Mutek Barcelona: promesas cumplidas

Mutek Barcelona: promesas cumplidas

Durante cuatro días, Barcelona se vistió de fiesta para celebrar el décimo aniversario del festival Mutek.

Noticias | Por DJ Mag Latinoamérica | 10 de abril de 2019

Este año la celebración fue por todo lo alto con un line up excepcional compuesto por 42 artistas de 17 nacionalidades diferentes, muchos de ellos debutando en Barcelona o realizando shows premier para el festival. A lo largo de los cuatro días y en los más de once espacios y escenarios hemos disfrutado de 18 artistas que se presentaron por primera vez en Barcelona y de 23 shows que se estrenaron dentro el festival.

Y no todo fueron shows y presentaciones de artistas: este año, además de sumar más escenarios y locaciones, se puso especial foco en actividades paralelas como los workshops, masterclasses, paneles e instalaciones que lograron satisfacer a los más de 7 mil asistentes que deambularon alrededor de Barcelona sedientos de música electrónica de vanguardia y artes audiovisuales con tecnología de punta.

Mutek prometía mucho en su aniversario y la sensación de celebración y las expectativas eran diferentes a las de otros años. Se sentía en el aire que se venía una semana diferente y así lo fue. Los resultados se veían en la cara de satisfacción del público y en la de cansancio de los organizadores.

Comenzamos la maratón Mutek el miércoles por la tarde, visitando el espacio de la fundación Roca. Un edificio con arquitectura futurista e iluminación acorde que fue el marco ideal para dar el puntapié inicial al festival con la presentación oficial por parte de los directores. Luego de las formalidades y el brindis de inauguración, nos adentramos en el subsuelo del espacio para disfrutar la instalación audiovisual de Nonotak, la dupla japonesa-francesa que forman la ilustradora Noemi Shipfer y el arquitecto-músico Takami Nakamoto. La obra “Zero Point One V.2” es un ejercicio de iluminación fluorescente y un ambiente auditivo cambiante que nos recordó a todos que es lo que se viene a buscar a Mutek y de qué se trata la propuesta de un festival de este estilo.

Después de contemplar la instalación de Nonotak, ya iba siendo la hora de mover un poco el cuerpo y darle paso al primer live act del festival. El responsable de cerrar la primera noche del festival fue el argentino Microfeel, quien realizo su directo de manera orgánica y progresiva apoyando su música sobre las visuales que se proyectaban a su espalda sobre una gran pantalla.

 

La primera noche quedó en familia y en un tono íntimo ya que tanto Nanotak como Microfeel son dos nombres asociados al festival, con presentaciones previas en diversas ediciones alrededor del mundo.

 

MUTEK

Microfeel cerrando la inauguración.

 

Esta endogamia de artistas es una constante dentro del concepto de Mutek y nada tiene que ver con los favoritismos y asociaciones comerciales que se suelen ver en otros festivales. Desde sus comienzos, Mutek apuesta por artistas de todas las nacionalidades y los invita a realizar su arte en las distintas ediciones alrededor del mundo y a lo largo de los años. Esta “política” de contrataciones no sólo es buena para los artistas a quienes se les da una plataforma sólida y sostenida en el tiempo para presentar sus obras sino también para nosotros, el público asistente, permitiéndonos  apreciar el proceso evolutivo de un artista y darle un seguimiento que, de otra forma, seria prácticamente imposible. La edición de Barcelona no es la excepción: año tras año, vemos ciertos nombres volver con shows, performances e instalaciones nuevas. Muchas veces, mostrando distintas facetas de un mismo artista, con el énfasis en dejar en claro que Mutek Barcelona no es un franchising del festival canadiense y es en sí un espacio con identidad propia que mira tanto dentro de la escena local como a sus alrededores, además de ser un espacio de debate e intercambio cultural, sumando colaboraciones con universidades y charlas en el marco de DIGILAB, el costado más didáctico del festival.

 

“Esta endogamia de artistas es una constante dentro del concepto de Mutek y nada tiene que ver con los favoritismos y asociaciones comerciales que se suelen ver en otros festivales.”

 

Empezamos el segundo día del festival asistiendo a algunas de estas charlas. Con gran convocatoria, la sala de la Universidad Pompeu Fabra recibió la charla de Herman Kolgen –volveremos a hablar sobre él más adelante- y el panel de Alex Braga y el profesor Antonio Riganti, quienes conversaron sobre su proyecto A-MINT -“Artificial Music Intelligence”. Nada mejor que empezar el día escuchando conversaciones de expertos en sus áreas que, en un festival con un factor tecnológico tan alto como este, nos ayudan a contextualizar y entender mucho más el funcionamiento y el detrás de escena de los shows que veremos.

Ya entrada la tarde, era hora de cambiar de locación y acércanos a Plaza Cataluña para asistir a las sesiones de AMBIENT en el espacio ImaginCafé. Un detalle que hace aún más interesante Mutek Barcelona es el hecho de que las actividades suceden en distintos lugares de la ciudad por lo que, mientras uno asiste al festival, tiene la posibilidad de ir recorriendo Barcelona cual turista con la cámara de fotos colgada, haciendo alguna que otra parada para comer una tapa o un buen jamón de bellota, para luego seguir rumbo a los eventos.

El ImaginCafé fue el lugar ideal para experimentar las esperadas sesiones en formato ambient de Michele Mercure y Rafael Anton Irisarri. Teníamos mucha curiosidad de ver cómo sería esta experiencia ambient en directo. Sabemos que este estilo de música nos invita a ambientes relajados y tranquilos que son difíciles de ejecutar y reproducir con demasiado público. Sin embargo, nos llevamos una grata sorpresa al observar una sala que colgó el cartel de sold out con un público atento a las presentaciones en completo silencio y sin la molestia de celulares o conversaciones de fondo que rompen la magia. ¡El respeto por los dos americanos fue total! Y no era para menos, si tenemos en cuenta que Mercure llevaba 30 años sin presentaciones en directo y que esta fue su primera aparición en Europa. Michelle nos entregó un show corto pero contundente donde demostró que no es siempre necesario despojar de sonidos y elementos una composición para ser catalogada como “ambiental”, estirando el concepto ambient hasta sus límites. A lo largo de los 45 minutos que duró su performance, se mezclaron discursos políticos de viejas cintas magnéticas con un toque industrial que, sumadas a su voz, por momentos, dejaron entrever una mirada pop muy personal.

Con el cierre de Michele Mercure, el clima lo marcaba la expectativa que generaba el encargado de darle fin a la noche, Rafael Anton Irisarri, otro artista que, a pesar de ser considerado uno de los más celebrados compositores de música ambient a nivel mundial, tiene contadas presentaciones en directo. Para el show en Barcelona, trajo un arsenal de sonidos que fusionaban cálidamente la música drone y el post-minimalismo con una base de texturas que facilitaban las transiciones que él mismo controlaba desde la mesa de mezcla o que salían directamente de su guitarra eléctrica, filtrada por una cantidad de pedales y delays que pondrían celoso a algún guitarrista de Mogwai.

La música del imaginCafé nos dejó en estado de slow motion y no llegamos a tiempo a la primera entrega de un ciclo clave de cualquier visita a un Mutek: el A/VISIONS. Aquí, hubiéramos podido ver con todo el esplendor la columna vertebral que da vida al concepto de curaduría Mutek. Tendríamos nuestra revancha el domingo con la segunda edición, en el auditorio de Barcelona. Quedará para otra aventura ver la instalación-live performance de los canadienses Push 1 stop & Wiklow y el show de Martin Messier & YRO.

Ese respiro necesario daba la energía extra que se necesita para ir a la sala Laut a inspeccionar el ciclo PLAY. Por la noche, los sonidos experimentales tomaban ritmos más bailables y los encargados de cerrar el primer ciclo nocturno de este Mutek Barcelona eran Verraco, el colombiano a cargo del sello Insurgentes, el talento local de Umo y el noruego Boska.

 

La mañana del viernes se la dedicamos al workshop de Alejandro Mosso. El artista argentino radicado en Berlín realizó una minuciosa disección de su live-set en el espacio del SAE Institute. Un par de horas más tarde, le llegaría el turno a Guillaume Coutu Dumont, quien realizaba una demo en las instalaciones de la escuela Microfusa con una sala rebalsada de alumnos de la escuela.

Siendo el tercer día del festival, el cuerpo pedía hacer una parada en boxes que renueve las energías y dé el empujón extra para otra jornada nocturna. Nos acercábamos a otro ciclo ya clásico de Mutek, el NOCTURNE. Como ya es habitual en Mutek Barcelona, NOCTURNE toma por completo los dos espacios de la sala Apolo, mítica sala de conciertos que celebró recientemente 75 años en la ciudad. El comienzo de la noche en ambos espacios estuvo a cargo de artistas españoles. Mientras que en la sala más grande del primer piso Ikram Bouloum y Olaf Blanch hacían de las suyas hasta las dos de la mañana, en el subsuelo, Ylia y Map.ache se repartían la hermosa labor de realizar un buen warm up, demostrando que los locales pisan fuerte en Barcelona.

La buena música y la puesta en escena de luces de Martin Borini hizo hizo fácil la espera para escuchar a dos platos fuertes del cartel. La presentación de Jacques Greene, artista asociado a los sellos Night Slugs y LuckyMe, y la sesión en conjunto de Mala con Kode9, un back to back que nos llevó de recorrida por toda la historia del dubstep y gran parte del catálogo de Hyperdub.

Solo dos leyendas como Kode9 y Mala pueden transformar un club catalán en una fiesta a puro bassline y que, por momentos, uno se sienta en el legendario DMZ de Londres, espacio donde estos sub-géneros de la electrónica cobraron vida y se expandieron al mundo como un virus del que aún no se encontró cura. Agradecimos la decisión de ambos de tocar unos tres o cuatro temas cada uno, en lugar de los back to back furiosos donde cada DJ pincha un track y da paso al siguiente DJ. Aguatando hasta el final para ver un cierre por todo lo alto, el próximo destino era conectar un rato con la almohada, al menos por unas horas.

 

Los sábados son siempre los mejores días de Mutek Barcelona. Quizás, porque sea el último día del festival o porque la acción diurna se concentra en la antigua fábrica de cerveza Estrella Damm, un espacio que da para jugar a perderse por sus distintos recovecos. La sala de almacenamiento de la cervezas con barriles que van del suelo al techo –lamentablemente, están vacíos-, el enorme patio al aire libre donde además de un escenario se colocan los food trucks y barras de bebida, la terracita para relajarse y estar un rato en silencio… En definitiva, un lugar muy especial de Barcelona al que nos da acceso Mutek.

Con intenciones de hacer patria, llegábamos temprano para darle support a Uji, el argentino que debutaba en Mutek Barcelona haciendo su live con vocales y percusiones en directo. Nos regaló un trocito de Sudamérica a Europa, ofreciendo los ritmos latinos fusionados con house que tanto vemos hoy en día.

Ni bien termino Uji, ya había una buena fila para entrar a la sala de máquinas de la fábrica. Se presentaba Kelly Moran, uno de los shows más espectaculares de la edición 2019 de Mutek Barcelona. La pianista de formación clásica nos llevó de viaje con su música y poderosas visuales, paseándonos por la música de su más reciente trabajo para el sello Warp, “Ultraviolet”. Al ver a esa mujer con tal destreza en sus manos, manejando con total sutileza  y firmeza el teclado, era fácil imaginarla practicando horas y horas las hermosas composiciones y paisajes que crea en su instrumento predilecto.

La extensa actividad de la Antigua fábrica Estrella Damm finalizaba antes de las ocho de la noche. Nos daba el tiempo perfecto para cambiar de lugar, subir al metro y acercarnos a L´Auditori de Barcelona. Para la absurda cantidad de contenidos que ofrece Mutek comprimidos en cuatro días, no se siente ese agobio de tener que ir corriendo de un escenario a otro mientras te vas perdiendo todo o disfrutando sólo fragmentos de lo que quieres ver y, aunque quedaba toda la madrugada por delante, esta seríala parada final de nuestro recorrido Mutek. El broche de oro o “la cereza del pastel”, como dirían en España. Nuestra revancha, la segunda entrega de A/Visions.

 

El auditorio de Barcelona brindaba un clima de gala. Se acercó un público de edad más grande que el que uno suele ver en un festival y el motivo, probablemente, era despedir a una leyenda. El artista multimedia Herman Kogen iba a brindar su último show y el escenario para despedir su maravillosa carrera era Mutek Barcelona. Ver un artista de la talla de Kogen bajar el telón daba un sabor agridulce que se transformó en alegría en cuanto comenzó la función y él mismo se encargó de desterrar cualquier melancolía que estuviera dando vuelta por los aires. Se retira de los escenarios pero no de su labor en el taller/laboratorio de Canadá.

 

El espectáculo titulado ISOTOPP estaba basado en la abstracción molecular y las transferencias de energía. No es de extrañar que haya pasado dos años completos para la fabricación de los elementos que componen el espectáculo. Después de presentar el espectáculo como estreno mundial en el Festival Interstice de Caen y en Mutek Montreal, le llegaba el turno a Barcelona, ciudad donde Kolgen se presentó en muchísimas ocasiones con diferentes propuestas. ISOTOPP nos expuso a su obra de sonido, proyección y fusión de ciencia en su máxima potencia. Nos agarramos de las butacas fascinados ante las formas de metástasis y pulsos de luz que detonaban ante nuestros ojos, dentro de una sala con forma de anfiteatro y paredes de madera que aportaba una acústica que envidiarían muchas opera house.

 

MUTEK

 

Así, las viejas generaciones se despedían y se hacían a un lado para dar paso a los talentos más jóvenes. Algo que no se ve muy a menudo en el mundillo de la electrónica. El cierre del A/Visions contó con la esperada presentación de A-Mint, proyecto de Alex Braga junto al pianista Francesco Tristano. Este último ya nos tiene más que demostrado que es un excelente invitado para un show y que se puede subir al groove que se le proponga, desde el jazz hasta lo más experimental dentro del techno, y esta no sería la excepción. La genial improvisación al piano y las orquestaciones electrónicas futuristas de Braga se sumaron a las proyecciones generativas y A-Mint reescribió frente a nosotros las reglas de la música electrónica en vivo, sumergiendo al público en una experiencia única de exploración.

 

“Uno de los desafíos más difíciles de un festival que nace en otro país y se ramifica por el resto del mundo es generar ediciones locales con gustos y sabores propios. Eso y mucho más nos regaló el décimo aniversario de Barcelona.”

 

Luego de cuatro jornadas que quedaran para el recuerdo, Mutek Barcelona volvió a demostrar porque es una de las ramas del festival Mutek más sólidas del mundo, a la altura de las otras celebraciones que tiene Mutek para el 2019, como el vigésimo aniversario de la casa matriz en Montreal.

Uno de los desafíos más difíciles de un festival que nace en otro país y se ramifica por el resto del mundo es generar ediciones locales con gustos y sabores propios. Eso y mucho más nos regaló el décimo aniversario de Barcelona: la sensación de que vendrán muchos aniversarios más y que el público sigue buscando, explorando y con el mismo impulso de seguir encontrándose cara a cara con artistas que empujen las barreras de lo convencional. Mutek es electrónica de club, de salón, de exposición y de museo pero siempre de vanguardia y con gustito a futuro.

Y aunque Maradona no forme parte de la campaña publicitaria del festival, como lo hizo en 2002 para el disco del Sonar, este año la casaca con el diez se la lleva puesta Mutek Barcelona.

 

Texto: Shams Faure