico porque siento que la ciudad y sus vibras están viviendo una buena transformación. Más, si piensas en la historia que tiene esta ciudad, con todo lo que tiene que ver con violencia y el crimen. Ahora, veo que la ciudad se ha transformado y es más moderna, hay muy buenos restaurantes y las calles se ven bien, frescas. Creo que es una muy buena vibra para la música techno. Siento que todo va en una muy buena dirección.”

 

¿Con qué noción te has devuelto a Alemania luego de tocar aquí en Medellín en 2017?

“Bueno, el hecho de que las personas amen tanto la música… La esencia con la que volví fue ‘¡wow! Está sucediendo. Colombia ama al techno, aman nuestro estilo y aman bailar’. Algo que es esencial para nuestra música…”

 

“El asunto es que con la llegada de Netflix y esos programas sobre el cartel de Medellín me hizo pensar en que, mierda, yo estuve en la mitad de todo eso.”

 

Y con respecto a nuestro pasado violento, ¿sentiste eso la primera vez que viniste aquí? ¿Fue una preocupación para ti cuando viniste?

“La verdad, no. Podías sentir que había personas en la parte de atrás del club que eran los patrocinadores de la fiesta, eran los que invitaban a las personas a celebrar una noche de techno. Debo decirte que no estaba seguro cuando estábamos tocando, si este club era un club profesional o si solo servía el propósito de ser un lugar de diversión para estas personas que te mencioné anteriormente pero nos divertimos mucho esa noche. Y, luego, cuando tuvimos ese legendario after, eso fue algo un poco distinto porque fue una experiencia nueva para Richie, para mí y mis amigos. La fiesta fue en una hacienda en la mitad de la selva y vimos en las paredes huecos de disparos. Cuando la fiesta empezó, las personas que llegaron allí eran gangsters serios con sus barbies (risas). Y eso fue una experiencia especial. Bastante especial.”

 

¿Y sabías que así sería la experiencia?

“No, fue demasiado espontáneo y lo que resultó siendo fue un after de ‘techno cartel’ (risas). Pero bueno, debo decir que todos fueron muy amables conmigo, aunque haya visto armas de fuego en las mesas. Incluso, tenía a un hombre con una metralleta detrás de mí y yo pensaba: ‘What the fuck?’. Y, sí, fue toda una experiencia. En un momento tuve que irme porque, claro, debía seguir viajando, pero bueno, dejo una impresión muy grande en mi acerca de Medellín. El asunto es que con la llegada de Netflix y esos programas sobre el cartel de Medellín me hizo pensar en que, mierda, yo estuve en la mitad de todo eso. (Risas)”

 

¿Así que luego supiste que estabas con la Oficina de Envigado?

“Sí, claro. Luego, conocí la historia de Medellín, Envigado y el legado, pero nunca estuve conectado con estas personas. Y, claro, estas personas también aman el techno, ¿sabes? El techno es música para todos. Pero, sí, fue una experiencia muy interesante. Richie y yo hablamos luego de ello. Pero como les digo, cuando volví el año pasado, tuve una experiencia muy distinta… Muy profesional con un buen espacio, un buen escenario y fue como: ‘¡Wow! Las cosas han cambiado’.”

 

Sven Vath

 

Ahora, cuéntame un poco acerca de tu cambio de ser cantante pop con el proyecto Off a ser DJ.

“La verdad es que ya era un DJ. Empecé con unos colegas DJs a experimentar con un pequeño estudio en casa y a grabar cosas. Empezamos con máquinas de percusión y grabando nuestros tracks, con líneas de bajo, esto y lo otro. Y en el año ’85, nació el primer proyecto 16bit y, posteriormente, Off.  Estábamos en el estudio y se me ocurrió esta idea de ‘Electrica Salsa’ y nos convertimos en un gran hit. Y, en muy poco tiempo, me volví una gran estrella pop en los ochentas, siendo el N°1 en Italia, en España, en Holanda, Alemania, muchos otros lugares. Estuve en la TV pero continué pinchando, algo que no fue fácil, pero lo hice. Y estaba grabando dos álbumes, ‘Organization For Fun’ y, posteriormente, ‘Ask Yourself’. Y, en ese momento, tuve que lidiar con compañías de discos, managers, esto y lo otro y, no lo sé, luego del segundo álbum dije ‘no más’. Pensé que, para mí, ese no era el momento.”

 

 

“Cuando empezamos con esta música, que se llamaba electro pop, en el año ’84 u ‘85, era justo el comienzo de la música house. Además, había una gran ola de música industrial de Bélgica, Inglaterra y Alemania. Y, en 1998, decidí abrir mi propio club, Omen, en Frankfurt. Y, antes de eso, yo pinchaba discos en el mejor club disco tech que se llamaba Dorian Gray, cerca del aeropuerto de Frankfurt. En ese periodo comencé a tocar música un poco más industrial e independiente, mezclada con house. Entonces, para mí, también fue un reto comenzar a tocar este tipo de música en espacios más comerciales. También fui inspirado por otras grandes bandas como Front 242, Nitzer Ebb, Split Second y Anne Clark, y luego vino la ola de techno de Detroit y Chicago con el techno y house. Y me pareció interesante mezclar ambas cosas entre estos dos estilos. Y eso fue lo que hicimos en Frankfurt, cuando abrí mi club. Allí trabajaba con dos colegas míos y no era claro, al principio, qué dirección íbamos a tomar musicalmente porque, en ese entonces, había también una fuerte ola de hip hop, con Public Enemy, NWA, y otros géneros interesantes. Así que fue un tiempo raro en el ’88. Y, luego, para el ’89, llegó una nueva ola de música: el acid house. Ese fue el momento en el que dije: ‘¡Ok! Ahí está mi llamada. ¡Debo seguirla!’. Decidí que mis noches en el club Omen serían estrictamente techno y house, así que esa también fue la razón por la que detuve mi proyecto Off y dije: ‘Quiero producir y quiero empezar de nuevo, desde otra plataforma’. Ahí, comencé con mi sello Eye Q y Hearthouse, y también un label de ambient llamado Recycle or Die. Luego, comencé con el proyecto de Barbarella del cual nació ‘The art of Dance’ -1992-, el cual fue el primer álbum en Eye Q. Y, después, comencé a producir con Matthias Hoffmann y ese fue el momento, a principios de los noventas, que fui a India -tenía una casa en India- y me quedé mucho tiempo allí. Y me dejé inspirar por las personas. Había muchos hippies y ellos llegaron a mi hablándome del sonido de Frankfurt. Fue gracioso porque nunca antes había estado allí y ya celebraban esta nueva música que no sabíamos que escuchaban allí.”

 

“A veces camino con Tiga en la playa en Ibiza, y las personas me gritan: ‘Oye, ¡Papá Sven!, ¡Papá Sven!’, y Tiga levanta su mirada hacía mí y me pregunta: ‘Papá, ¿por qué te llaman Papá?’. Y debo explicarle: ‘No, no es lo que piensas’.”

 

“Y ese fue el tiempo en que Love Parade comenzó y la gran escena rave empezó. Y, de allí en mas, todo siguió adelante. Produje muchos álbumes pero como Sven Väth y en algunos tracks no cantaba, pero si hablaba en un tipo de modo. Era un tiempo distinto porque en esa época aún estaba vendiendo discos, tenía un contrato y tenía que cumplirlo. Y, si firmaba con un sello discográfico, como lo hice con Virgin Records o Warner Records, no firmaba un contrato para realizar un álbum sino tres álbumes, y tenía que trabajar en ello. Ese fue mi tiempo de producción. De escribir letras pero en una forma distinta, no con el fin de crear un gusto pop como lo hice con Off.”

 

Y acerca de esta persona que has ido construyendo en los años, ¿cómo lo ve tu hijo Tiga? ¿Ve a ese gran personaje o sólo te ve a ti como una persona normal?

“A veces camino con Tiga en la playa en Ibiza, y las personas me gritan: ‘Oye, ¡Papá Sven!, ¡Papá Sven!’, y Tiga levanta su mirada hacía mí y me pregunta: ‘Papá, ¿por qué te llaman Papá?’. Y debo explicarle: ‘No, no es lo que piensas’ (risas). Y bueno, he tenido a Tiga conmigo en algunas fiestas, como Love Family Park y Awakenings, en Holanda. Él me ve tocar y ahora entiende lo que hago, porque ya tiene ocho años. Ve conmigo los videos de las fiestas y me dice: ‘Oh, papá, trabajas mucho, viajas mucho’.”

 

¿Y lo disfruta? ¿Ves que quiere seguir tu camino?

“Es muy joven para eso. Él ama el deporte, ama los animales y, por supuesto, cuando pongo tracks en casa o tocó en las tornamesas, a él le gusta y baila conmigo. Ahora le he comprado un buen teclado porque de verdad le gusta el piano, le gusta tocar y le gusta aprender sobre la música. Él me dijo: ‘Papá, quiero tener un piano’, y le dije: ‘Te daré un teclado y puedes tocar con algunos loops de ritmo’. Y eso es lo que hace ahora pero no lo presionaré para nada. Yo tengo una gran colección de discos y él lo sabe. Le dije: ‘Vendrá un día en el que querrás saber y yo te enseñaré, y esto es todo tuyo’.”

 

Viéndolo a él y a las nuevas generaciones que llenan las pistas de baile, ¿cómo te sientes al respecto? ¿Cómo las ves teniendo en cuenta que ya estás envejeciendo?

“Para mí, la edad no es un limitante porque envejecer es algo que hacemos todos. Es natural. Nacemos para morir. Me veo a mí mismo como alguien privilegiado y feliz de tener esta vida porque encontré a muy temprana edad -a los 16 años- lo que quería hacer con mi vida y ya tenía este fuego dentro de mí: la música y, luego, el DJing. Desde ese entonces hasta ahora, he hecho lo mío. Siempre he sido muy leal a mi estilo, a mi música, como también a mi actuación, siempre muy minimalista: dos tornamesas y un mixer, con eso es suficiente. Estos son mis instrumentos. Y, en cuanto a la música, yo dejo que hable por mí en las bandejas. Amo mezclar mis discos y sentir la energía que produce hacerlo. Yo me veo a mí mismo y muchos dirán que soy old school pero, de alguna manera, si bien tocar vinilos es old school, la música que toco es nueva. No estoy tocando música vieja. Estoy tocando constantemente nueva música y tocar en vinilos siempre ha sido, para mí, lo mejor. Cuando comenzó esta nueva generación tecnológica de Traktor, Final Scratch y todo eso, vi que Richie Hawtin lo apoyaba mucho y siempre quería mejorar dicha tecnología pero yo no estaba impresionado. Yo amo el vinilo y siempre quiero tener ese contacto físico. Y, hoy en día, miro a las nuevas generaciones pero me gusta tener el filtro de tocar sólo en vinilo y no estoy escuchando lanzamientos digitales. No estoy interesado en playlists, no estoy pendiente de los charts que sacan los DJs. De estas cosas no me dejo manipular porque, simplemente, no me importa. Yo tengo mi música y hago mi propia selección y en dicho acto está mi gusto personal, mi firma, la cual las personas pueden escuchar y reconocen, lo cual no sucede o escuchan con otros DJs. El problema con las generaciones más jóvenes es que, para ellos, el acceso es más fácil a la música. Es muy fácil consumir música, descargar música y su problema es no saber mezclar la música. Para ellos, sólo es presionar un botón y todo está sincronizado. Ellos no saben cómo mezclar, ellos no saben escarbar por vinilos y crear una vibra distinta tocando vinilos desde el principio hasta el final de la noche. Lo que yo veo es que volverse DJ hoy es el sueño, porque lo que las personas aman es vivir la vida de DJ, vivir la vida de una estrella pero sin tener un mensaje para compartir. Todos tocan igual. Es como si fuese un trabajo, sin esencia, sin alma… No veo muchos talentos. No quiero decir que no haya, porque los hay, pero veo que hay mucha manipulación detrás de ellos: agencias de bookings empujando DJs por todos lados, incluso DJs jóvenes con mánagers. ¿Para qué? ¿Para qué? Las cosas han cambiado, definitivamente.”

 

Piensas, entonces, ¿que la cultura rave ha perdido un poco su alma y su energía?

“Yo no diría eso. No, en muchos campos se ha vuelto mainstream. En muchas ciudades y países se está perdiendo la cultura del club. Hoy en día, todo se trata de grandes eventos, grandes escenarios y el techno no nació en un gran escenario. Nació en los clubs, ¿sabes? Éramos chicos de club y queríamos estar en clubs llenos de sudor, en la oscuridad, con luces de neón. No un show gigante y estrambótico. Esa no era nuestra intención. Hoy en día, las nuevas generaciones desconocen la cultural del club y ya sólo hablan de ir a este festival o a este otro festival, o este evento o el otro, y ya no apoyan a los clubs. Y los DJs de hoy en día se han vuelto DJs de eventos, tocando dos horas y nada más, con música para alzar las manos y nada más. Ya nadie cuenta una historia o algo así. Y eso está cambiando. No está cambiando como lo dices porque aún hay una necesidad de la cultura rave, porque el techno es aún más popular, sobre todo en Sudamérica, y pienso que el EDM está perdiendo su popularidad. Porque las personas que dos o tres años antes querían sólo EDM, ahora entienden un poco más la música electrónica, y entienden el techno, y quieren escuchar techno. Entonces, pienso que está volviendo a cambiar.”

 

“Hoy en día todo se trata de grandes eventos, grandes escenarios, y el techno no nació en un gran escenario. Nació en los clubs, ¿sabes? Éramos chicos de clubs y queríamos estar en clubs llenos de sudor, en la oscuridad, con luces de neón. No un show gigante y estrambótico. Esa no era nuestra intención.”

 

Escuchando lo que acabas de decir, ¿piensas que la cultura rave se ha vuelto una industria de entretenimiento?

“Sí, por supuesto. Es una industria de billones de dólares. Lo puedes ver en lugares como Tomorrowland y otros festivales a nivel mundial. Ya no hablamos de gastos menores sino de DJs ganando millones de dólares. Mira lo que está sucediendo en Las Vegas. Por ejemplo, Tiësto, Calvin Harris y personajes ganando millones y siendo los súper estrellas pop de nuestro tiempo. Para mí, lo que ellos tocan es mainstream, música mainstream, pop, pero yo no veo en nuestra escena rave a la escena techno en peligro. Por supuesto, a veces estamos más del lado izquierdo o del lado derecho, por así decirlo, pero yo intento siempre hacer una diferencia y por eso estoy feliz de poder presentar Cocoon aquí en Medellín, y no presentarme en un festival donde en un escenario está David Guetta y en el otro, Steve Aoki. Eso ya no me gusta. Es momento de una separación. Antes, había grandes festivales y distintos escenarios en los cuales se veían diferentes géneros pero las personas se están cansando de esto. Ya sólo quieren escuchar la música que les gusta, sin tener que pagar tanto dinero por una entrada a un evento para un solo DJ.”

 

¿Y por qué crees que se ha vuelto una industria?

“Por los celulares. Estos son los culpables de toda la mierda que está sucediendo actualmente (risas). Antes sólo estabas concentrado en la música, en el ambiente, en tomarte unas cervezas con tus amigos y pasar un buen rato. Ahora tienes que estar pendiente de todo, viviendo la fiesta a través del celular, revisando todo, dándole me gusta a todo, revisando, revisando (risas). ¡Es terrible!”

 

¿Piensas, entonces, que la cultura rave necesita a más chicos rebeldes y rabiosos como eras tú en el pasado?

“Digamos que no era rabioso. Simplemente, era un rebelde en el sentido positivo de la palabra porque quería pelear por la música, por el mensaje que había en la música, y quería mostrar que había una diferencia entre lo mainstream y lo underground. Sólo luché por la música, por bailar y por dejarnos ir con esta música minimalista que es lo que es. Y probablemente es muy difícil inventarse algo nuevo hoy. Géneros como el dubstep fueron interesantes y productores como Skrillex propusieron algo nuevo pero, a la final, nada le gana al techno (risas). Con el bajo, el kick, los hi-hats, lo que bailas no es simplemente música, sino que se vuelve algo más espiritual, y te da la posibilidad de estar en un estado mental especial. Y con el techno, eso se puede lograr: profundizar más en ese estado mental y especial. Lo que quiero decir es que no puedes inventar la música rock otra vez, ni el hip hop, ni el soul, ni el techno, pero lo que puedes hacer es crear nuevas interpretaciones de esta música, como el conductor de música clásica. Lo que le puedes dar a las personas es tu propia interpretación. Entonces, ahora, con las nuevas generaciones, de lo que se trata es que nos muestren su forma de interpretar y entender la música techno. Este es el camino por el que vamos, y hay que estar atentos a nuevos artistas que quieran dar algo nuevo, y estar dispuesto a buscarlos y escucharlos. Pienso que Alemania todavía es un país en el cual están sucediendo muchas cosas buenas musicalmente hablando. Hay artistas como Dixon, DJ Koze y sellos que hacen buenos lanzamientos de techno y house.”

 

¿Por qué piensas que el techno sigue hablándole a las nuevas generaciones?

“Porque es auténtico. Porque es un género que se mantiene real, que refleja la sociedad, y las nuevas generaciones ven esto, y quieren esa autenticidad.”

 

Fotos: Daniel Woeller.

Entrevista realizada por Mauricio Atencia y Juan Restrepo.