No es demasiado exagerado decir que la música electrónica entró en una nueva fase de felicidad el 26 de febrero de 2001, cuando Daft Punk lanzó su segundo disco de estudio. “Discovery” es hasta el día de hoy uno de los lanzamientos de música electrónica más importantes de esta época o de cualquier otra; un disco que anticipó la era de la música digital, la importancia fundamental del contenido de video y el crecimiento del club de fans online; un disco que sonaba como ningún otro y que ayudó a marcar el comienzo del EDM como lo conocemos hoy en día. Con la noticia de su separación aun estrujando nuestros estómagos, analizamos el impacto de este recordado álbum…
Para apreciar “Discovery”, vale la pena rebobinar hasta noviembre de 2000, cuando Daft Punk lanzó “One More Time”, la primera música nueva del dúo en dos años y el primer vistazo que el público tenía de su segundo álbum. En ese entonces, Daft Punk no eran los semidioses que son ahora. Más bien, eran dos chicos nerds de París con un álbum brillante, pero en gran parte underground, a su nombre. Eran populares, claro, pero al nivel de lugares con capacidad para 2 mil personas en lugar de encabezar festivales. Lo cierto es que “One More Time”, aunque fue uno de sus mayores éxitos, dividió a sus fans. Algunas personas pensaron que era un poco cursi. Otros, se sintieron desanimados por el entonces novedoso efecto del auto tune, que los trasladaba a la música de otros artistas como Cher y Eiffel 65.
Cuando llegó “Discovery”, tres meses después, muchos oyentes se quedaron perplejos. ¿Dónde estaban los samples disco y los duros ritmos house del álbum debut de la banda, “Homework”? ¿Dónde estaba la parte techno de temas como “Rollin’ and Scratchin’”? ¿Y qué era ese sonido de guitarra del heavy metal que sonaba en el segundo track, “Aerodynamic”?
“Discovery”, como muchos álbumes considerados geniales, fue difícil de entender al principio. Se movía en el sonido de Daft Punk de una manera que inicialmente sonaba absurda, trayendo patrones de guitarra, efectos vocales con glitch y una especie de pop barroco que se disolvía en ritmos electro. La primera vez que muchos fanáticos escucharon el álbum, tal vez estaban más perplejos que impresionados, sin saber si entendían y, mucho menos, si les gustaba la nueva dirección en la que iba la banda.
Pero poco a poco, “Discovery” comenzó a ganar popularidad. De alguna manera, esta mezcla monolítica de guitarras de hard rock y efectos vocales suaves, de estructuras de canciones simples y trucos de producción elaborados, de bombos de discoteca brillantes y pasajes de teclado malhumorados, comenzó a unirse en algo que no solo era mejor que el álbum debut de Daft Punk, sino que estaba en una escala diferente de inspiración. Ese salto de calidad ridículamente fluido que separaba lo bueno de lo verdaderamente increíble. Incluso, “Discovery” vino con melodías que les llegaron a todos, desde el romanticismo eufórico de “Digital Love” hasta el desamor en “Something About Us”. Eran melodías tan fuertes que siguen siendo recordadas hasta hoy en día y fueron cortadas y reutilizadas en sus shows para mezclar con canciones completamente diferentes, algo que se puede apreciar en su famosísima gira Alive de 2007.
Evidentemente, el mundo de la música le prestó atención a “Discovery” y, durante un tiempo, los samples de soft rock se convirtieron en algo común en la música electrónica, aportando esas texturas en infinidad de canciones como “My My My” de Armand van Helden, que samplea “Comin’ Apart” del rockero Gary Wright o “Call On Me” de Eric Prydz, basada en el clásico “Valerie” de Steve Winwood.
En 2007, Kanye West usó el gancho robótico mundial de “Harder, Better, Faster, Stronger” en “Stronger”, una pista que encabezó los charts estadounidenses e introdujo efectos electrónicos en el hip-hop comercial, ayudando a la explosión del EDM en aquel país y, posteriormente, en el mundo entero. A finales de la década de 2010, “Discovery”, que inicialmente provocó la confusión de muchos periodistas, se había ganado su lugar entre las listas de los mejores lanzamientos de la década.
Con esta divina inspiración musical en exhibición, podría parecer superfluo hablar sobre la actividad que rodeó el lanzamiento de “Discovery”. Sin embargo, el formato del álbum está indeleblemente relacionado con su función y su impacto. El brillante futurismo de la música de “Discovery” va de la mano con la manera visionaria en la que fue lanzado: las copias iniciales del álbum venían con tarjetas de plástico que daban membresía al Daft Club, un club de fans online en la era del internet mediante acceso telefónico, donde los fanáticos podían probar sus conexiones chirriantes y descargar material exclusivo de la banda, una idea que era tan audaz como inoportuna.
Como si aquello fuera poco, “Discovery” también se convirtió en una película, “Interstella 5555: The 5tory Of The 5ecret 5tar 5ystem”, la cual contaba la historia de una banda de pop interestelar, musicalizada en torno a las 14 pistas del álbum, dando a cada canción su propio acompañamiento visual. Eso no suena demasiado notable ahora, pero se lanzó en 2003, unos dos años antes de que naciera YouTube, y una década antes de que su popularidad como plataforma para la música hiciera obligatorio que cualquier canción lanzada tuviera, al menos, alguna forma de acompañamiento de video.
Luego, por supuesto, estaban los propios integrantes de Daft Punk. En el período previo al lanzamiento de “Discovery”, Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo se disfrazaron de robots, pretendiendo que los miembros de carne y hueso de Daft Punk habían resultado heridos en un accidente en el estudio. En ese momento parecía un poco ridículo, un truco divertido que sería descartado cuando llegara el próximo ciclo de álbumes de la banda. Como todos saben, no fue así. Demostró ser un movimiento de genialidad duradera, que brindó al dúo una de las identidades visuales más fuertes en la música electrónica, al mismo tiempo que los protegía de los estragos de la fama, mientras la era de las redes sociales estaba lista para atacar.
Más allá de todo, para muchos, “Discovery” no es un álbum perfecto. El orden de las canciones del álbum no funciona del todo y algunas canciones son algo tediosas. Esto solo parece aumentar la fascinación general por “Discovery”. Estas imperfecciones se sienten como fallas tejidas deliberadamente en una alfombra persa, un recordatorio de que hay un esfuerzo humano imperfecto detrás de este disco, en lugar de pura perfección robótica. ¿Puede ser realmente una coincidencia que una canción titulada “Too Long” sea, de hecho, demasiado larga? ¿Por qué empezar “Discovery” con “One More Time”, el tipo de canción que ningún gerente de marketing pondría al principio con la idea de que se escuche el resto del álbum hasta escuchar el hit de la radio?
Lo cierto es que no se necesitan teorías conspirativas extravagantes para apreciar un álbum que fue fundamental para la música electrónica e, incluso, para la música en general. Pensémoslo un segundo: ¿cómo sería vivir en un mundo donde Daft Punk nunca hubiera hecho “Homework”, “Human After All” y “Random Access Memories”? Sería un poco más triste, es cierto, pero no habría diferencias radicales. Sin embargo, sin la influencia de “Discovery”, ¿dónde estaríamos? ¿Seguiría existiendo el auto tune? ¿Kanye West habría descubierto la música electrónica? ¿Habría sucedido el boom del EDM de la década del 2000? ¿Eric Prydz y Deadmau5 serían estrellas? ¿Existiría Daft Punk?
Con el reciente mensaje críptico de la banda que sugiere un final con mensaje enigmático, fiel a su estilo, parece ser importante volver a “Discovery” para entender el legado que nos han dejado.