Texto: Mauricio Atencia y Valentina Mejía Romero
Representantes de grupos indígenas, centrales obreras, grupos estudiantiles y varios sectores de colectivos colombianos se unieron en un paro nacional desde el miércoles 28 de abril que sigue hasta el día de hoy. Esto implica el bloqueo de las vías principales de Cali y Bogotá, marchas y encuentros multitudinarios convocados a forma de protesta en todo el país que han resultado en almuerzos gratuitos de y por la comunidad, lugares de encuentro colectivo de reflexión y de parte de los manifestantes presión para que se cumplan las demandas. La demanda inicial fue el retiro de la ley de ingreso solidario 2021, un eufemismo para una reforma tributaria, en la que se proponía subir los impuestos a la clase media y estratos más altos.
A partir de ahí, a esta demanda se sumaron la reforma a la salud, reforma a la educación, garantías de cumplimiento de los acuerdos de paz del 2016, reforma a la policía, reconocimiento y planes de acción para darle justicia y reparación a los feminicidios (que incluyen secuestros masivos de mujeres) en Cali, violencia a personas trans y trabajadoras sexuales y una solución inmediata a la pobreza en Colombia que llegó al 42,5% en 2020 y continúan sumándose razones como respuesta a una desigualdad estructural en Colombia de 50 millones de habitantes. 17 millones pueden comer solo una vez al día y aún hay grandes territorios que no cuentan con servicios básicos como electricidad y agua potable. Desde el 28 de abril al 10 de mayo, las cifras de medios tradicionales cuentan 19 asesinatos en el marco de las movilizaciones, pero medios alternativos con el apoyo de organizaciones como Temblores registran 47 asesinatos, de los cuales 39 han sido a manos de la fuerza pública.
Los videos de intimidación y violencia policial en Cali, Bogotá, Medellín, Pereira y Popayán, en los cuales golpean y disparan a manifestantes, lanzan gases lacrimógenos en zonas residenciales y finalmente, en los cuáles queda registrado el asesinato de un hombre de 28 años, han dado la vuelta al mundo. Videos de violaciones de DDHH por parte de grupos paramilitares han sido difundidos por redes sociales, pues los medios populares tradicionales de radio, televisión y periódicos han invisibilizado esta crisis, y al contrario declaran que la violencia es de parte de los manifestantes.
La escena electrónica en Colombia, como reflejo de la realidad del país, es desigual y diversa, pero en medio de las dificultades que la atraviesan, tiene colectivos articulados que buscan crear espacios alternativos de esperanza y resistencia. En medio del paro nacional y el estallido de una inequidad social en todo el territorio, nos acercamos a DJs y productores de música electrónica que viven en las ciudades mencionadas para saber cuál es su perspectiva, cómo han vivido estas diversas situaciones y, además, cómo resisten a través la música y por medio de las redes que nacen a partir de esta.
Camilo Sandoval, Cali (Underground Division)
La indignación de un pueblo repleto de hambre y dolor, víctima de incontables injusticias por parte de un estado represor que no concibe ni el más básico de los derechos humanos para su población y la indiferencia de muchos, no es más que el detonante que se ha desencadenado en la situación que afronta actualmente el país; se hace necesario un llamado a la unión y la cooperación como sociedad con el fin de comenzar a darle más prioridad a ciertas bases como la empatía con nuestros semejantes, teniendo en cuenta que vivimos en un país donde hay zonas marginadas y olvidadas, lo cual trae como consecuencia la falta de alimentos y agua para éstas personas. Respetar la libertad de pensamiento, deconstruyendo esa herencia que traemos de una cultura narcoparamilitar que tanto flagelo nos ha generado, nos ciega y nos deshumaniza a tal punto de perder las verdaderas raíces para una sociedad sana y más humana, además, debemos conectarnos más con el espacio que habitamos, estamos tan preocupados y priorizados por un mundo material e individualista que nos olvidamos de la verdadera importancia de la vida en la inmensidad de la naturaleza, y por ende proteger nuestros recursos naturales. Como artista he propuesto diferentes escenarios para una protesta pacífica, desde generar espacios culturales por medio de la música en los plantones, pintando variados mensajes como forma de denuncia en los diferentes puntos de resistencia, para así hacer eco de esta lucha y que despierte un interés social hacia la causa.
La situación actual de mi país es que vivimos inmersos en una falsa democracia que nos fractura internamente como sociedad y que logra hacerse ver ante los ojos del mundo como una dictadura.
Sophyaa, Popayán (Insurgentes)
Históricamente, Colombia ha padecido un gobierno que va en consonancia con unas lógicas de ultra derecha fascista y narcoparamilitar, liderada por unas esferas elitistas y eurocentristas que niegan las luchas de un pueblo e imposibilitan el desarrollo de las clases bajas y medias, lo cual rebosa las capacidades de aguantar y sobrevivir a estas imposiciones estatales que se enmarcan en la corrupción, el abuso de poder, el conflicto interno y la resonancia del no futuro en nosotros la gente de a pie.
El estallido social y la necesidad de cambio surgen de la indignación colectiva de que los derechos sean el privilegio de unos pocos, problemáticas como la tenencia de la tierra, la aspersión con glifosato, los extractivismos enfocados en la minería que dejan nuestras tierras áridas y ponen en riesgo la soberanía alimentaria o el olvido del estado a territorios como La Guajira, Chocó, Cauca o Amazonas, donde habitan comunidades étnicas y también, donde el campesinado colombiano ha sido invisibilizado y no reconocido como sujeto de derechos, recalcando el deficiente sistema de salud, el desfinanciamiento a la educación pública, la cultura y las artes que con creatividad auto gestionada resisten desde las calles con gritos desde Popayán como el de la chirimía Caucana y los redobles de la batucada feminista Narly Gómez.
Por la memoria como el arma de los pueblos, por derribar estatuas y tumbar los falsos ídolos, que en la historia nos han impuesto desde la hegemonía del establecimiento y seguiré apoyando las justas luchas del pueblo, porque como persona que ha tenido el privilegio de ser criada en las montañas por campesinos y salir a la ciudad a desarrollarme desde los barrios populares, tengo la necesidad de seguir haciendo ruido para visibilizar nuestra rabia y nuestras luchas, porque en mi vida crecí siempre rodeada por las voces del rebusque, la zozobra, la necesidad y la violencia, por ello mi empatía, las ganas de seguir saliendo y el seguir apoyando el sueño colectivo de un país mejor, porque entiendo sus luchas como mías, porque soy pueblo, soy calle y soy barrio.
LadyCobra, Bogotá (House of Tupamaras)
Hay una sensación que va alimentándose a medida que pasan los días de protesta. Esta movilización que empezó el 28 de abril del 2021 tiene una atmósfera de rabia colectiva, ya no una indignación que proviene únicamente de un solo sector ni de una generación en particular, más personas justifican y apoyan este Paro Nacional, buscamos información verídica, compartimos videos, audios, información importante que ayuda a la divulgación internacional, censurar los medios tradicionales simpatizantes del estado opresor, compartimos noches de insomnio por la tragedia provocada por la fuerza pública, nos hemos sintonizado y afectado por la protesta.
La movilización ha encontrado distintos puntos de encuentro que se dispersan por la ciudad, los comerciantes ya no les temen a los marchantes, ahora abren, apoyan, también protestan, ya no bajan sus rejas apurados por el terror como siempre se ha tildado a los protestantes, se ha transformado ese imaginario de terror y miedo que produce una manifestación, convirtiéndose en un medio para expresar el inconformismo, la injusticia, y la indignación social.
La presencia de las disidencias sexuales y de género en las marchas ha sido fundamental y activa. Una lucha interna en la manifestación que busca resignificar y transformar esas posturas machistas, homofóbicas que contienen entre ellas las arengas, desmitificar esa imagen de quienes son los que se indignan, quienes son los fuertes y los débiles. Las disidencias estamos presentes en la manifestación para recordar que la rabia no se presenta de una misma manera en todas y no se expresa homogéneamente, las disidencias estamos allí para replantear el insulto a los corruptos y recordar que” somos unos desviados y ahí radica nuestro poder”.
“Esto no es una fiesta, es una resistencia”, es una frase que acompañan los SoundSystem de la ciudad que salen a marchar por medio de la música. Esta frase, más que resaltar una negación a la celebración es una re-significación con la música y cómo afecta directamente al cuerpo, este ritual colectivo encuentra una potencia que envuelve, recarga y empodera. por medio del baile y la música encontramos una herramienta de protesta, un dispositivo de unión que rechaza nuestro gobierno, que a pesar que la lluvia no ha perdonado ni un día de protestas, siendo esta una marchante más, los bailarines protestantes nos hemos mantenido firmes buscando alternativas para apoyar a los que se enfrentan cuerpo a cuerpo con la fuerza pública, cuidando a nuestras hermanas, nuestra disidencia y visibilizando nuestra existencia y haciéndola respetar.
“Contra la violencia machista, aquí estamos Trans y Maricas
Contra la violencia fascista, aquí estamos Trans y Maricas
Contra la violencia uribista, aquí estamos Trans y Maricas”
Andrés Gaviria, Pereira (Matteria)
Vivimos en un país marcado por la violencia. Crecimos escuchando historias sobre confrontaciones ocurridas entre partidarios políticos, guerrillas, grupos paramilitares y el Estado.
Estamos viviendo una guerra asimétrica discretamente declarada por el gobierno a los ciudadanos menos favorecidos que reclaman condiciones justas de vida; para esto se han empleando recursos militares, políticos y mediáticos en contra de la población civil indefensa, desmantelando así la cara de un gobierno totalitario sin respeto por la vida ni derechos los fundamentales. No podemos seguir viviendo en una sociedad que normaliza la violencia, las nuevas generaciones tienen el deber de cambiar la historia y tomar un nuevo rumbo. Debemos construir un país con políticas sociales sostenibles y justas que permitan a los ciudadanos superar los niveles de pobreza y brecha social.
Deraout, Medellín (Intelligent Division)
Me duele ver el país en llamas. La gente está más dividida que nunca por culpa de sus creencias. Un gobierno que no tiene la capacidad de proteger su juventud y un montón de incoherencias que pasan cada día en esta patria. Pero de todo esto me da esperanza ver el apoyo del mundo, especialmente la conexión que se ha generado con la música y todo lo bueno que por medio de nuestras voces podemos hacer. ¡Tengo fe que todo será mejor! Y confío que el futuro sea más humano. Así me siento hoy: más humano que artista. De los peores tiempos salen las mejores historias, ¡y ya es justo cambiar la nuestra!
El sentimiento de solidaridad y movilización no solo han estado presentes en este paro nacional. El Gran Latido Sound Systema, Techsound, THC y más colectivos se han movilizado en apoyo a La Minga y al paro nacional del 2019 en Bogotá, articulándose con colectivos de otras ciudades como Barranquilla y Cali. Desde ciudades como Villavicencio, Sogamoso y Bucaramanga también hay colectivos que han sido partícipes de las iniciativas de donaciones. Para este 2021, en Bogotá la alianza Minga Soundsytem recorrió y se movilizó desde varias localidades de la ciudad recogiendo todo tipo de géneros musicales, demostrando que la alianza es posible.
En Medellín, la escena electrónica ha estado unida desde el primer día de movilizaciones. Toxic Friend, integrante del dúo Sons Of Hidden ha sido uno de los artistas más vitales que ha usado la música para invitar a todos los jóvenes de forma pacífica a hacer valer sus derechos. Junto a él se han sumado diferentes DJs y proyectos como Oniryc, MedellinStyle, F.S.U (Fuerzas Sónicas Unidas) e Intelligent Division, donde estos dos últimos se han encargado de recaudar dinero para brindar apoyo a las personas que salen a marchar por el país. Desde las redes hemos visto cómo otros DJs que van desde Julianna, Verraco, hasta Juli Monsalve, Deraout, Andrea Arias entre otros, han aprovechado su alcance para gritarle al mundo que miren hacia Colombia y se enteren de todo lo acontecido.
Queremos resaltar la importancia de la movilización virtual y la difusión de campañas de donaciones a las primeras líneas, Eco ha creado esta recopilación de campañas de varias ciudades y grupos que aportan desde la lejanía diariamente. La invitación es a amplificar, a no dejar que los hechos mencionados queden en la impunidad y a ver esperanza en los lazos que la música nos deja para hacer cambios realidad.