Existe un amor especial entre Buenos Aires y la música electrónica. La porteña es una de las escenas más efervescentes del mundo, apegada a los ritmos novedosos que dj’s emanan desde cabinas tanto en eventos masivos como en pequeños reductos. Las tres jornadas del Emergentech, el espacio de tecnología y música electrónica del Festival Ciudad Emergente 2021, fue una muestra cabal de ese romance en el que grandes y jóvenes coparon la majestuosa Casa Carlos de San Telmo durante el último fin de semana XXL.

Los jardines del palacio fueron la locación perfecta para exquisitos shows audiovisuales producidos por Artlab, la plataforma de creatividad digital que se lució con un despliegue que cualquier dj soñaría a la hora de presentar sus creaciones frente al público. Los presentes oscilaron las jornadas del festival -todas con aforo completo- entre las dos pistas al aire libre montadas con ingenio. Como un péndulo, los curiosos bailarines pasaban del stage central coronado con una envolvente pantalla LED curva de 12 metros de largo, hacia el lado B del patio, resignificado con instalaciones lumínicas verticales y estímulos brillantes a espaldas de los artistas. 

Uno de los platos fuertes del evento fue el bautismo en público de Forma, el nuevo proyecto de Juan Hansen, ese experimentado frontman de creaciones originales en vivo con instrumentos y voces. También se destacaron Sol Ortega y Violett, artistas con más recorrido que varios del resto de los dj´s del festival. Ambas acompañaron el concepto de la convocatoria y desandaron caminos experimentales por fuera de sus clásicas performances. Como el título de la propuesta cultural lo remarcaba desde la invitación, lo emergente fue una constante en las cabinas, con Damian Levensohn, Anita B Queen, Las Olas y Barrio Lindo como números atractivos para la multitud que bailó sin separación de vallas ni corralitos. Jonh Cosani fue el encargado de regar con progressive a la heterogenea muchedumbre y Carlos Sorín tuvo en sus manos el cierre de un dinámico festival que dejó a todos contentos. 

La propuesta no fue solo musical. Todos los salones de la casa de calle Carlos Calvo fueron intervenidos por instalaciones y muestras de arte digital: pantallas, diseños, muestras fotográficas interactivas y escenas surrealistas generadas por la tecnología y la iluminación, que formaron un combo perfecto de entretenimiento para los que decidieron quedarse en la ciudad durante el fin de semana largo.