Nacido como un experimento hippie en el medio del desierto, Burning Man es una de los encuentros anuales más interesantes que tiene el universo cultural. Miles de personas de diferentes espacios y ambientes se reúnen allí durante siete días para despilfarrar sus expresiones artísticas. Sin manejo de dinero dentro de los días que dura el festival, todos van allí por un mismo objetivo: empaparse de expresiones culturales de todo tipo. El nombre viene de la culminación del encuentro, donde “el hombre” –“The Man”-, una escultura gigantesca, se prende fuega a la vista de todos los asistentes. Por supuesto, la música electrónica tiene su lugar y, año a año, cientos de DJs se hacen presentes con proyectos diversos y en varios formatos.
Este año, al parecer, la apuesta ha ido más allá. Los organizadores del Burning Man han comprado nuevas tierras en el norte del estado de Nevada –un enorme espacio de más de 15 kilometros cuadrados- con la idea de realizar eventos a lo largo de todo el año, manteniendo el ethos de una congregación única. El lugar se llama Fly Ranch y quedó en manos de la organización luego de que varios donantes, asociados con Burning Man, hayan conseguido la módica suma de 6.5 millones de dólares.
“Fly Ranch es un espacio más pequeño –que Black Rock City- pero con potencial para acceder durante todo el año. No ofrece el regalo del tiempo. Eventualmente, podremos crear más oportunidades para expandirnos por todo el año”, aseguraron desde el gran festival.
Burning Man se ha convertido en un fenómeno global y, del mundo electrónico, se han hecho presentes grandes nombres. Artistas como Bob Moses, Above & Beyond musicalizando sesiones de yoga, Skrillex y Diplo, Tycho, Hernán Cattaneo, Lee Burridge, y muchos otros más, se han hecho presentes en el mágico mundo de Burning Man. Ahora, veremos qué depara el destino de este festival con un espacio propio para explotar, mientras esperamos por la próxima edición que tiene fecha entre el 28 de agosto y el 5 de septiembre.