Ácido Pantera: electrónica colombiana a otro nivel

Ácido Pantera: electrónica colombiana a otro nivel

Hablamos con el grupo luego de su experiencia debut en Glastonbury.

Artículos | Por Mauricio Atencia | 06 de marzo de 2020

Juan Correal y Diego Sierra son las mentes maestras detrás de Ácido Pantera, un dúo de productores musicales con sede en Bogotá que mezclan ritmos locales con sintetizadores y otras herramientas electrónicas, dando como resultado una explosiva creación musical para la pista de baile entre cumbia colombiana, mexicana y diferentes sub géneros electrónicos.

Caracterizados por llevar a la pista de baile sus enérgicos beats entre melodías ácidas y tropicales acompañadas por vocales y mensajes compuestos por el mismo dúo, han conseguido presentarse en grandes eventos como Estéreo Picnic, Garden Rave, Mysticland (Colombia), Vive Latino y Latinoamérica 360 de México, entre otros.

El año pasado, Juan y Diego tuvieron el placer de llevar su fusión musical a países europeos, pasando por festivales como Glastonbury en Inglaterra, Superparty en Camboyau Studios Wild en Francia, y el Nordkette Wetterleuchten Festival en Austria, por mencionar algunos.

Aprovechando su pasado debut en el festival La Solar de Medellín, platicamos con ellos para saber por qué su música cada vez esta abriendo nuevas puertas para las fusiones de nuevos ritmos sonoros acompañados por la música electrónica.

Empecemos hablando de fusión. Su música es una mezcla entre la cumbia mexicana y colombiana. ¿Qué le aporta cada una a la otra y por qué vieron viable crear un lazo entre ambos estilos musicales?

“Definitivamente, la cumbia mexicana viene de la colombiana. Es una versión que han hecho ellos y la han llevado a otros lugares; un lugar más tribal o más rebajado, pero esa mezcla de la cumbia que realmente viene de los tambores y del sonido tradicional es lo que nosotros buscamos poner sobre la electrónica porque nos fascina el género, al igual que las fiestas. Además, la cultura electrónica en Colombia crece cada vez más pero, para nosotros, lo más importante es qué le aporta Colombia a la cultura electrónica y de qué manera nosotros podemos también exportar un sonido para que en Berlín digan: ‘Uy, hay una movida colombiana que esta chingona’. Es ahí donde nosotros empezamos a escarbar en nuestra cultura, en nuestra música y en nuestras raíces hasta llegar a otros que son parte de la cumbia. Puede haber mapalé, merecumbé y música del pacifico. Cuando nosotros cogemos esto y lo fusionamos con el sonido de la electrónica, los aparatos, los sintetizadores, es donde se crea esa bomba con la cual nosotros hemos estado girando mucho por Europa, en festivales super lejanos y la gente dice: ‘Wow, lo conozco. Es nuevo, pero es extraño y que diferente suena esto’. Entonces es ahí donde esta esa mezcla que nos da esa personalidad latina de la electrónica.”

En términos de fusión, ustedes crearon un lazo con la música electrónica. ¿Cómo fue enfrentarse a que la gente muchas veces no entendiera su propuesta?

“Sí, al final, lo que realmente frena el desarrollo de los géneros es esa gente radical porque el techno se inventó hace 30 años y pretender ser un purista al otro lado del mundo, no tiene mucho sentido. Realmente, la electrónica y las raíces musicales, al ser música repetitiva o música de trance, se parecen mucho más de lo que uno cree. Entonces, cuando nosotros hacemos toda esta electrónica con estos timbres que no tienen allá, termina siendo un poco como hablar el lenguaje de ellos, pero con acento. Entonces le entienden a uno, pero es diferente a lo que están acostumbrados a oír.”

 

¿Cómo fue avanzar sobre esta mezcla de cumbia y electrónica?

“Lo complicado es que como no hay mucha gente que lo esté haciendo, entonces tampoco hay mucho referente. Siempre que queremos inspirarnos en una canción, es complicado porque no hay música tan parecida a lo que estamos haciendo, pero eso es bueno. Cuando nos preguntan qué géneros hacemos, es complicado responder porque no estamos tan encasillados en una cosa que existe y que haya mucha gente haciéndolo. Además, también hay muchas ramas de la música electrónica. Sin dudas, hay que mencionar la guaracha, que está dando lora. También, el latín house, que existe y ha existido durante mucho tiempo. Pero lo nuestro esta más en lo ácido de los sintes, el bass, los sonidos más del sintetizador para llegar al techno y cómo hacer que ese lenguaje funcione con los tambores. Entonces, Ácido Pantera es algo que está abriendo un camino a machazos. Por eso, decimos que hacemos más que cumbia, porque sería quedarse en un género en específico, y nosotros siempre estamos experimentando, nutriéndonos de la música colombiana.”

Están los Dani Boom, Dany F, Mitú… No son cumbia netamente pero si hay mucha influencia latina. ¿A quién deberíamos ponerle el ojo?

“En Bogotá, hay muchas propuestas buenas alrededor de estas mezclas de música electrónica y autóctonas. Está, por ejemplo, Bipolar, que es un gran amigo nuestro y esta haciendo algo que él llama space dembow, y es algo bueno para que lo busquen por ahí. Está La Payara, está Mowa, que son bandas que van en un movimiento parecido al nuestro. En Cali, también hay un bacán que se llama Chambimbe, y esta haciendo cosas muy chéveres. La verdad, cada vez hay más productores que se acercan a nosotros y nosotros felices de estar juntos, de colaborar y hacer que esta movida la escuche más gente.”

Acido Pantera

Por otro lado, en sus canciones hay una especie de conexión entre la música y la espiritualidad, tanto en la música como en los videos. ¿Cómo estos dos términos son tan importantes para ustedes?

“De hecho, esto lo hablamos una vez con un amigo en Francia. Cuando uno llega a un punto de la música, inevitablemente termina dándose cuenta que hay toda una concepción de la espiritualidad de lo que uno hace y, cuando lo ve de esa manera, se termina convirtiendo en un ritual casi parecido a una ceremonia religiosa con la música, porque es una persona la que está comunicando algo y un montón de gente del otro lado la que está escuchando. Cuando uno se da cuenta de eso, termina convirtiéndolo en un ritual y buscando esa conexión entre público y lo que uno está buscando y expresando.”

Y en esa conexión entre público y espiritualidad, ¿cómo funciona para ustedes el tema de estar en el estudio produciendo y llevar esa misma energía que solo se captura en el estudio al acto en vivo? Ustedes hacen DJ set, pero también está el live…

“El live es muy especial y también nosotros tenemos muchas letras. En ellas, tratamos de tener un mensaje, a veces positivo, a veces biográfico, a veces de muchas maneras, pero siempre imprimiendo algo espiritual que le de onda a la canción. Curiosamente, es más increíble la sensación que tiene en el vivo y cuesta más trabajo llevar esa sensación del vivo al estudio. Nos pasa mucho que hay canciones que tenemos en estudio y las cantamos en vivo y es como ‘Wow, esto me sonó cool así y a la gente le gusto esta cosa’. Entonces, en el vivo es el ya, el ahora. La gente disfrutando ese sonido pegando duro. Es como, ¿qué tanta energía y qué tanto entusiasmo le podemos poner a una sesión de estudio? Es un secreto muy bonito.”

Hablando de las letras, hay un mensaje que puede ser social y cultural sobre Colombia. ¿Cómo funciona eso de ‘podés escuchar nuestra música y bailar pero, si pones más atención, hay una reflexión detrás de’?

“Hay una manera muy bacana de apropiarse del lenguaje y es a través de esas palabras que uno utiliza en el día a día, y no quedarse con el lenguaje tan formal sino en la manera en la que uno habla con sus amigos e incorpora todo ese léxico en las letras, haciendo que la gente sienta mucho más cercana la música. Los mensajes en las canciones empiezan a tener una vibra con la canción misma.”

El año pasado debutaron en Glastonbury. ¿Cómo fue eso de ser latinos y llevar un mensaje en español a estos países donde no todo el mundo habla español?

“Realmente, es algo que está muy trending en el mundo entero, y son los sonidos étnicos en todas partes. No solo de Colombia y Sudamérica sino de África, de Asia, de Arabia… Entonces, se convierte en algo que la gente está constantemente explorando, especialmente en Europa. Es un mercado que es muy curioso y hacer esas misturas es algo que resulta muy novedoso.”

Acido Pantera

¿Qué les dejo la experiencia de llegar a un festival como Glastonbury?

“Es como una nutrida de música, artistas y de cultura en un lugar y un festival que lleva 50 años presentando bandas en vivo, 50 años de público y audiencia. Entonces, eso es casi como un parcial de ‘Okay, vamos a tocar frente a esto y vamos a tocar junto a muchos artistas que llevan haciendo música no se cuantos años, con conciertos espectaculares’. Pero también hay que aclarar que en estos festivales están las súper tarimas y las tarimas chiquitas, y en todos sus lugares esta su magia diferente pero muy especial. Algo chévere que nos pasó, por ejemplo, fue que tocando un DJ set en un lugarcito, poniendo nuestra música en un chiringuito en Glastonbury, al final se acerca un man y nos dice: ‘Hey, qué buena música’, en inglés. Y nosotros: ‘Oh, qué cool, men. Muchas gracias’, y el tipo no dice: ‘Yo soy productor’, y nosotros como, ah qué bueno. ‘Sí, tengo una banda. Se llama Rudimental’. Y nosotros como: ‘Oh shit’. Y él: ‘Sí, me gusto lo de ustedes, son los que más me ha gustado’. O sea, que cercano cuando uno lo ve todo muy lejano y se aparece Rudimental y permite esa conexión tan cercana, únicamente por la música. Eso solo se ve ahí.”

Tenemos entendido que también aprovecharon la gira para producir.

“Estamos en contacto pero las giras son difíciles porque es llegar, tocar y salir corriendo pero igual ya hay internet. Entonces, todo es rápido y siempre estamos en contacto con esas personas y, obviamente, saludos a Rudimental, y por ahí estaremos charlando y haciendo cosas.”

En términos de música latinoamericana, ¿cómo ven el presente en la industria?

“Hay una movida muy bacana en Latinoamérica, liderada por Nicola Cruz, que trajo de vuelta todas las sonoridades ancestrales. Yo diría que nosotros estamos muy del lado de Nicola Cruz pero más down tempo. Ellos han logrado hacer todo un movimiento y unir a toda Latinoamérica alrededor de un género.”

Con un poco de humor, ¿Ácido Pantera qué tan ácida ve la escena colombiana?

“Ácido Pantera es tan acido como un jugo de maracuyá sin azúcar.”

¿Y con la escena?

“Bueno, también nuestras letras pueden llegar a ser ácidas, el público también. Es chévere mostrarle al público y llevarlos a lugares donde usualmente no los lleva ningún artista electrónico, a velocidades muy altas o a distorsiones o lugares donde el sonido puede saturar el sentido del oído. En esa parte ácida es donde estamos nosotros, en ese rock & roll y ese callejero de punkero que puede ser la electrónica.”