Monolink: Desafío constante

Monolink: Desafío constante

El artista alemán aprovecha las restricciones por la pandemia para terminar un nuevo álbum de estudio.

Artículos | Por Hernan Pandelo | 19 de febrero de 2021

Dividiendo su tiempo entre su casa y el estudio en la ciudad de Berlín, Steffen nos cuenta que están teniendo unos hermosos días de invierno. Si bien ha caído mucha nieve, lo que convierte en todo un desafío el llegar al estudio, nos hace saber que goza de buena salud. Steffen Linck es el artista detrás de Monolink y, en la semana previa a la salida de su nuevo single “The Prey”, un nuevo corte de lo que será su próximo álbum de estudio, hablamos con él para conocer cómo vive este particular presente.

“Realmente, estoy disfrutando de las pequeñas cosas en este momento”, comenta quien pasa el tiempo con sus roommates y aprovechó estos días para ahondar en sus dotes culinarios y en mejorar un poco su estudio. “Construí algunos paneles acústicos para mejorar el sonido de mi estudio, lo que se sintió realmente bien. Construir cosas puede traer mucho placer: hay un comienzo y un final para ello y puedes calcular cuánto tiempo necesitarás. Es muy diferente a hacer música”, analiza.

Cuando se declaró la pandemia, Steffen estaba en Costa Rica dando un espectáculo en el festival de playa llamado Envision. Como todos, no supo bien qué esperar de lo ocurrido y rápidamente comenzó a ver cómo su agenda de eventos tenía cada vez más cancelaciones. “Para mí, este es solo otro indicador de que nuestra sociedad y el capitalismo, la forma en que lo construimos, no está funcionando a largo plazo. Necesitamos reconsiderar la forma en que vivimos y consumimos, de lo contrario, cosas como estas sucederán con más frecuencia”, dispara rápidamente.

“Para mí, este es solo otro indicador de que nuestra sociedad y el capitalismo, la forma en que lo construimos, no está funcionando a largo plazo.”

Por supuesto, tuvo sus cosas positivas. “Lo mejor, sin dudas, ha sido tomarse un descanso. He querido hacer eso durante bastante tiempo, después de estar viajando sin parar durante los últimos cuatro años”, explica. Volvió a un ritmo normal de sueño, pudo pasar tiempo y volver a conectarse con sus amigos… Otra de las grandes ventajas fue haber tenido el tiempo que necesitaba para terminar su segundo álbum de estudio, el cual nos ilusiona a todos. “El período de tiempo que había calculado originalmente, por supuesto, no funcionó en absoluto. Y, ahora, tenía todo el tiempo que quería, lo cual era increíble”, agrega. “Las desventajas han sido no poder trabajar. Dejar de conocer gente, viajar a nuevos países, experimentar diferentes culturas… Afortunadamente, no me infecté ni me metí en ningún otro problema grave.”

Con la escalada de roca como una de sus pasiones, él mismo reconoce que ha sido una de sus actividades claves a la hora de mantenerse sano mentalmente. “Creo que hacer deporte es lo más importante para mantener la cordura. Afortunadamente, mi ingeniero de sonido y el co-productor del disco comparten la misma pasión, así que hicimos muchas escaladas juntos el año pasado”, nos cuenta. El álbum en cuestión no comenzó con la pandemia pero Steffen reconoce que, sin este período de por medio, se habría convertido en algo muy diferente. Para él, como para muchos artistas, el formato de álbum es uno de los más importantes a la hora de armar una carrera. “Es un desafío”, simplifica en medio de la discusión. Es, en sus palabras, mucho más que un EP. “Me gusta tomar ese desafío. Es un viaje para los oyentes pero también lo es para ti a la hora de hacerlo. Me gusta escuchar cómo otros artistas lo dominan o fracasan en el intento.”

“No puedo dejar de lado este impulso de buscar hacer el disco perfecto. Lo que, por supuesto, es imposible, pero el desafío es acercarme más que antes.”

Sin un concepto detrás, el álbum se nutre de sus deseos de hacer música, algo que funciona como el motor de toda su carrera, una que lo encuentra disfrutando de un momento único, involucrado en la escena de clubes viniendo desde otro lugar. “La escena de clubes ha sido una bendición, en este sentido”, asiente quien tenía como idea original en el mundo de la música ser cantante y compositor de música folk. “Tocaba en bares y en las calles, tratando de ganarme la vida, pero fue muy difícil. Monolink fue un proyecto paralelo que hice por diversión, después de que descubrí la música electrónica por mí mismo.”

Alejado de los grandes tours y de sus místicos shows repletos de texturas e instrumentos, Monolink pone todo de sí para aprovechar este momento. “Lo mejor que me ha pasado es ser capaz de hacer lo que hago todos los días, sin tener que ceder”, sentencia. ¿Para el futuro? Hacer más álbumes. “No puedo dejar de lado este impulso de buscar hacer el disco perfecto. Lo que, por supuesto, es imposible, pero el desafío es acercarme más que antes. En última instancia, me encantaría hacer un disco que inspire a la gente de la forma en que me inspiré yo en los álbumes que amo.”

Si quieres conocer sobre esas canciones que lo inspiraron, puedes ver aquí la playlist que armó para repasar las canciones que moldearon sus primeros pasos en la música electrónica.

Hoy se publicó su nuevo single “The Prey”: