Mykka: Abarca y aprieta

Mykka: Abarca y aprieta

La DJ y productora argentina crece en todos los planos en los que se lo propone.

Artículos | Por Hernan Pandelo | 08 de julio de 2020

Un nuevo encuentro vía zoom en plena cuarentena. Esta vez, con la ascendente Mykka, la joven integrante del MUEVA Squad que ha sabido combinar de una manera muy particular su pasión por el underground electrónico y la música bass y el corriente de trap mainstream que ha inundado la cultura popular argentina en los últimos años.

Productora de éxitos que superan los cientos de millones de reproducciones en plataformas digitales, se ha mantenido fiel a su pasión, obligándose a no dejar de lado sus producciones y presentaciones ligadas al bass en todas sus formas. A pesar de ser joven, lleva años de experiencia y ha conseguido presentarse en espacios del primer orden mundial como el EDC y Lollapalooza. Viviendo en la Zona Norte del conurbano bonaerense, atiende la llamada cuando se acerca una tormenta. “Está bastante feo. Yo tengo el auto guardado, por las dudas”, nos dice con una sonrisa. Nos metemos en una interesante charla con una artista que no se pone límites a la hora de hacer música, abarca todo lo que puede y cada vez le va mejor.

¿Cómo estás viviendo esta cuarentena?

“Bien, como se puede. Uno se levanta y no sabe bien qué va a pasar, y te agarran unos sentimientos que no sabés que son. Al principio, pensaba que te daban una fecha para volver a la normalidad y podía ser pero, ahora, no hay mucho para proyectar. Igual, el método de trabajo no cambia…”

De eso queríamos hablar. Salió “Drops” hace algunas semanas… ¿Ese tema está hecho en cuarentena o antes? ¿Cómo fue la decisión de lanzarlo igual en este momento?

“Ese tema lo hicimos una semana antes de que se haga la cuarentena obligatoria. Grabamos la parte de trap, la intro, y dijimos ‘quizás, lo dejamos así’, pero después Artix me preguntó si quería hacer una especie de remix. Lo hice yo, se lo mandé, él lo retocó y se lo mandamos a Omar –Varela-, así estamos todos. ¡Y lo sacamos!”

Hay dos costados que conviven en tu carrera: el de productora de trap y el de DJ y productora de bass Music. Si bien tienen mucho en común, son dos corrientes que van por separado. ¿Lo sentís así?

“Sí, totalmente. Yo pensé que cuando me iba al trap era algo distinto. De chica, antes de escuchar electrónica, yo escuchaba hip hop y desde siempre fueron mis dos caras. Como que, aunque no lo sepa, en el dubstep que yo hacía antes de conocer el trap, estaban las influencias del hip hop. Y cuando volví a Red Bull, pude entender que había un montón de cosas que ya venían de antes. Me gusta mezclar muchos géneros así que me sirvió ir por la rama del trap para sumar cosas a la electrónica, y al revés también.”

¿Sentís que pudiste aprovechar este boom del trap que ya lleva varios años por estar en el lugar correcto?  

“No sé, fue algo muy raro. Cuando empezamos a hacer trap todavía no había nada.”

Hablemos de esos inicios. Fue algo que surgió con tus compañeros de escuela, ¿verdad?

“Sí, tuvo que ver con mis compañeros de colegio. Yo quería hacer un dubstep con rap. Quería que rapeen y hacer una parte con un drop, algo parecido a la canción ‘Drops’, en ese momento. Y lo hicimos. Vino Omar a mi casa y nos contaron que ellos hacían trap con type beats y que no había productores, que se grababan ellos mismos con cosas de baja calidad. No había producción de por medio, usaban un video que era todo plano y ellos rapeaban encima y lo que salía, lo sacaban. Y a la gente eso le estaba gustando y dijimos ‘lo podemos hacer mejor’. Y lo intentamos. Al principio, pensamos en hacer un trap más electrónico. No es tan sacado pero tiene sus cosas más duras. Y subimos un primer tema, como los que veníamos sacando de electrónica, y llegó a un millón de reproducciones.”

¿Y qué pasó?

“Y, en ese momento, un millón era un montón. Ahora, subieron los números. Los parámetros son otros. Pero yo nunca caí con todas esas cosas. Pasó un millón y pensás que vas a reaccionar gritando y, la verdad, no lo entendés. Y ya cuando sacamos los otros temas y todos pasaron el millón… O cuando recibí mi primer pago, que no era mucho, fue algo increíble. Que me hayan pagado por hacer música fue muy loco.”

Y ahí ya existía Mueva…

“Si, con música electrónica. Yo ya era parte de Mueva y Omar también. Hacíamos dubstep. En Mueva hubo antes un compilado y, si te fijás, ahí salieron muchos productores que hoy en día están en lo que la gente llamaría ‘la competencia’. Y todos venimos del mismo lado. Todos salimos de Mueva.”

Mykka

Y, en relación con la escena electrónica nacional, más general, el bass es un nicho bastante más pequeño…

“Sí, totalmente. Si alguien hace dubstep, lo conocés. En su momento, cuando teníamos el grupo de Facebook ‘Dubstep Argentina’, nos conocíamos todos y nos hablábamos entre todos. Por eso, los productores que venían de esa rama, nos conocemos entre todos, aunque estemos en otros lugares.”

El grupo que conociste, tus conocimientos de producción y hasta la reproducción de tus tracks, todo tuvo que ver con internet… La relación de tu carrera con internet es muy fuerte.

“Si. Incluso, las primeras herramientas de producción me las descargué gracias a internet, obviamente. ¡Muchas cosas! A todos los productores los conocí por ese grupo. El hecho de ver a otra gente que está en la misma que vos, te da motivación para seguir. Nos conocimos todos de muy chicos.”

Y el millón de reproducciones quedó rápidamente atrás y conseguiste muchas otras cosas. Por ejemplo, tocaste en el EDC de México, algo que tiene que ver con tu costado más DJ…

“Si, que es el costado que más me interesa, la verdad.”

“No quiero tener el nombre de

¿Te sentís más DJ de bass music que productora de trap?

“Si, eso fue algo secundario. Es lo que siempre quise hacer. Y, en un punto, la idea de seguir la senda del trap fue para abrir un nuevo costado y volver con más contactos y experiencia, y volver al dubstep. No quiero tener el nombre de beatmaker sino de productora. No anhelo ser beatmaker. Me gusta, pero no es mi máximo objetivo. Hay gente que sí quiere, ese es su deseo y quiere hacer hits, y está bien también.”

Es una herramienta para desarrollar tu carrera, y sirve como exposición…

“Totalmente. Eso me encanta. La sensación, apenas empezamos, es escuchar tu música que viene de un auto a todo volumen fue muy fuerte. Esa fue una de las cosas que me hizo dar cuenta. Cuando uno planea quizás no sale y, cuando menos te lo esperas, pasa.”

Y acá estamos hablando del lado de la producción… La parte del DJing, ¿cómo se desarrolló?

“La primera fecha que tuve fue a los 15 años en una matinée. Muchos productores reconocidos de hoy en día me fueron a ver. Es muy gracioso. Con DJ Stuart de Red Bull Argentina hemos compartido fechas y fue esa confirmación de que nos encontramos en el trap pero teníamos la misma raíz. Empecé a tocar porque era algo necesario cuando hacés música electrónica, porque tus shows son tocando. De chica me compré un controlador Numark y hacía eso para entretenerme todo el día. Era todo producir y tocar.”

¿Y te acordás de ese primer show? ¿Qué sonaba?

“Mucho dubstep. Me acuerdo que puse ‘Tetris’ de Doctor P. Seguramente, puse alguno de Skrillex. Puse un tema de Bar9 que se llama ‘Midnight’ y me había llevado mi hermano a tocar. El tema tenía unas vocales medio sexies, y fue algo medio incómodo. Me la jugué, ¡pero era un temazo!”

Y con el DJing llegó el EDC México… ¿Cómo fue esa experiencia?

“Cuando Omar me dijo que estaba viendo si nos íbamos a tocar en el EDC, me lo tomé muy tranquila. Yo trato de no emocionarme con ese tipo de noticias hasta que estoy ahí. El mismo día, ni siquiera una hora antes. Cuando estoy arriba del escenario, ahí me cae todo. Ahí es cuando se te aflojan las piernas y decís ‘¡no lo puedo creer!’. Ahí pensás un montón de cosas. Te ponés a pensar en las posibilidades de que pase eso y es muy loco. Tiene que ser todo perfecto.”

“Cuando estoy arriba del escenario, ahí me cae todo. Ahí es cuando se te aflojan las piernas y decís ‘¡no lo puedo creer!’.”

¿Te exigís mucho?

“Si, quizás veo que algo me sale mal en el momento y me pongo muy mal. Es algo que voy trabajando pero, al principio, me salía algo mal en el set y se me notaba en la cara. Después te das cuenta que la gente no suele darse cuenta de esos pequeños errores.”

También tocaste en otros festivales como el Lollapalooza… ¿Cambia un poco la exposición después de tocar en estos grandes festivales?

“Si, después del EDC me di cuenta que me siguieron mucho los seguidores. Y con Red Bull pasó mucho eso. En Red Bull me dan mucha exposición. Una vez fui a Cuba con Red Bull, a una semana de productores, mostré el tema que había hecho y todos se quedaron impresionados. Era ‘Loca’. Y venían y me decían ‘no tenía idea que habías hecho este tema’. Muchos se sorprendieron. Al día de hoy, hay un montón de gente que no sabe que compuse esa canción.”

Esa canción fue un boom. Fue una de las responsables del trap en Argentina… ¿Cómo fue esa repercusión?

“Fue algo muy espontáneo. Khea lo escribió rápido, no se pensó mucho el flow. Pusimos esto por acá, lo otro por allá, y quedó. La melodía la escribí sin escucharla en el piano roll del FL. Le di play y quedó esa melodía. Fue instintivo. Cuando lo escuchábamos, ya sentíamos que era algo que iba a tener mucha fuerza, que era por ahí la cosa.”

¿Qué tan orgullosa estás de ese tema?

“Sí, obvio. A veces, ver todo lo que pasó y dónde están los artistas con los que empezamos, te da la pauta de que algo hicimos bien. Fueron los primeros temas. Siento orgullo de lo que pasó, lo que hicimos, y siento que vamos a volver a hacerlo.”

¿Quién escucha la música que hacés?

“Al principio no teníamos ni idea quién lo iba a escuchar, ni nada. Por ejemplo, hay un tema medio vergonzoso que dice ‘la codeína’ y fue un fuerte. Ese tema lo escuchaban nenes de nueve años y, en un punto, nos dimos cuenta que no era la idea esa. La realidad es que nadie tomaba eso. Solo era de moda. Y al no ser yo directamente la que daba el mensaje, porque yo solo hacía la música, no me sentía parte pero me empecé a sentir un poco responsable. Y ahí se empezó a hablar de otras cosas. Se suavizó el mensaje, me parece.”

“Si trabajo con un artista que tiene una letra que considero que no está bien y que está mandando un mensaje que no va, tengo la obligación de decírselo.”

¿Sentís que con el desarrollo de tu carrera te volviste más responsable?

“Es difícil. Si trabajo con un artista que tiene una letra que considero que no está bien y que está mandando un mensaje que no va, tengo la obligación de decírselo. A veces, se dan cuenta y me dicen que no está bueno. Lo vemos entre varias personas. Lo armamos y lo revisamos. Tenemos más responsabilidad, más exposición. Después, con la electrónica, hago cosas más raras. Trato de meterle un mensaje siempre. Algo para concientizar. Siempre quise hacer eso con el dubstep, lo cual es muy raro. Tengo un tema que habla de un sacerdote pedófilo y tiene un drop lleno de bronca. Soy muy de los sentimientos. Le presto mucha atención al mensaje.”

Sobre todo en el trap, las letras de las canciones suelen abordar temáticas bastante fuertes. Está bueno que quieras cambiar eso…

“Sí, totalmente. Mi trap ideal sería hablando de otras cosas pero también son ellos los artistas que lograron todo eso y yo no lo voy a discutir. Una gran parte del éxito es del artista y quizás yo hago algo como quiero hacerlo y no lo escuche nadie.”

¿Creés que en el futuro el género puede desarrollar algo así?

“Sí, yo creo que levemente se está yendo para ahí. Al menos, lo que hacemos nosotros. Esta bueno que haya varias opciones. La música tiene que evolucionar, como todo.”

Para cerrar, ¿qué estás haciendo en estos días?

“Produciendo un poco de electrónica. Haciendo unas bases… Estoy empezando a cantar un poco, probando. También, haciendo algo de house, un house medio raro porque vengo del dubstep. Me divierto. Tengo muchos temas para sacar. Los estoy ordenando.”