Con mil caras y una madurez que está a simple vista expuesta en sus respuestas, el alemán Uwe Schmidt tiene muchas presentaciones para Mutek en su haber. Ahora, es el turno de debutar en la órbita del festival en Buenos Aires. Hablamos con él sobre lo que espera para el evento, cómo vive su carrera residiendo en Chile y lo que le aportó la madurez a través del tiempo.
Hola, Uwe. ¿Cómo estás?
Llegas pronto a Buenos Aires con Mutek.
Has tocadon con la marca en varios lugares… ¿Qué puedes decir del festival?
“He tocado en muchísimos Muteks y con muchos proyectos míos en las últimas décadas. A través de todo ese tiempo, he tenido grandes experiencias con los festivales y aprecio mucho a la institución, que une ciertos temas artísticos con una audiencia en particular.”
¿Cómo fueron tus experiencias en él y qué tienes en mente para este nuevo capítulo?
“Como te dije, he tocado con todo tipo de proyectos. Ya sea, solo o con colegas, como Robin Fox, Tobias Freund, por decirte algunos. Por supuesto, como en cualquier show, la experiencia tiene mucho que ver con cómo se presenta uno. Sin embargo, hay una relación entre la presentación de uno y lo que el festival puede aportar. En los últimos años, toqué varios shows que fueron desafíos y en todo el camino, mis experiencias fueron más que positivas, no sólo en cómo salieron los shows sino en cómo reaccionó la audiencia. Para el futuro, espero mantenerme en el mismo camino, que se trata de hacer música desafiante para mí e interesante para la audiencia.”
Desde tu hogar en Chile, debes tener una mirada sobre nuestra escena. ¿Qué tan importante es la llegada de un festival como Mutek a la región?
“Bueno, a decir verdad, tengo que decirte que no conozco muy bien a la escena. Siempre intenté ser, en la medida de lo posible, independiente de las escenas, las modas, los mercados y todo eso. Para mí, no es algo que digo a la ligera sino algo que intento aplicar a través de todo lo que hago. Antes, cuando vivía y trabajaba en Alemania, era algo similar a lo que me pasa ahora. En general, no me interesan las escenas y cuando una ‘escena’ se acerca a lo que estoy haciendo, trato de despegarme, simplemente porque me considero independiente de esas cosas. Quien quiera clasificar mi trabajo relacionándolo con alguna escena puede hacerlo pero yo creo que nada de lo que hice en el pasado ni de lo que haga a futuro tiene ni tendrá que ver con alguna ‘escena’. Así que, cerrando la pregunta, Mutek lleva ciertos aspectos de la música electrónica a ciertos lugares. Más, probablemente, a lugares que no tienen esos aspectos completamente disponibles. Por el otro lado, Mutek sólo puede llevar ese tipo de música a lugares donde ya hay receptores esperándolo porque, de otra manera, no funcionaría. Así que, más que algo completamente pionero, Mutek es más como una fuerza expansiva.”
¿Puedes decirnos donde está Sudamérica en términos de reconocimiento en lo que respecta a la música electrónica?
“Cómo te dije recién, no me creo capaz de hablar de la ‘escena electrónica de Sudamérica’. Sería equivocado intentar hablar de ella ya que no tengo muy claro lo que está pasando en países como Argentina o Perú. Estoy más interesado en progresos musicales personales y considero esas miradas más globales como algo redundante desde puntos de vista subjetivos. Quizas, sería interesante hacer un análisis de la electrónica en el contexto global y en el contexto sudamericano, y así tendría un análisis al alcance de la mano… Sin embargo, es algo que se iría un poco más allá de esta entrevista.”
Más allá de análisis profundos… ¿Qué momento vive la música electrónica?
“Tengo una opinión respecto a qué ocurre en la música electrónica en general aunque no este seguro de ella. Hay muchas generalizaciones para hacer como, para empezar, el término ‘música electrónica’. Por lo tanto, independientemente de cualquier escena o condición local, creo que la música electrónica de hoy tiene que considerarse en el contexto del marketing global. En ese sentido, tenemos en un lado a un grupo enorme de actividades underground, que no tienen lugar en el mundo online, y tenemos esos otros protagonistas que se presentan de manera global. En mi visión, este caso se da en todo el mundo, no sólo en Sudamérica. Desafortunadamente, la electrónica se convirtió en esta ‘cosa’ que se vende de una manera a nivel global y que luego todas las escenas locales tienen que ver cómo se adaptan a eso. No considero esto como una situación buena. Creo que, cualquier escena musical actual necesita jugadores claves con una visión única. Habiendo dicho esto, no encuentro muchas cosas radicales en la escena. Independientemente de si se trata de Sudamérica o de otro lugar, este es un problema global y por eso hay que ver más allá de las ‘escenas’.”
Te mudaste a Chile sin pensar en lo que pasaba allí y más bien con un objetivo personal… En retrospectiva, ¿qué te dio Chile y qué impacto tuvo el cambio en tu carrera?
“Es verdad. No fui ahí en busca del ‘sonido chileno’ o lo que sea… Estaba interesado y sigo estando interesado en desarrollar ideas personales. Lo que me dio Chile, y esto es algo muy sencillo, fue ‘silencio’ y espacio suficiente para crear en tranquilidad. Podría llevar esto a tu pregunta inicial: era el hecho de que no tenía ataduras a ninguna ‘escena’. Esto sigue siendo igual al día de hoy. Por supuesto, tengo amigos y colegas aquí en Santiago y obviamente hay lazos y conexiones, pero siempre fui muy cauteloso respecto a no pasar a ser parte de la escena o algo así. Me interesan más los humanos que otra cosa, ¿me entiendes? Así que, para contestar la pregunta, lo que Chile me dio es espacio para desarrollar cosas que son mías y no se basan en fuentes locales. Creo que ese es un gran problema y una gran desventaja para cualquier persona creativa: tener mucho aporte de una fuente que no se termina. Esto fue real cuando vivía en Alemania y es real ahora, aquí, en Santiago. Soy muy consciente respecto a qué información y, de qué fuente, quiero que me atraviese. Por esa razón, no leo nada realcionado a la música, que no sea online ni de ninguna otra manera. No escucho música, tampoco, a menos que sea algo que me interese al 100%. Hay que entender que la información que uno recibe es el ‘pasado’ de otras personas. Al mismo tiempo, uno queda atado a información que llega desde el mundo exterior, y aún más, si es información que llega de manera arbitraria. Encuentro esto realmente dañino y confuso. Por el otro lado, constantemente trabajo para recibir información que está relacionada a cosas que sí me interesan, que no tienen que ver con una ‘escena’ o un ‘sonido’ particular.”
Luego de tres décadas en el mundo de la música, ¿en dónde crees que te encuentras hoy?
“Es difícil definir el estado actual personal de uno, creo. Es fácil mirar atrás y hacer un análisis o proyectar para el futuro, pero el presente siempre es más complicado de entender. Así que, si me atrevo a hacer un análisis, creo que estoy en un punto en el que no me quiero comprometer, por ejemplo. Al mismo tiempo, puedo mirar atrás y encontrar muchas experiencias que me hicieron aprender cosas que me siento capaz de hacerlas ahora. En un punto, eso me da posibilidades en términos de conocimiento. Muchas ideas musicales empezaron a desarrollarse años, incluso décadas, atrás y ahora aparecen claras ante mi. Ahora, puedo revisar algunas ideas y, por primera vez, darles un cierre, o desarrollarlas aún más. La edad también ayuda a la claridad para muchas cosas, lo que hoy se traduce que estoy más enfocado que nunca. A pesar de lo que creía que pasaría, estoy increíblemente inspirado en la actualidad, con muchas ideas dando vueltas. ¡Más que nunca! ¿Quién lo hubiera pensado? Al mismo tiempo, no me urge hacer nada a las apuradas. Es una manera diferente de acercarse a la música respecto a cómo lo hacía hace unos 15 años. Es emocionante.”
Se viene un nuevo lanzamiento para “Texturen”, una serie que desarrollas desde el 2015. ¿Qué nos puedes contar de esta nueva edición?
“Hace algunos años, cuando estaba en la mitad de la remasterización de mi catálogo, volví a escuchar música que produje hace unos diez años, cercana al mundo del ambient, para ubicarla en algún lugar. Me di cuenta que había abandonado ese camino musical y que había dejado esa investigación inconclusa. Sentí quecon 15 años más de experiencia y 20 años de progreso tecnológico, podía volver a caminar ese camino. Me interesé mucho en explorar este mundo y me di cuenta que podía cerrar muchas ideas mejor que como lo hacía antes. De alguna manera, era una continuación pero con mejores ideas y mejor tecnología, lo que terminó siendo una experiencia más que emocionante. Estoy en un plano diferente hoy y sentí que podía explorar estas ideas en lo que terminó siendo la trilogía de ‘Texturen’. Esta producción se trata sobre el poder del sonido, diría. Los tres álbumes se basan en la misma idea central y cada uno es diferente al anterior. No quiero ponerle adjetivos porque puede resultar contraproducente.”
¿Y qué tan cerca o lejos está de lo que sería un típico set de Atom TM? Aunque no hay tal ‘típico set’ en tus presentaciones…
“Exacto… no sé cómo sería un ‘típico set’. Pero intentando extrapolar la pregunta: ha habido un ligero cambio o desarrollo en la forma en que me acerco a algunos tipos de sets en vivo estos días. Me interesé más por el ‘poder del sonido’ en los últimos años. Cuando digo ‘sonido’ me refiero a la calidad física de la música, que es algo que trasciende la música en sí misma, mientras que, por supuesto, es lo que la constituye. ‘Texturen’, así como un par de otros shows, como «Ground Loop» o el nuevo audiovisual «Deep State», se ocupan de esa idea: el momento en que uno es capturado por la energía sónica y no solo por la música. En ese sentido, ‘Texturen’ es muy ‘estático’, lo cual es muy diferente a cualquier set que he tocado en los últimos años.”
¿Por qué te gustaría ser reconocido?
“Por mi receta para hacer ñoquis.”