El sábado 23 de agosto a las 23:59, Crobar recibirá una edición especial de Círculo de Sonido, el ciclo creado por Artlab que convierte la pista en un espacio de comunión sensorial. Por primera vez, la propuesta abandona su sede habitual para instalarse en uno de los clubes más icónicos de Buenos Aires, con una noche dedicada al house en todas sus formas.
En esta edición especial, el creador del proyecto y director de Artlab, Gonzalo Solimano, compartirá la cabina en un back-to-back extendido de cinco horas con Carlos Alfonsín, figura histórica del house en Argentina. “Con Carlos tenemos una conexión musical y humana de muchos años; es de esos DJs que pueden leerte el alma con un track y eso hace que cada set juntos sea irrepetible”, dice Solimano. La apertura estará a cargo de Panda, joven referente de una escena que reinventa el lenguaje de la música bailable desde nuevas sensibilidades.
Para Alfonsín, la cita en Crobar es una oportunidad para amplificar lo que el ciclo viene construyendo: “Siempre que voy a Círculo de Sonido en Artlab se arma un clima increíble: un público de todas las edades, con muchas ganas de bailar y disfrutar. Con Gonzalo nos entendemos muy bien en la música y nos gusta ir del house al minimal con naturalidad. Ahora llevamos esa energía a un espacio más grande, con más gente, y eso abre otras puertas para seguir haciendo lo que nos gusta”.
En el frente visual, la artista Dana Cozzi trasladará la estética inmersiva de Artlab a las pantallas de Crobar, con una puesta audiovisual al estilo instalación, en sintonía con la propuesta sensorial que caracteriza al ciclo. “El sonido, la luz y las visuales no son elementos separados; juntos crean un territorio donde la música se vuelve casi física, algo que atraviesa y conecta”, subraya Solimano.
Círculo de Sonido cuida cada frecuencia y cada vibración para construir un ecosistema sonoro envolvente, donde el house —en todo su espectro, desde grooves orgánicos hasta pulsos introspectivos— se vive como una experiencia de conexión profunda. Esta visita de Artlab a Crobar marca un nuevo capítulo para un proyecto que, según Solimano, “no busca solo hacer fiestas, sino generar momentos que la gente se lleve en la piel y la memoria”.