La escena de la música electrónica en Argentina sigue creciendo a pasos agigantados. Miguel Silver vio esa evolución, tanto de la música como de la tecnología que se usaba a la hora de producir y pararse detrás de las bandejas. Una carrera de más de tres décadas le dio la experiencia y el lugar en donde está ahora.
Este viernes se presentará en el Ciclo Dialog de Artlab junto a Victoria Arena y está más que preparado para hacer bailar a quienes se animen. Su mística, música y su manera de pararse detrás de la cabina lo distinguen del resto de sus colegas.
Antes de que haga vibrar Artlab, hablamos con Silver sobre su carrera y la evolución de la música y la tecnología en la escena.
Tenés una carrera muy extensa, más de 34 años detrás de la cabina y estudios. ¿Cómo ves a la escena de la música electrónica Argentina?
Después de haber transitado varias décadas y visto todo desde el comienzo, creo que es un momento bisagra. La renovación que se venía dando desde hace años, antes de la pandemia en 2020, pero con la explosión de este suceso a nivel mundial se aceleró el proceso de recambio ya sea de artistas, público, costumbres y escenarios con todo lo que eso conlleva.
Argentina siempre fue referencia en Latinoamérica con respecto a música electrónica. Y en este proceso de aparición de nuevos protagonistas los que contamos con más experiencia tenemos que apoyar y acompañar este momento tan importante.
Y entonces, ¿cómo fuiste adaptándote a estas nuevas tendencias, tecnologías y sonidos musicales a lo largo de los años?
La música electrónica es algo fascinante porque en todo momento cambia, muta, se reconvierte, fusiona. Pero hay algo que siempre está, que es el ADN, osea todo siempre está relacionado con el principio y hay cosas que dan vuelta y evolucionan, pero llegan al mismo lugar de partida (como un reloj). Eso es apasionaste porque podes mixturar nuevo con clásico y mientras tengan el mismo patrón conceptual es interminable.
En mi caso soy un apasionado de ver cosas nuevas todo el tiempo, ya sea de tecnología y música. Pero priorizo la creación y fusión de sonidos en tiempo real y de oído antes que la automatización. Por eso el formato que elijo (la bandeja, el vinilo), porque me permite expresarme de una manera pura, cómoda y con un sonido diferente.
Siempre lo hiciste manteniéndote fiel a tu impronta. ¿Fue difícil? Y cómo ves la evolución de tu música?
En el momento que comencé vi el nacimiento y evolución de los dos géneros de base de todo, House y Techno. Son mis géneros de cabecera con los que crecí y desarrollé en todo este recorrido. Hay muchísimo house y techno salido en todos estos años y hay interminables discos más nuevos, más viejos, que si son de calidad se vuelven atemporales. Además todo lo que sale nuevo todos los días en vinilo (el formato que uso) difícil no es, al contario, es sumamente placentero.
De Argentina al mundo, realmente, compartiste cabina con grandes DJs como Richie Hawtin y Adam Beyer. ¿Qué significó en tu carrera?
Los dos están entre mi lista de referentes. Las experiencias fueron geniales.
Con Adam fue en el 2012 en Pacha y si bien tengo los discos del principio de Drumcode, sello que hoy ya no me gusta, es uno de los DJs que más admiro por su técnica, fuerza y energía a la hora de manejar una pista. Arrasador.
Con Richie fue como parte de la Urban Groove cuando vino por primera vez en el ’99 presentando Decks & EFX. Fue épico. Nunca, de todos los que estábamos presentes, vimos algo así. De él también tengo todos sus discos solo hasta el principio de Minus.
Volviendo a Argentina… ¿Qué conexión sentís cuando tocas para el público argentino?
La conexión es algo inexplicable y mágico porque es tu gente, la que habla tu mismo idioma, la que siente básicamente las mismas cosas. Y no es lo mismo cuando viajas a otros países y te encontras con escenas diferentes, que en sí es realmente apasionante, pero poner música en tu tierra es TODO.
¿Qué es el ciclo Dialog de Artlab para vos? ¿Qué significa para vos tocar en Artlab?
Realmente es algo sumamente diferente ya que, al no ser un club y estar puramente dedicado a las expresiones culturales, el público va con otra cabeza esperando algo más del dj de lo que normalmente tiene como expectativa en una discoteca. Me siento afortunado por haber sido invitado a esta experiencia y a la vez aprovechar para festejar mi cumpleaños ahí.