La oferta de eventos electrónicos en la costa atlántica sigue siendo muy variada en este verano, con espectáculos de calidad en las ciudades más convocantes. De antemano, la PM en Villa Gesell era uno de los puntos fuertes de la agenda, y la propuesta no defraudó. Mariano Mellino hizo bailar a una multitud en el mítico Pueblo Limite y sus fanáticos disfrutaron de una velada con mucho progressive nacional.
Como el nombre de la fiesta lo indica, la cita comenzó de día con el openning de Tinga, seguido por el warm up de Folgar. Los dos artistas se abren paso en el potente colectivo de músicos de nuestro país que se vuelcan al progressive house, con buenos resultados en cada una de sus presentaciones. Luego de un breve intervalo, el amo y señor de la noche tomó los controles para convidar pizcas de su menú cada vez más sofisticado.
Debajo de la cabina lo esperaban cientos de jóvenes deseosos de bailar, inmersos en ese viaje planetario al que Mellino los tiene acostumbrados. Desde temprano se vieron en el predio muñecos de aliens, haciendo juego con eso de Marciano en vez de Mariano. Parado sobre la oferta de galaxias musicales plasmadas en sus set’s, sus seguidores lucían también estampillas de San Mellino, como otra muestra más de profunda devoción sin límites.
Punto a destacar, el paulatino vuelco que Mellino está teniendo hacia el techno melódico, la suba de bpm’s y cierto ritmo oscuro de música más ligera. Exquisitos tracks movedizos como Higher ground de Against all odds y Reinforce de Dellucht sirvieron de base para el descontrol de danzas y emociones que se vivieron en la noche del pasado sábado. Pasión y exactitud, en un set sin fisuras y directo al corazón. Como el marciano ya nos tiene acostumbrados.