Llevo más de dos décadas cubriendo música electrónica, y aún me conmueve cuando un artista logra salirse del molde y, en lugar de entregarnos otro EP funcional, nos propone un viaje. Eso es exactamente lo que logra Luca Draccar con The Dark Side, su nueva obra lanzada por el sello Lush Point. Cuatro tracks que no están hechos para encajar: están hechos para desafiar.
Con raíces italianas pero forjado en el crisol berlinés, Draccar ha venido desarrollando desde 2018 un lenguaje propio: oscuro, exótico, plástico, con un pie en la pista de baile y otro en el abismo existencial. En The Dark Side, sin embargo, da un paso más profundo. Lo suyo aquí no es una colección de tracks; es una narración sonora. Un descenso controlado hacia los claroscuros de la mente.
El EP abre con “Bad at Love Since Forever”, una declaración melancólica y ambigua donde sintetizadores etéreos se enfrentan con golpes rítmicos crudos. Hay un duelo constante entre fragilidad y contundencia, una sensación de estar siempre al borde de quebrarse, pero sin romperse nunca. Draccar parece sugerir que la pista de baile no solo es un espacio de euforia: también puede ser un lugar de duelo, introspección y catarsis.
Luego llega “Outlaws Division”, más lineal en estructura, pero cargado de detalles hipnóticos que bordean lo tribal. Aquí se siente su herencia techno, pero siempre filtrada por un lente personal. No hay fórmulas; hay pulsaciones que se retuercen y se expanden como pensamientos obsesivos. La pista se convierte en mantra.
El tercer track, “Reckless Flower”, es posiblemente el más luminoso del conjunto. Draccar, que recientemente ha sumado el piano a su arsenal creativo, lo utiliza aquí para crear una pieza surrealista pero emocionalmente accesible. La flor imprudente del título es, tal vez, una metáfora de sí mismo: creciendo entre el concreto del techno y la humedad de lo sentimental.
Y finalmente, “Branded Your Brain” cierra el EP con una potencia casi alucinógena. Es una explosión de texturas que remiten al hyper-pop, al post-techno, al ruido y al deseo. Una pista donde conviven el sudor del club y la introspección del cuarto propio.
Draccar no busca agradar. Busca remover. Su techno no es hedonista: es reflexivo. No es cómodo, pero sí profundamente honesto. The Dark Side no solo es su obra más madura; es también una de las más intrigantes del año. Y lo digo con la certeza de alguien que ha escuchado demasiado.
En un momento donde la escena electrónica corre el riesgo de saturarse de fórmulas, trabajos como este nos recuerdan que el arte —también el que se baila— puede y debe incomodar, conmover, descolocar. Luca Draccar lo sabe. Y con The Dark Side, nos lo graba en la mente.
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