

El artista pionero, fundamental en el desarrollo de los sintetizadores modulares, falleció la semana pasada. El ingeniero americano fue una figura muy importante en la historia de la síntesis modular. Su primer trabajo fue el Buchla Series 100 que salió a la luz en el año 1963. Diseñó sintetizadores de la serie Buchla hasta los años ochenta y, además, lanzó sintetizadores modulares más pequeños portables llamados Buchla Music Easel, en 1972. Luego de años de creación de controladores MIDI, a mediados de la década pasada, volvió a la creación de los sintetizadores modulares con el modelo 200e.
Con los años, se convirtió en uno de los padres de la síntesis modular, reconocido por artistas de diferentes corrientes. Falleció el pasado 14 de septiembre en su casa, a causa de complicaciones en su lucha contra un cáncer.
Siempre estuvo ligado a las corrientes de la Costa Oeste de la síntesis modular, orientadas a formatos más experimentales y menos comerciales –a diferencia del trabajo de Robert Moog. Una de sus frases inmortalizó su obra de la mejor manera: “Siempre pensé que, si hacía algo que era demasiado popular, había algo que estaba haciendo mal y debía seguir con otra cosa.”