Guy Mantzur activó su torbellino musical en Río en el cierre de su gira Argentina

Guy Mantzur activó su torbellino musical en Río en el cierre de su gira Argentina

El israelí culminó su taquillero paso por nuestro país con un demoledor show en Río, el clásico ciclo de los domingos porteños que regresó a su formato prepandemico. El público festejó la nueva normalidad a puro baile y diversión.  

Artículos | Por Rodrigo Mendez | 26 de octubre de 2021

Desde hace rato que Guy Mantzur es sinónimo de fiesta y exquisitez musical. Sus poderosos sets hechizan a multitudes que terminan rendidas a los pies de la cabina en magnéticas noches de progresive house. Tres presentaciones al hilo le bastaron al calvo DJ y productor para renovar su romance con Argentina y poner un nuevo sello en el pasaporte de las grandes noches de nuestro país.

El punto final de su tour argento ocurrió en Punta Carrasco, a centímetros del Río de la Plata y en medio de una templada noche primaveral. Su cuento musical, milimétricamente planeado, metió y sacó de la hipnosis a cientos de jóvenes envueltos en un potente torbellino de groove. El debut del viernes en Mandarine Park había resultado un tanto accidentado por la lluvia y Mantzur pareció tomarse revancha para despedirse de su querida Buenos Aires con una arrolladora presentación.

Tracks como “Inner Tension” de Black Circle y “Nostaw” de Gullen & Anders estiraron al límite de lo comprensible por la mente humana sonidos que incluyeron cascabeles musicales, disparos laser y explosiones disruptivas. Fiel a sus raíces, Guy liberó olas hebreas a todo volumen que chocaron de frente contra la marea del Rio de la Plata mimetizándose en goce y pasos libres de baile.

Luego del multitudinario paso por Rosario 24 horas antes, la energía positiva de la música de Guy Mantzur sucedió al warm up de Marcelo Vasami, quien contuvo inquieta a la muchedumbre que pareció saber lo que se avecinaba: el regreso a las grandes ligas del baile sin distanciamientos con un DJ internacional de primer nivel dispuesto a dejar todo en las bandejas a cambio de aplausos y reverencias.