El Remolón: “Se me ocurren más ideas de lo que puedo materializar”

El Remolón: “Se me ocurren más ideas de lo que puedo materializar”

Andrés Schteingart se viste de El Remolón para lanzar un nuevo álbum de estudio llamado “Asimétrico”.

Artículos | Por Hernan Pandelo | 24 de septiembre de 2021

Ubicado en una casa de campo a las afueras de Buenos Aires, Andrés Schteingart comparte los días con sus dos hijos. “Está todo el pasto mojado con las fuertes lluvias que hubo en Buenos Aires”, describe en medio de las intensas semanas en las que combina diversas tareas, atacando varios frentes como padre de familia y director de Fértil Discos. “La última semana estuve coordinado el lanzamiento del ecuatoriano Humano y tuve algunas reuniones para ver cómo continuar con la distribución digital en 2021”, nos explica.

Pero eso no es todo. Además, ocupa su tiempo con el proyecto El Remolón, gracias al cual ha estado realizando algunas entrevistas en este último tiempo debido a la inminente salida de su próximo álbum de estudio, coordinando la fecha de su presentación y ayudando en los detalles finales de uno de los videoclips, entre otras cosas. “Estuve en los detalles finales del videoclip de ‘Qué Bailen’ junto a Pol Nada e hice un Instagram Live con Andres Oddone, el ingeniero de mezcla de mi último disco, en donde ‘filosofamos’ un poco acerca de la industria musical y ser productor hoy.”

Además de todo esto, Andrés trabaja como psiquiatra y como jefe de un servicio de atención ambulatoria en un hospital público donde coordina a unas 25 personas. “Mi vida parece un poco enloquecedora, pero es así. A eso se suman, acciones para que los proyectos educativos de les niñes puedan sobrevivir, y asuntos familiares varios.”

La versatilidad de su vida tiene un claro espejo en sus proyectos creativos y, en sus propias palabras, se trata de un don y un defecto. “Me interesan muchas cosas y me cuesta seleccionar solo una”, explica. “Si bien, creo tener cierta coherencia interna en mis acciones, no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que me gustaría hacer”, confiesa. “En lo musical, puedo entretenerme tocando el piano, tocando la guitarra en un fogón, haciendo un tema ambient, un tema techno o una cumbia. Cambio de chip bastante fácil y me aburre hacer siempre lo mismo. Eso también hace que me cueste un poco profundizar en los temas, por eso también me voy dando cuenta de que necesito gente que me ayude a ir más profundo y que necesito armar equipos de trabajo, con las dificultades que ello acarrea, para poder delegar y no tener que estar tan en el detalle final porque corro el riesgo de colapsar.”

“Cambio de chip bastante fácil y me aburre hacer siempre lo mismo.”

“Tengo mis ciclotimias, con mis inseguridades y convicciones. Se me ocurren más ideas de lo que puedo materializar y, a veces, eso me trae frustración”, reconoce. Está claro que sus estados emocionales inciden en sus proyectos, y viceversa. “Es difícil ser un artista independiente en Argentina, haciendo música que no consideraría mainstream y estar luchando para que más gente se interese lo que quiero comunicar.”

En medio de esa lucha, un nuevo álbum de estudio aparece en el horizonte y hacía él vamos. Desde niño, Andrés creció escuchando discos enteros, “de punta a punta”, en loop. “Escuchar un disco entero es como leer una novela”, compara. “No leo muchas novelas al año pero cuando pienso que alguna me va a interesar, me la puedo devorar. Creo que es un formato aún válido. Los singles sirven para entender de qué va un artista o para pasar un buen rato, pero un álbum te puede acompañar mientras haces otra cosa o para meterte en un viaje. Me parece que es una gran presión para el artista tener que sacar 10 singles y luego unirlos en un disco. Hay temas que no pueden ser singles, no se sostienen. Creo que, con los singles en serie se pierde la dinámica de un álbum, con momentos altos y bajos, con momentos emotivos e intensos.”

“El trabajo de un álbum es poder mostrar al mismo tiempo distintas facetas de un mismo artista y poder armar una historia, contar una idea o un relato, materializar una obra, con un par de disparadores que te puedan dejar pensando un poco”, desarrolla en tono analítico. “Creo que la gran competencia del álbum, además de los singles, son las playlists. Hoy es casi lo que más escucho y donde más está centrada la atención. Los curadores editoriales de Spotify, solo te aceptan ‘pitchear’ un tema por disco. Con lo cual, si sacas más singles, más chances tenés de ingresar en playlists y que la gente te escuche. Entonces, hay un circuito estimulado por la industria que degrada al álbum. Estratégicamente, al artista le conviene sacar diez singles más que un álbum.”

“Hay un circuito estimulado por la industria que degrada al álbum. Estratégicamente, al artista le conviene sacar diez singles más que un álbum.”

En este marco llega “Asimétrico”, el álbum de estudio en cuestión que lanzará bajo su alias El Remolón. El proceso creativo del mismo comenzó hace mucho tiempo. Casi cinco años, para ser más exactos. Luego de ser invitado a musicalizar una performance de danza de Lucas Condró inspirada en un libro de pedagogía del movimiento llamado Asymmetrical-Motion, decidió tomar algunas de esas ideas para lo que vendría luego. “Al principio, pensaba editar solo ese material pero, por otro lado, venía de un disco muy arriba, como ‘Selva’, con un formato entre cumbiero electrónico, bailable y pop, y bajar a ese costado más enigmático me parecía demasiado contraste, por eso busqué imprimirle algo del mundo de la canción y de la energía más techno.”

“Venía muy pegado a la cumbia y, en los últimos años, habia hecho una incursión más en el folklore, por lo que me interesaba mostrar más esa parte. Así fue como, motorizado por la detención de la pandemia, convoqué a distintas personas que por uno u otro motivo se me cruzaron en el momento indicado y así fue como Pol Nada, Brawlio, Luvi Torres, Nuriah, Cuervo Cuervo, San Ignacio y Lauphan pusieron lo suyo.”

El nombre lo tenía desde antes de tener todo el disco y el tema ‘Asimétrico’, que da nombre al disco, fue el último que compuso. Se interesó en la idea de lo Asimétrico “como una crítica a la normalidad, a lo estándar, al modelo de belleza occidental y al pensamiento único”, nos cuenta. “Como un repensar desde lo monstruoso, lo imperfecto y cómo el intento de ser normales nos enferma. La normopatía: esa fiebre por obtener validación social, sin cuestionarse demasiado nada, es lo que nos interpela, ser normal es el deseo y el mandato de la sociedad. Retomo lo asimétrico como algo aceptable, el cuerpo es asimétrico entre un lado y el otro, las tensiones de poderes son asimétricas y en el amor también hay fuerzas asimétricas. En fín, podría extenderme más en esto pero también son ideas en construcción y disparadores para que las pensemos”, se ataja.

Escucharlo “de punta a punta” es, claramente, la recomendación de El Remolón. “Asimétrico” presenta un orden lógico, aunque haya cambiado el orden para el vinilo, donde siguió una lógica con un lado A más pop y cancionero y un lado B más cercano al techno y a lo experimental. “Si sos DJ y te gusta el downtempo o la electrónica orgánica, vas a encontar algunos temas para pinchar como ‘Afroklunker’ o ‘Canal’”, sugiere. “Hay temas para una playlist de chillout o música para relajar como ‘Mover el Cuerpo’ o ‘Des-borde’, y otras canciones muy pegadizas como ‘Los Pájaros’, ‘Que Bailen’, ‘Asimétrico’ o ‘La Materia’”.

Así es como, el trabajo que nació hace casi cinco años termina llegando a nosotros este 2021 en donde, lentamente, nos alejamos de uno de los momentos más particulares de la historia de la humanidad. En su carácter de psiquiatra, queremos saber cómo analiza este presente. “Me parece que en el manejo de la pandemia se descuidó un poco la salud mental de las personas. Es la primera pandemia grossa en 70 años y no estábamos muy entrenados en ellas”, desarrolla. “Veníamos a un ritmo muy frenético y bajar un cambio estuvo bueno, darnos cuenta de que no necesitamos tantas cosas. Hubo muchas familias que se reencontraron en sus casas, que se reconectaron y personas que se dieron cuenta de que no era tan necesario salir todos los días o ir a ver un show diferente. Pero también nos dimos cuenta que necesitamos salir, despertar la curiosidad, conectar con gente y armar tribus reales. En las pocas veces que estuve saliendo y también, por lo que escucho de la gente que nunca dejó de salir, tomamos más conciencia de la importancia de los vínculos, de la necesidad de un otro, del contacto humano y el compartir como una necesidad universal. La gente está muy eufórica en cada salida ahora y valora mucho ese reencuentro.”

“Me sigue tirando la idea de producir temas para la pista de baile y, de hecho, mucha de la música que produje en pandemia fue orientada a la pista, en noches de cuarentena bailando con mi pareja. Por otro lado, también me surgieron temas super chill, que van desde piano y electrónica a ritmos lentos. Durante la pandemia saqué dos EPs que los llamé ‘Fina Calma’ y que introducen los conceptos de la meditación en la música.”

Y más allá de su perspectiva analítica, la pandemia afectó sus cuestiones más personales, como nos ha pasado a todos. “Tuve momentos de bastante ansiedad, sobre todo al principio. El temor a aislarse, a que te separen de tus hijos, a que fallezca algún ser querido… Luego fui relajando. Tuve una rutina bastante convulsionada en lo familiar, las tareas domésticas interminables, sumado a que nunca paré de trabajar, porque en salud sos esencial”, enumera. “Vi como los hospitales se caían a pedazos, pero no solo en la saturación del sistema de salud de los hospitales generales, sino en el pánico que empezaron a sentir los profesionales por tener que trabajar normalmente, con sueldos pobres, con sus rutinas, sus casas y la educación de sus hijos patas para arriba, los soportes familiares desarmados y un futuro incierto. También me conmovió el castigo hacia los artistas que no tenían otra fuente de ingreso. Los artistas fueron uno de los grandes excluidos que sufrieron muchísimo en la pandemia.”

Con el futuro empezando a regalarnos algo de esperanza, más allá de su próximo trabajo de larga duración, se vienen otros proyectos, con EPs orientados a la pista de baile. “No tengo muy claro si quiero tener un rol muy central en ‘la noche’, no me está cautivando mucho la idea de boliche y no sé si lo extraño”, se sincera. “Sí creo que la gente está buscando experiencias nuevas en los vivos y en los entornos en donde se estos sucedan. Si para algo nos sirvió la pandemia, es para darnos cuenta de que el espacio público, el aire libre, las plazas, la naturaleza, son lugares privilegiados, que tenemos que ocupar. Creo que el bienestar está en poder retirarse un poco… sacarse un poco de preocupaciones de encima. Y si encima podemos ponerle música a ese retiro, es la combinación perfecta.”