Felipe Venegas: Hogar Dulce Hogar

Felipe Venegas: Hogar Dulce Hogar

Tras años de idas y venidas entre Chile y Europa, Felipe Venegas explota una nueva faceta de su carrera.

Artículos | Por Hernan Pandelo | 26 de noviembre de 2020

“Esperame un segundito. Estoy escuchando uno de los últimos tracks que he estado haciendo… ¡Estoy probando la mezcla!”, dice con una sonrisa en la cara Felipe Venegas desde su más reciente proyecto Casa Sonido. En medio de este presente tan particular, el DJ y productor chileno, devenido en director de academia y, como él mismo se describe, gestor de actividades musicales, encuentra su rutina diaria enfocada en la educación.

Con formación musical y pedagógica, después de una buena cantidad de años codeándose con la elite electrónica en sucesivas temporadas en Europa, Felipe Venegas decidió echar algunas raíces en Chile, después de convertirse en padre, y creó Casa Sonido, una academia de música electrónica ideada para formar músicos integrales a través de una relación horizontal entre tutores y alumnos.

Entusiasmado por el presente de este proyecto, en medio de una pandemia que lo obligó a modificar procesos en su rutina para poder seguir dirigiendo la institución y aportando a la crianza de sus hijos, hablamos con él para entender un poco el porqué de esta decisión.

Felipa, ¿dónde queda Casa Sonido exactamente?

“En Santiago de Chile, en la comuna de Providencia. Es un barrio bastante central.”

Se te nota cómodo por ahí…

“Si, estoy en mi oficina. Ya llevo tres años con este proyecto, que justo se mezcló ahora con la cruzada de la pandemia. Ya hace un buen tiempo que estoy muy enfocado en la academia, aunque igual seguía tocando los fines de semana, más que nada, en el circuito nacional y sudamericano.”

Entonces, ya cuando te enfocaste en Casa Sonido, se redujeron tus viajes y los tours por Europa.

“Si, totalmente. A Europa no voy hace cuatro años. Además, fui papá. Tengo dos niños. Ahí se juntó todo. Ya no voy más de gira por tres o cuatro meses. Antes me arrendaba un departamento en Berlín por un largo tiempo y tocaba en diferentes lugares, pero con los niños eso ya se puso muy complicado. Y por eso mismo lancé la academia también. Ya era momento de formar una idea más sólida, digamos.”

Entonces, la academia tuvo que ver con la idea de comenzar un proyecto cerca de casa.

“Si, cerca de casa y también un lugar donde pueda ejercer mis dos pasiones: la música electrónica y la docencia. Porque estudié pedagogía y estudié mucha música. Yo partí en la música esperando ser intérprete en guitarra clásica y, a medida que fui avanzando, me empezó a gustar la composición. Entonces, me metí en un conservatorio. Hice la carrera de Músico Clásico en Composición en la Universidad Católica, con un enfoque súper convencional. Terminé ahí y estudié pedagogía porque mi viejo me dijo ‘esto no te va a servir para dar clases’. Así que me metí en otra universidad e hice dos años más, para poder usar en algún momento, lo cual está sucediendo ahora.”

¿Y qué pasó con la pandemia?

“Resulta que la academia en marzo se me llenó, había mucho interés. Pero cayó la cuarentena y muchos cursos tuvieron que posponerse o pasar al formato virtual a través de Zoom. Así que, nos fuimos de Santiago con mi familia al interior del país y estuvimos conectados con la naturaleza por tres meses, esperando que pasara un poco el tema más crítico de la pandemia.”

¿Y qué hiciste durante esos meses?

“Nos dividimos con mi esposa la mitad del día para cada uno. Entonces, por la mañana, salía a pasear con los niños, por ejemplo. Y, después, tenía que hacer todos los cursos por Zoom.”

¿Cómo se dio el proceso que te llevó a crear la Casa Sonido?

“Siempre estuve ligado a la educación. Durante mi carrera, cuando estaba en Cadenza y trabajaba por Europa, había períodos en los que venía a Santiago y daba clases en otra academia. Entonces, ya tenía claro cómo era el modus operandi. No fue nada complicado al momento de irme por mi proyecto. Ya tenía un molde bastante establecido. De hecho, cuando viví en Barcelona, estuve a punto de dar clases en la SAE. Solo tenía que impregnarle la forma y la visión que quería darle.”

¿Qué cosas te sorprendieron respecto a la educación electrónica en relación a tu educación más teórica y clásica?

“Con el correr de los años, me fui dando cuenta cómo eran los músicos electrónicos. Me di cuenta, en general, que se trata de un músico intuitivo. Es un músico que tiene un acercamiento con la música que tiene que ver con el instinto, lo cual está muy bien. Pero la idea del proyecto es llevar a cabo el instinto junto a nociones teóricas y manejar una expresión completa de la música. Entonces, lo que yo quiero aplicar en Casa Sonido es que se junten esas dos cosas: la fuerza intuitiva con el rigor del conocimiento. Estructura, teoría, solfeo, estética… Ahí se logra configurar un nuevo músico electrónico.”

Felipe Venegas

¿Y es cierto que, a veces, aquellos entrenados de manera clásica tienen inconvenientes para expresar ciertas cosas relacionadas a la electrónica y la experimentación?

“Es algo que se habla, sí. A mí me parece que tiene que ver con la personalidad de cada uno. Toda información es válida para entender cómo se desarrolla la música. En mi caso, no se da así.”

¿Te parece que se siguen dando esos cruces de mundos de gente que viene de la música clásica y se traslada a la electrónica?

“Me parece que sí. Hay muchas escenas, muchas estéticas diferentes. Hoy, hay música que puede conectar con ese tipo de procesos. Sin ir más lejos, es algo que hace Ricardo Villalobos. Él es un gran futurista. Está llevando el lenguaje de la música electrónica a una zona de avanzada. Es como la punta del iceberg. Él juega mucho con la experimentación y juega mucho con el asunto tímbrico que es un proceso típico de la música contemporánea.”

¿Y ahora sacó música en tu sello?
“Sí, el EP de Drumma es de Ricardo con Umho y Felipe Valenzuela. Todos los chilenos. Somos amigos y nos apoyamos en los proyectos. Es un EP con tres tracks. Un track muy largo de Ricardo junto a Umho y dos remixes de Felipe Valenzuela.”

¿Qué pasa con Ricardo Villalobos? ¿Por qué lo que hace o dice genera tanto revuelo?

“Lo que yo opino es que él expande mucho el lenguaje y aporta mucho al género. Me parece que no es una persona que esté pensando siempre en el recurso obligatorio y la funcionalidad concreta en la que, a veces, nos vemos sumergidos en la música electrónica. Ricardo levanta mucha pasión, tanto en sus seguidores como en sus detractores.”

“La idea es expandir la visión que tenemos de un músico consecuente, que sabe dónde está parado y que tiene un gusto especial por la parte más artística y por generar un sonido auténtico.”

Se nota que tienes el objetivo de darle un lugar de importancia a la música chilena.

“Si, es un objetivo, sobre todo, para Casa Sonido, con la que queremos establecernos fuerte en Santiago y luego ir hacia otras regiones de Chile. La idea es expandir la visión que tenemos de un músico consecuente, que sabe dónde está parado y que tiene un gusto especial por la parte más artística y por generar un sonido auténtico. Ese es el objetivo que tiene Casa Sonido.”

¿Quién es el alumno que se anota en Casa Sonido y qué suele querer el alumno cuando ingresa a la academia?

“Es súper loco porque se enfila gente que va muy bien con nuestra filosofía. El estereotipo es un chico más alternativo. Suele ser alguien que configura bien con nuestros conceptos y rápidamente se acomoda. Y muchos ya llegan sabiendo qué van a aprender y otros llegan bastante más a la deriva. Yo me entrevisto con todos los alumnos de Casa Sonido. Entonces, ahí tenemos un contacto que acomoda un poco todo y sabe si es el lugar para él.”

¿Y qué te pasa con un nuevo proyecto así? ¿Te genera incertidumbre o miedo encarar un camino diferente al que ya tenías consolidado?

“Mi objetivo inicial en la música era hacer una carrera internacional la mayor cantidad de años posible pero el nacimiento de los hijos te hace repensar muchas cosas. Quizás, tuve miedo en algún momento, dejando algunas cosas que me gustaban mucho pero, al final, el proceso de crear una academia también me brinda peso artístico. Entonces, primero, no se me ve solo como un DJ y productor sino también como un gestor de otras actividades relacionadas a la música. Y la música no la he dejado. Me he preocupado de no sacar el pie del acelerador por completo, mantenerme en el medio. En estos momentos, sé que tengo que poner mucha energía en el proyecto. Y ya no tengo el bicho enfermizo de querer estar tocando todos los fines de semana en Amnesia y en Pacha. Uno crece y está dispuesto a cambiar algunas cosas.”

“Ya no tengo el bicho enfermizo de querer estar tocando todos los fines de semana en Amnesia y en Pacha. Uno crece y está dispuesto a cambiar algunas cosas.”

Y al dejar un poco de lado ese circuito internacional y enfocarte más en el plano local, ¿Qué encontraste?

“Durante siete u ocho años, estuve tocando a fondo entre Chile y Europa. Allá, está bastante más desarrollada la escena y hay un profesionalismo desde el principio hasta que te vas del club. Acá los fees son bastante más bajos pero, desde el año pasado, las cosas están mucho mejor y era rentable vivir de esto, como Argentina, lugar a donde viajé durante muchos años. Sudamérica tiene algo muy potente que no tiene Europa: la gente sudamericana es muy cálida. Quizás, no tienes el mejor sistema de sonido pero tienes un acercamiento a la gente que es muy interesante.”

Cerremos con tu rutina, ¿cómo es un día de tu vida?

“En la mañana, estoy con los niños de 8 a 11, eso es sagrado. Después vengo a la academia y estoy con clases hasta las 10 de la noche.”