La odisea de Connected

La odisea de Connected

Nacho Mazzini, Productor Ejecutivo y Realizador de Connected, nos habló de los grandes desafíos que enfrentaron al grabar el documental de Hernán Cattaneo en el Teatro Colón.

Artículos | Por Hernan Pandelo | 26 de abril de 2021

Todo nació con una idea. Después de que el manager de Hernán Cattaneo le cuente que pensaban transmitir en directo el show que el DJ iba a hacer en el marco del Festival Únicos, Nacho Mazzini se ofreció a registrar el show en un formato cinematográfico. “Quería producir un documental en alta calidad para ofrecerlo a las plataformas online y con el objetivo y target especifico de ofrecérselo a Netflix”, nos cuenta Nacho, productor con años de experiencia. “Haber entrado en la plataforma Netflix fue un golazo”, asegura. “La idea, desde el primer día, era poder meter el documental ahí. Era la mejor forma de poder llevarlo a la mayor cantidad de gente posible en el mundo entero.”

“Nunca antes se había realizado un evento de música electrónica interpretado por una sinfónica en el Teatro Colón”, justifica Mazzini. “La mezcla de ambos mundos musicales en un lugar tan solemne y de tanta jerarquía mundial tenía que ser registrada y que le quede para la historia a Hernan.”

Nacho y Cattaneo se conocieron en la Winter Music Conference de 2001, cuando el productor aun vivía en Miami. “Tuve la suerte de ir a trabajar a muchas ciudades y coincidir con shows de Hernán. Fue así como lo vi varias veces en Ámsterdam, Londres, Budapest, Miami, entre otras ciudades. Obviamente, me hice fan”, explica. La relación se afianzó después de compartir varias ediciones del festival Burning Man en el desierto de Nevada. “Hernán es una persona muy humilde, con mucho corazón y muy generoso. Tuvimos varias anécdotas durante la producción del documental. La mejor de todas fue cuando estábamos en su casa haciéndole la entrevista a él y de la nada me dice: ‘Nachito, ¿te animas a venir a Moscú al mundial de Rusia? Si te animás, te invito a venir conmigo a ver el primer partido de Argentina’. A Hernán le habían armado una fecha en Moscú para el día anterior al debut de Argentina y le habían reservado dos entradas para el partido al día siguiente. Fue una fiesta mágica en un club que parecía un museo, con cuadros colgados en las paredes. Muy pop art porno. En fin, el partido de Argentina fue lamentable. ¡Lo que puteamos a Sampaoli ese día!”

Para las grabaciones, las cosas no fueron tan sencillas. La crew elegida tenía que tener la mejor de las predisposiciones y estar ampliamente calificada. El registro de los ensayos y el show tenía que estar completamente planeado. “Fue un gol tener a Milton y también haber armado un crew bien guerrilla y con muchas ganas de trabajar”, destaca. “Además, tuve la suerte de contar con Pablo Desanzo, Matias Collado, Nico Mayer, Tef Iselli y Sebas Toro, entre otros; todos grossos del mundo cinematográfico local que se pusieron el proyecto al hombro y registraron imágenes muy bellas con mucha calidad.”

El documental se grabó en nueve jornadas con el apoyo de las casas de alquiler de equipos Musitelli y Alfa Vision. “Tuvimos la suerte de poder contra con una cámara de cine 16mm y con varias cámaras RED de resolución 8K”, destaca. Dos jornadas de trabajo fueron en la casa de Hernán, donde se hacían los pre-ensayos sin la orquesta; tres días en el Centro Vasco, donde se reunieron por primera vez todos los músicos de la orquesta sinfónica con los músicos invitados; y tres de los cuatro shows que tuvieron lugar en el Teatro Colón. Como pueden imaginarse, no fue para nada sencillo. “Se había instalado un preconcepto cultural”, dice Nacho. “Por un lado, tenías a ‘la gente de culto’ que va a la ópera, a escuchar música clásica, acostumbrada al ballet y a las orquestas sinfónicas y, por el otro, estaba Hernán, Oliverio, Baunder y los artistas invitados que venían de un mundo mas rockero. La verdad es que todo funcionó muy bien. La gente del Colón, con mucha buena onda, ayudó en todo lo que pudo, salvo alguna que otra limitación del espacio.”

Shooting plan de una de las jornadas de grabación.

El desarrollo del documental fue creciendo de la mano del propio show sinfónico. Hubo una idea original que luego fue adaptada por Manuel Dondas, quien lo guionó y editó sin haber participado en las grabaciones. “Te diría que el documental tuvo dos directores: Milton y Manu. Ambos fueron fundamentales para la creación del mismo y cada uno hizo su aporte mágico”, destaca Nacho, quien asegura que no todo fue color de rosas. Los contratiempos en la producción fueron uno de los agregados que hicieron de la salida del documental una victoria aún más sentida. “Tuvimos varios problemas. Milton tuvo que salirse del proyecto por un problema personal, los publishers de los temas no nos respondían los emails para darnos los derechos”, relata Mazzini, a quien se le nota haber sufrido las idas y vueltas burocráticas necesarias para que se pueda ver en todo el mundo a través de la plataforma de la N.

“Sumale los acuerdos para el uso de la imagen de los músicos de la sinfónica e, inclusive, el mismísimo permiso del uso de la imagen del Teatro Colon. Finalmente, gracias a la buena predisposición de todas las partes involucradas pudimos sacarlo adelante, contra viento y marea”, cierra el productor. La odisea terminó en buen puerto.

¿Todavía no viste “Connected” en Netflix? Podés hacerlo ahora mismo acá.