Fotos: Alive Coverage
A las 2 de la madrugada del lunes 1 de abril, Ultra Music Festival dio por terminada la edición N°21 de su festival de bandera, el cual celebra todo los marzos en Miami. Después de haber perdido su ya característico espacio en el Bayfront Park en el downtown de la ciudad norteamericana, donde había llevado adelante la mayoría de sus ediciones anteriores, tuvo que hacer pie en Virginia Key, un hermoso paraje ubicado en medio entre la ciudad de Miami y Key Biscayne, uno de los cayos más conocidos de Miami, al que sólo se puede acceder por una autopista con dos carriles de ida y dos de vuelta.
Allí, utilizando espacios como el Miami Marine Stadium y el Historic Virginia Key Beack Park, desplegó toda su producción, presentando unos ocho escenarios repletos de talentos. Desde el mainstage con sus grandes nombres, pasando por el Live Stage, que contó con la presencia del debut del cubo 3.0 de Deadmau5, hasta la Resistance Island, un espacio ubicado a unos 2 kilometros del mainstage que, sólo accesible a través de una caminata de unos 30 minutos, presentaba una propuesta con la misma calidad de producción pero abocada a los sonidos underground a los que nos tiene acostumbrados. La Megastructure de Carl Cox estaba acompañada de otros dos escenarios: Reflector y Arrival. Cada uno de estos jugaba un papel importante y por allí pasaban grandes nombres del circuito del house y el techno, para los presentes de pies cansados que habían transitado el largo recorrido desde el ingreso principal hasta esta parte –aunque, por supuesto, había una entrada directa desde por la Resistance Island para aquellos que sólo estaban interesados en los Carl Coxs y Richiew Hawtins.
En total, unos 170 mil asistentes pasaron por allí durante los tres días, con más de 105 naciones haciéndose presentes y otros 30 millones de espectadores online que no asistieron ni tuvieron que vivir algún que otro atasco de tránsito, ya sea a la ida o a la vuelta.
Con un fuerte mensaje para cuidar el medioambiente, Ultra desplegó toda su fuerza de producción y, aunque el primer día del festival tuvo que lidiar con una horda de asistentes enojados –y con razón- que no podían acceder a los traslados de buses que el evento había dispuesto desde y hasta el predio en tres puntos de la ciudad, todo pareció mejorar en los días que le siguieron: una disculpa de los organizadores y un arduo trabajo en conjunto con las autoridades de Miami terminaron por acelerar las salidas, con carriles exclusivos para los shuttles que hicieron que los jóvenes presentes puedan volver a sus hoteles más rápido y no tuvieran que caminar las 4 millas del puente por su cuenta, evitando malestar y convenciendo a todos de que, a pesar del paso en falso, se habían movido para buscar mejoras.
Así fue como los días subsiguientes tuvieron todos los condimentos típicos del Ultra: Performances increíbles, escenarios de película con sonidos de primer nivel y un público por demás colorido que supo entender que los tres días de festival eran para disfrutarlo. Más cansados que en ocasiones anteriores –la distancia entre los escenarios ubicados cerca del mainstage y la Resistance Island era más de lo esperado- los cierres también estuvieron a tono con la increíble potencia de Ultra, con Marshmello, Deadmau5, Carl Cox, Martin Garrix, Black Coffee, Tespilot, The Chainsmokers y Adam Beyer siendo algunos de los nombres por los que todos querían quedarse hasta el final.
Luego de una primera jornada con cosas por mejorar, Ultra supo estar a la altura y terminó dando vuelta una página que parecía difícil de lograr. El año próximo la cita ya está confirmada: el 2020 tendremos Ultra los días 27, 28 y 29 de marzo. La pregunta es, ¿será de nuevo en Virginia Key?
Texto: Hernán Pandelo