El ascenso de Bandcamp

El ascenso de Bandcamp

La plataforma de distribución le da pelea a los gigantes del streaming…

Artículos | Por DJ Mag Latinoamérica | 06 de mayo de 2020

A medida que se desarrolla la conversación sobre cómo los artistas pueden capitalizar mejor esta economía del streaming, muchos músicos y sellos se están moviendo hacia plataformas de distribución más independientes, vendiendo su música y aumentando sus bases de fanáticos con un mayor control sobre su producción y sus finanzas. DJ Mag revisa más de cerca lo que ocurre con Bandcamp, una de las plataformas más prometedoras que, durante esta cuarentena por el COVID-19, ha sabido adaptarse de la mejor manera, permitiendo a los artistas utilizar la plataforma para financiar lo que serán, probablemente, los meses más complicados de su carrera.

El pesimismo relacionado a la industria de la música suele aparecer fácilmente. Las noticias de clubes nocturnos y sellos discográficos que cierran son comunes, y las plataformas de streaming discuten en los tribunales por su derecho a exprimir a los artistas, productores y compositores por cada centavo que puedan. Muchos artistas y sellos argumentan que los algoritmos en el streaming son engañosos, y los creadores sienten que están cayendo en las garras de la despiadada industria.

En medio de este panorama, Bandcamp aparece como un faro de esperanza: una plataforma comercialmente viable que expone cómo puede operar un servicio de música de una manera más saludable. Fundado en 2008 por un grupo de desarrolladores de software, el ethos de Bandcamp es el control artístico y la autonomía de los creadores, en un entorno empresarial donde ambos conceptos suelen ser escasos. El sitio web ofrece a los artistas su propia tienda para vender su música en formatos físicos y digitales y, a su vez, una plataforma periodística para contar su historia.

Alex Koenig produce música como Nmesh y es un usuario activo de Bandcamp. Lleva adelante seis cuentas en el sitio, una para cada uno de sus alias. «Recuerdo haber visto aparecer el nombre cada vez más en la comunidad musical, a principios de esta década», dice, «así que, cuando entendí lo atrasado que estaba respecto a contar con mi catálogo online, me lo llevé todo a Bandcamp. Tengo un control casi total de cómo quiero ejecutar mi tienda online: establecer mis propios precios, mis opciones de preventa, los costos de envío… Las posibilidades de personalización son una gran ventaja.»

Que el sitio pueda funcionar como un archivo discográfico y un mercado internacional es algo muy atractivo para Koenig. «Subí diez años de música que nunca antes había estado disponible digitalmente», explica. “Comencé a ver algo de dinero real y mi exceso de CDs finalmente empezó a desaparecer pero, lo más importante, es que pude hacer que una década de trabajo nunca antes escuchada estuviera disponible para los oídos de todo el mundo.»

Tanto Bandcamp como el sistema de transacciones Paypal reciben una porción de cada venta procesada a través del sitio, aproximadamente un 20% del total, mientras que el «propietario de los derechos de la música» -ya sea una combinación de artista, productor, sello y distribuidor, o simplemente el artista de forma independiente- se lleva el otro 80%.

Este sistema contrasta con otros servicios. Cuando se vende un mp3 en iTunes por un dolar, el 50% de ese dolar se paga inmediatamente a Apple y, después de los recortes adicionales para sellos, compañías de distribución y créditos de composición, las regalías del artista podrían ser de menos del 5%. Bandcamp permite a los artistas eludir a los intermediarios tradicionales de los sellos y las compañías de distribución, creando, promoviendo y distribuyendo su música a una audiencia global con total independencia.

Bergsonist es una artista independiente que usa Bandcamp. «Una vez que tienes muchos seguidores, Bandcamp es muy útil», asegura. «No necesitas ningún comunicado de prensa o publicidad vacía para respaldar los lanzamientos. Definitivamente, es un modelo que debería inspirar a otras personas a crear formas alternativas para distribuir música. Siempre pongo mis lanzamientos en 10 dólares», dice, aclarando cómo ajusta los controles de precios a sus preferencias. «Después de los recortes de Bandcamp y PayPal, creo que es un precio razonable. Debido a que tiendo a ver a mis álbumes como unidades enteras, me encanta tener la opción de no permitir que la gente compre las canciones de forma individual. También, me encanta que Bandcamp notifique automáticamente a todos tus seguidores, lo cual creo que es asombroso. Básicamente, actúa como un boletín informativo. Si tu producto es bueno y tienes una base de seguidores, entonces no necesitas preocuparte.»

No solo los artistas como Bergsonist y Koenig se están beneficiando de los sistemas autónomos de Bandcamp. Los sellos discográficos también lo están. Tom Lea es el fundador de Local Action, uno de los primeros sellos independientes del Reino Unido en integrar Bandcamp a su modelo de negocios. «A finales de 2014, cuando lanzamos el álbum debut de Yamaneko, probamos Bandcamp por primera vez, porque escuchamos que era una buena opción para la música digital», dice Lea.

“Ganó unas 1000 libras en Bandcamp después de, quizás, seis semanas. Pensé: ‘Esto no solo nos está haciendo ganar más dinero a nosotros y a nuestros artistas sino que, además, estamos obteniendo los ingresos de inmediato y no tenemos que esperar meses para que los distribuidores digitales se acuerden de nosotros. Eso fue una verdadera revelación. A finales de 2014, hicimos un esfuerzo para impulsar Bandcamp como nuestra plataforma principal, junto a Apple y Spotify.»

Lea había estado buscando formas de reducir los costos de distribución física, en un momento en que el streaming y las ventas digitales estaban superando las formas tradicionales de consumo de música. «En el 2013, todavía éramos una plataforma con presencia física, enfocada en el vinilo», explica. “Como muchos sellos, estábamos vendiendo menos discos en las tiendas, en ese entonces. Cuando empezamos el sello, hacías 500 discos y envíabas 50 a Phonica, 50 a Boomkat, 50 a Juno, lo que sea… Luego, esperabas vender todo y volver a hacer nuevos vinilos. Siempre tuve curiosidad por saber cómo podía llevar ese servicio dentro de la empresa. Le dije a nuestro distribuidor que íbamos a quedarnos con los 50 discos de Slackk para venderlos directamente. Fue un éxito. Los vendimos a 9 libras, en lugar de las 3.50 que te quedaban después de que el distribuidor y la tienda se lleven su parte, y nos estaba dando una línea directa de contacto con los fans que no teníamos antes.»

Bandcamp

La línea directa entre el artista o el sello y los usuarios es una conveniente medida para reducir costos y establecer un sistema de comunicación accesible. Bergsonist compara Bandcamp con un «boletín informativo» para atraer y hacer crecer fandoms, y aumentar los ingresos sin comprometer la autenticidad. «El modelo ‘directo al fan’ no desaparecerá pronto», dice Lea. “Nuestros artistas más vendidos, Dawn Richard y Lena Raine, tienen grandes números dentro de Bandcamp. Lena, en particular, ha construido un grupo de seguidores de Bandcamp realmente dedicado. Hemos ganado más dinero a través de Bandcamp que a través de las tiendas con Lena. Priorizar Bandcamp y la distribución directa, probablemente, ha sido la mejor decisión para nuestras cuentas y para la viabilidad financiera del sello.»

A medida que Bandcamp fue creciendo y atrayendo a más artistas del underground, surgió una nueva preocupación: ¿cómo filtrar adecuadamente el servicio para asegurarse de que los artistas de calidad obtengan la cobertura que se merecen? Algunas formas de cobertura han surgido orgánicamente. Aidan Hanratty dirige Bandcloud, un resumen semanal de sus favoritos de música electrónica y ambient underground lanzados en Bandcamp y Soundcloud.

«Hace un par de años twitteé un link a algo en Bandcamp», dice Hanratty, «un amigo mío me dijo que debía crear un boletín para compartir links, y eso fue todo. Configuré una bandeja de entrada de Gmail y, una vez que me di cuenta de que la gente estaba realmente interesada y no era algo que iba a morir, configuré una cuenta de Mailchimp y he estado trabajando con eso desde entonces. Cumplió cinco años en enero de este año, y publiqué una compilación para celebrarlo.»

Tanto como proveedor de contenidos y como fanático, Hanratty aprecia la democratización del consumo de música que ofrece Bandcamp; y el hecho de poder ver no solo lo que tus amigos han comprado y están escuchando, sino también otros artistas y sellos. Esto abre un universo de música para que Hanratty descubra, disfrute y comparta a través de Bandcloud. «Puedes obtener un resumen de lo que la gente que sigues ha comprado», dice entusiasmado. «Recibes un correo electrónico con lo que están comprando, ya sean amigos o grandes DJs, como Palms Trax, por ejemplo. No siempre es algo nuevo, puede que haya una canción vieja que compraron, y eso te lleva a otro plano.»

En 2016, Bandcamp lanzó su brazo editorial para complementar sus ventas, Bandcamp Daily, que publica artículos que promocionan algunos de los artistas y escenas locales del sitio. Jes Skolnik, editor de Bandcamp Daily, viene del mundo «hágalo usted mismo» propio del punk, por lo que entiende lo crucial que es para los artistas tener una plataforma.

“Desde el principio”, dice Skolnik, “la misión siempre fue brindar una mirada a la profundidad y la amplitud de la música en Bandcamp desde la perspectiva humana, no de los algoritmos. Un descubrimiento, de la forma en que uno encontraría las cosas en una tienda de discos gigante. La cantidad de buena música a la que tenemos acceso en la era del streaming es inmensa», continúa. «Es más fácil que nunca grabar y distribuir música, pero es muy difícil que salga a la luz.»

Skolnik enfatiza que el objetivo de Bandcamp no se trata de promover artistas a expensas de los sellos o los distribuidores, sino de proveer un fuerte espacio digital para las comunidades existentes del underground. «No se trata de eludir el sistema tradicional sino mantener un sistema ‘hágalo usted mismo’ que siempre existió, incluyendo a los sellos», dice Skolnik.

“Creo que el modelo de Bandcamp también beneficia a los artistas que usan sellos, ya que les ayuda a sentirse conectados con sus fanáticos sin pasar los límites. La forma en que los artistas interactúan con sus fans en Twitter puede ser algo estresante para todos. Mientras que al recibir un pequeño correo electrónico personal de un artista que te dice que vendrá a tu ciudad, existe esa conexión pero sin la posibilidad de abuso.»

Con esta democratización del terreno aparece el desafío al status quo de los gigantes del streaming. «Más allá de que el modelo de Spotify no sea lo que elegiría por razones personales y políticas, lo considero más como la radio. Ocupa el mismo espacio que la radio ocupó siempre, y creo que Bandcamp y otras soluciones como estas son más parecidas a las tiendas de discos independientes. Con suerte, en una economía saludable, habrá muchas formas viables de hacerlo”, explica Skolnik. «La preocupación llega cuando todo se convierte en un sistema de monopolización.»

Hanratty considera que «podríamos terminar contando con dos tipos de audiencias: la audiencia que quiere poseer la música e involucrarse y la audiencia que está contenta con la conveniencia de las plataformas de streaming». Le preocupa que el monopolio del streaming por suscripción pueda alienar a los fans que no pueden pagar o no tienen interés en darle dinero a estas compañías.

«Ayer recibí el comunicado de un álbum y los links eran solo de Spotify y Apple Music», dice. “No me estoy quejando del streaming. Bandcloud tiene acceso a los links de Bandcamp todo el tiempo. Pero esas son cosas para las que no necesitas tener una suscripción o una app específica. Creo que, si no tienes Spotify, es probable que te quedes afuera. La industria se está orientando hacia las suscripciones». Pone el foco en el dominio de los servicios de streaming no solo por dejar afuera a otras plataformas sino por normalizar el concepto de no poseer música. «No me gusta no tener música», dice. «Si miras Netflix, ese programa de TV que estás viendo podría ser retirado del servicio. ¿Qué puede evitar que eso suceda con Spotify o Apple Music?»

Bandcamp

Koenig está de acuerdo en que «los oyentes utilizan el streaming por conveniencia», pero desconfía de que la industria de la música termine por cansarse de los interminables casos judiciales y simplemente acepte las prácticas miserables del streaming. «El problema es», dice, «los artistas nunca podrán renunciar a sus trabajos diarios si solo dependieran de los pagos por streaming. Si ese es el futuro, todos debemos comenzar a cambiar nuestros comunicados de prensa por currículums profesionales.»

El temor de que el streaming pueda desplazar a la propiedad es comprensible, pero el éxito de Bandcamp prevé un futuro alternativo. En febrero de 2018, el sitio anunció que 600 mil artistas habían vendido algo a través del sitio, con pagos a artistas que excedían los 270 millones de dólares. El crecimiento de Bandcamp tiene su reflejo en otros sitios de descargas como Beatport, cuyos ingresos han ido en ascenso en los últimos tres años.

En parte gracias al resurgimiento del vinilo, que aún se mantiene, el mercado sugiere, por un lado, un regreso hacia la propiedad de la música; pero el streaming es más fuerte que nunca, con Spotify llegando a los 130 millones de usuarios pagos y Apple Music empezando a superar a la compañía líder en varias métricas. Todo sugiere que, simplemente, existe una audiencia que consume mas música en todas sus formas pero, ¿estas dos figuras se mantendrán a lo largo del tiempo o finalmente una logrará imponerse sobre la otra?

Aún más preocupante es cómo el streaming afecta nuestra relación instintiva con la música. Los servicios de transmisión, sin exigir atención o pensamientos por parte del oyente, podrían cambiar radicalmente la forma en que escuchamos música. Revalorizándola como ruido de fondo que procesamos pasivamente, un consumo de conveniencia.

El mayor perdedor de todo esto no es el oyente, sino el artista, cuyo arte se ve afectado. Bandcamp, en su pequeña medida, ofrece un antídoto para esto: fanáticos que remuneran a sus artistas favoritos no solo por el valor de su producto sino por la resonancia y el significado de su arte. La organización declaró en septiembre pasado que el 40% de los fanáticos pagan por encima del precio mínimo por los lanzamientos.

«Si estoy teniendo un día particularmente malo», dice Skolnik, «miro la portada de Bandcamp para ver con qué frecuencia la gente da más de lo que piden los artistas. Ocurre con mucha más frecuencia de lo que esperarías. La gente piensa ‘Me importa este músico, me importa su música, quiero poner un par de dólares más en su bolsillo’. Defiende la idea de que el arte tiene valor», afirma Skolnik. «Y, si amas y disfrutas algo, debes compensar a ese artista de manera justa. En Bandcamp vemos personas que invierten en música, y es increíblemente alentador.»

Traducción del artículo original «The rise and rise of Bandcamp» escrito por Kieran Devlin en DJ Mag.