Cuando Harmonix lanzó su nuevo juego de DJs llamado Fuser el 10 de noviembre de 2020, justo después del 15 aniversario del lanzamiento de su juego más popular, Guitar Hero, había muchas razones para pensar que causaría furor entre los gamers. Gran parte del mundo ya había estado encerrado por algunos meses por la pandemia, esperando con sus energías reprimidas que volvieran los espectáculos en vivo.
El extenso catálogo de Fuser de más de 130 canciones había promocionado grandes éxitos como “Bad Guy” de Billie Eilish y “The Middle” de Zedd, además de algunos avances exclusivos de pistas de productores más nuevos como Cade7. Pero el juego parece haber caído en el silencio total, tal vez, por haber llegado unos años más tarde de la explosión del EDM. Al momento de escribir esto, Fuser solo tiene alrededor de 5.100 seguidores en Twitch, muy por detrás de otros juegos de ritmos como el Beat Saber y Just Dance 2021.
Creo que una gran parte de la dificultad para comunicar el valor de algo como Fuser está en el juego en sí. En un juego de música típico, como Guitar Hero o Just Dance, todo se mide por la precisión, no por la creatividad; el objetivo es tocar todas las notas o movimientos de baile en el momento perfecto y, por lo general, solo hay una forma de hacerlo bien. Por el contrario, el DJ, como la creación musical en sí, es mucho más difícil de puntuar cuantitativamente, porque hay muchas formas diferentes de mezclar y combinar un catálogo de 130 canciones en un controlador de cuatro decks.
El modo de campaña de Fuser, que lleva al jugador a través de una serie de escenarios similares a Tomorrowland con promotores ficticios guiando el camino, intenta encajar un cuadrado de DJ en el agujero redondo de la “puntuación” objetiva, hasta el punto en que, a menudo, te incentivan para hacer mezclas que son simplemente malas, con el espíritu de cambiar constantemente las canciones para acumular puntos. Dado que la música y el DJ son en gran parte actividades sociales, también fue decepcionante ver que el modo social de Fuser era bastante limitado y solo permitía a los jugadores compartir mezclas de 32 compases de duración. El modo de batalla se sintió más atractivo y arriesgado, pero, nuevamente, el objetivo principal implica cambiar de pista de una manera caótica e incoherente para noquear a tu oponente, algo que nunca funcionaría en un club real.
Dicho esto, el juego en sí ofrece una introducción sólida a las acciones básicas del DJing, la mayoría de los cuales se desbloquean a medida que los jugadores avanzan en el modo de campaña. También aprecié la profundidad de la personalización de los avatares de los jugadores, desde la amplia gama de opciones de ropa y tono de piel hasta el hecho de que el tipo de cuerpo y el vello facial no se ajustaban a un género específico. Los principales promotores en el juego eran en su mayoría personas de color -negros, del Medio Oriente y del este de Asia-, lo cual fue bueno para ver en un clima donde la industria de la música está lidiando con problemas de diversidad.
Habiendo dicho esto, mi modo favorito en Fuser es el estilo libre, que no implica puntuación ni evaluación en absoluto y, en cambio, permite a los jugadores pinchar continuamente desde un deck personalizado hasta 24 canciones de su elección. Cuando hice la demo del juego por primera vez, el equipo de Fuser me dijo que, si bien el modo de campaña estaba más reglamentado en su puntuación, el estilo libre se trataba más de lograr cierto “flow” y alentar más la experimentación y el descubrimiento de canciones sin penalización. Esto se pareció mucho más al verdadero placer de ser DJ en la vida real, y me llevó a la pregunta fundamental sobre este juego: ¿Qué está vendiendo Fuser realmente?
En sus materiales de marketing, Fuser parece querer lograr un objetivo similar al de la franquicia Guitar Hero: vender el estrellato aspiracional en el escenario mundial. Pero, en la práctica, creo que Fuser está vendiendo permisos para experimentar, para expresarse libremente con la materia prima de la música existente, una hazaña que es cada vez más difícil de lograr en una era de cortes por derecho de autor. Este encuadre de un juego como punto de entrada a la experimentación creativa debería ser la principal propuesta de valor que Fuser y sus socios discográficos promuevan en el futuro. En particular, agregar más canciones al jueg. Con el tiempo, podría aumentar su valor significativamente, como una caja digital en constante expansión.
Hay un punto en Fuser en el que uno de los promotores le da una charla al jugador y abarca cuál debería ser el verdadero espíritu del juego: “Los ‘errores’ son simplemente innovaciones poco convincentes, así que sal e innova.”
Traducido del artículo original “State of Play: FUSER, the new DJ video game from the makers of Guitar Hero” escrito por Cherie Hu en DJ Mag.