Desde: París, Francia
Suena como: No lo sé. Ojalá como nadie más.
Tres pistas: Rikhter – Svet; Cristian Glitch – Mental Delusions; Valentinø – Storm
Con una intensidad arrolladora, una estética sonora que desafía toda etiqueta y una energía desbordante que contagia desde la cabina, Lola Cerise se posiciona como una de las revelaciones más singulares del techno actual. De formación clásica en piano y con una infancia marcada por la herencia rave de sus padres en la Alemania de los noventa, su transición hacia los beats crudos y acelerados del fast techno fue tan natural como inevitable. Hoy, su propuesta navega entre la introspección hipnótica y la catarsis colectiva, mezclando estructuras impredecibles, humor absurdo y una libertad creativa que recuerda a la improvisación del jazz. Cada uno de sus sets es un ritual: empieza como un juego con el público y termina como una descarga emocional sin concesiones.
Este 2025 marca un hito en su carrera con el debut en el sello ARTCORE de Indira Paganotto, a través del EP I Don’t Speak German, un manifiesto de identidad que desafía las fórmulas del club y apuesta por una narrativa honesta, lúdica y visceral. Lejos de perseguir tendencias, Lola se lanza con valentía al terreno de lo no convencional, haciendo del riesgo su lenguaje. Su paso por plataformas clave como HÖR Berlin y BCCO la catapultaron como una figura a seguir, y ahora prepara su desembarco en Latinoamérica con la promesa de sets volcánicos donde nada está premeditado y todo puede pasar. En un panorama saturado de fórmulas, Lola Cerise brilla como una outsider luminosa, una artista que transforma cada noche en un viaje sensorial irrepetible.
Nos sentamos a hablar con ella, y el resultado fue una entrevista hermosa:
Comenzaste tu camino musical desde muy joven con el piano, pero luego encontraste tu voz artística entre beats duros y raves ilegales. ¿Cómo fue esa transición y qué elementos de tu formación clásica siguen presentes en tu sonido actual?
Cuando estoy en el escenario, es como un partido de ping-pong con el público. A menudo empiezo con algo enérgico o accesible para captar su atención, y cuando siento que están completamente conectados, me sumerjo en un techno rápido, pesado e hipnótico; ahí es cuando ves a la gente bailar con los ojos cerrados, haciendo esas caras profundas de bajo. Ese es mi momento favorito.
Si se pone demasiado intenso, doy un giro hacia algo duro pero luminoso, como un rayo de luz al final del túnel. Ese cambio siempre enloquece a la gente.
Para ser honesta, todo comenzó como una especie de rebeldía adolescente. Irónicamente, mis padres ya estaban de fiesta en la primera escena techno alemana antes de que yo naciera, así que tal vez siempre lo llevé en la sangre.
Siempre creí que los estilos musicales están conectados entre sí y que constantemente se retroalimentan. Mi formación clásica me ayudó mucho cuando empecé a usar Ableton. Es una herramienta compleja, y tener conocimientos de teoría musical hizo que la curva de aprendizaje fuera un poco más suave. Dicho esto, hoy en día intento alejarme de esas reglas: sin escalas, sin estructura, simplemente confiando en mis oídos y en mi instinto para mantener las cosas crudas y fuera de lo convencional.
Tus sets en vivo son conocidos por su intensidad, creatividad y crudeza. ¿Cómo preparás tus presentaciones y qué buscás transmitir cuando estás tras las bandejas?
Normalmente solo reviso la hora de mi set y quién toca antes y después para tener una idea del ambiente. Luego trazo mentalmente la energía o dirección que quiero traer.
Tengo mi biblioteca súper organizada para poder estar completamente presente, responder libremente al público y navegar por distintos estados de ánimo.
Este año debutás en el sello ARTCORE de Indira Paganotto con el EP ‘I Don’t Speak German’. ¿Cómo surgió esa conexión con Indira y qué significa para vos formar parte de su universo sonoro?
Le mandé unos promos a Indira por SoundCloud el año pasado, sin esperar demasiado. Honestamente, pensé que ni iba a ver el mensaje —pero me respondió unas horas después, súper entusiasmada con los tracks. Seguimos en contacto, y eventualmente me dijo que quería firmarme para ARTCORE. Fue surreal.
En ese momento, estaba luchando mucho por mantener la fe en mi proyecto. Sabía que mi sonido no era el típico «club banger», pero era honesto y salido del corazón. Prefiero mantenerme fiel a eso antes que perseguir modas.
Cuando Indira respondió con tanta fuerza, fue como una señal —como un espejo de su propia historia antes de que Charlotte de Witte la descubriera. De repente, me sentí vista, comprendida y con energías renovadas. ARTCORE y yo somos una combinación natural. Compartimos las mismas creencias artísticas.
El EP incluye títulos poco convencionales como ‘Stop Stealing My Socks’ y ‘You Look Ugly When You Drink Whiskey’. ¿Qué rol juegan el humor o lo absurdo en tu proceso creativo?
Es simplemente parte de quién soy. Me río todo el tiempo y me gusta inyectar ese humor en todo lo que hago. Los títulos empezaron como bromas internas cuando recién comencé a producir, y ahora se volvió una especie de ritual.
Incluso tengo una lista de títulos graciosos para emparejar con tracks cuando los termino.
Si una pista no me hace reír o sorprenderme mientras la estoy haciendo, me aburro. No pienso en cómo va a sonar en un club ni en cómo va a reaccionar la gente. Es simplemente yo jugando, como un niño con sus juguetes.
Desde afuera puede parecer tonto, pero en realidad es mi espacio más honesto y lúdico.
Tus tracks tienen una identidad marcada, con un uso atrevido de samples, estructuras impredecibles y una estética sonora que desafía la categorización. ¿Cómo definirías tu estilo y qué influencias creés que lo moldean?
Es difícil. Generalmente lo describo como “fast techno”, pero está influenciado por muchos géneros: hard techno, psytrance, trance, hard groove… incluso a mí me cuesta ponerle una etiqueta.
Estructuralmente, el jazz me ha influenciado muchísimo. Me encanta el caos y la libertad de las jam sessions. Por ejemplo, escribí Stop Stealing My Socks justo después de ver el solo de batería más loco de mi vida —quise crear ese mismo tipo de momento explosivo y salvaje en el drop.
Has tocado en plataformas icónicas como HÖR Berlin y BCCO, referencias clave en la escena europea. ¿Qué significaron esas experiencias para vos y cómo impactaron en tu carrera?
HÖR fue un antes y un después. Es como un pasaporte para los DJs —de repente, la gente en todas partes te reconoce. Estaba tan nerviosa antes del show que literalmente hiperventilaba, con una amiga intentando calmarme.
Apenas terminó, fuimos directo a Berghain a celebrar. No revisé mi celular por 24 horas, y en el tren de vuelta a París vi que ya había alcanzado las 10.000 reproducciones. Me largué a reír y lloré de alegría ahí mismo en mi asiento. Fue abrumador en el mejor sentido.
Para quienes aún no te han descubierto en Latinoamérica, ¿cómo describirías una noche ideal con Lola Cerise tras las bandejas? ¿Qué puede esperar el público de vos como artista?
¡Una tonelada de energía! No puedo evitar saltar todo el tiempo. Me alimento de la energía del público, así que cada set es diferente. Me encanta conectar con la gente, y he escuchado que el público latinoamericano es el más ruidoso y loco del mundo —me suena como la combinación perfecta.
Escucha el nuevo EP de Lola Cerise a continuación: