El streaming genera más desechos que cualquier otro formato, asegura un estudio hecho por la Universidad de Glasgow. A pesar de la baja en la cantidad de plástico producido para vinilos, CDs, cassettes y otros formatos analógicos, todo indica que las transmisiones digitales tienen un impacto más negativo en el medio ambiente.
La industria musical en los Estados Unidos utilizó 58 millones de kilogramos de plástico en 1977, un número que creció a 61 millones de kilogramos con el auge de los CDs en los 2000. Mientras estos números cayeron en varios millones -8 millones menos- para 2016 con el crecimiento del streaming, la energía necesaria para almacenar esta cantidad de información en la nube sobrepasó a todos los formatos existentes.
El plástico producido y la energía necesaria para almacenar y transmitir audios digitales llegó a estar entre 200 y 350 millones de kilogramos para toda la música grabada en 2016, sólo en los Estados Unidos. Esta cifra es muy superior a los 157 millones registrados en el año 2000.
La noticia llega en un momento en que los consumidores pagan cada vez menos por la música. Mientras en 1977 los consumidores pagaban casi el 5% de su salario semanal para comprar un disco, ese número ha bajado al 1% en los Estados Unidos con plataformas como Spotify y Apple Music dando acceso temporal a casi todos los álbumes que existen por un pago mensual relativamente bajo.
Los autores del estudio aseguran que el impacto ambiental que encontraron no sería la palabra definitiva en este asunto, con otros factores que pueden jugar su papel no sólo en la polución sino también en el acceso a los archivos. Sin embargo, vale la pena pensar acerca de los costos que esconde el streaming la próxima vez que le demos play a nuestro álbum favorito.
En otras noticias el streaming se ha convertido en una de las herramientas principales para la recaudación monetaria de los artistas.