Con muchos años en la industria musical, Kevin Muter decidió hace poco más de un año hacerle caso a su corazón e ir por el sonido que lo llevó a encarar una vida ligado a la música electrónica. Comenzando un nuevo año con muchas expectativas, hablamos con él para que nos cuente todo sobre la génesis, el presente y el futuro de MUTER.

¿Cómo estás?

“Todo bien, por suerte”

Contanos un poco cómo es tu día a día.

“Me levanto e intento entrenar todos los días. Voy a Arjaus, donde doy clases… Generalmente, tengo clases acá en mi estudio, donde recibo gente que viene a que le ayude y le de clases. A veces, hago un poco de ghost producing y, también, todo el tiempo que puedo, estoy bajando música y produciendo para mí. De las 24 horas del día, salvo lo que entreno, como y duermo, estoy con música.”

Y, ahora, metido con el nuevo proyecto MUTER.

“Sí, dejé todos mis viejos proyectos y me estoy dedicando a un proyecto que es puramente mío. Es tech house, un poco de techno, un poco de house… un poco de todo. Música de pista. Hace unos 12 años soy DJ y tenía esa necesidad de poder tocar lo que me gusta, de poder hacer sets largos, de poder lograr una flexibilidad a la hora de tocar y de poder, más que nada, hacer música de pista, que es lo que siempre me gustó.”

“Hace unos 12 años soy DJ y tenía esa necesidad de poder tocar lo que me gusta.”

Hablemos un poco de eso… Tenés una amplia trayectoria en la escena. ¿Cómo llegaste a crear MUTER después de tanto tiempo?

“Yo creo que fue una vuelta a mis raíces. Empecé a escuchar música electrónica a los ocho años, escuchando house. Mi viejo me regalaba CDs y cassettes. Me acuerdo que él llegaba del laburo y me traía un disco de The Chemical Brothers, algún disco de house o de Depeche Mode.  Y así empecé. Y es algo que siempre escuché. Siempre escuché de todo pero fue un poco volver a mis inicios como DJs, a los 14 años, cuando pasaba, escuchaba y producía música de pista. Creo que se dio después de madurar un poco y darme cuenta que era lo qué quería hacer y dónde quería estar como artista. Me di cuenta que mi lugar era la cabina, haciendo cosas largas y produciendo música para la pista. Eso es lo que realmente me apasiona.”

¿Y cómo viene?

“No me puedo quejar. Salió todo medio de la nada y tuve un gran año. En septiembre de 2017 empezamos a hacer música con Elio (Riso); se dio la oportunidad de empezar a tocar en Rio y un par de ciclos más; logré conseguir el apoyo de artistas como Carl Cox, Adam Beyer, Nicole Moudaber… Empezamos con los tracks a ver qué pasaba en la rama del tech house y algunas variantes, a conocernos un poco con Elio, ver qué queríamos hacer. Yo, escuchando toda la experiencia que tiene de años y años de cabina y él, consultándome algunas cosas técnicas de la producción. Y la verdad es que los temas están saliendo muy bien. Tenemos unos diez temas más terminados esperando para salir. Sacamos algunos en Stereo Productions, Natura Viva, Lapsus…”

Y más allá de las producciones, tuviste un buen año en la cabina por todo el país…

“Si, por suerte, tuve la suerte de tocar con muchos referentes del género como Loco Dice, Joris Voorn, Noferini, Victor Ruiz, Sidney Charles, Andhim, Eats Everything, David Morales… Todas fechas con internacionales muy fuertes. ¡No me puedo quejar! Mucho más de lo que me esperaba conseguir cuando empecé.”

No pasó tanto tiempo, un poco más de un año.

“Claro, mi primer fecha fue el 26 de noviembre de 2017. Un poco más de un año desde que empecé con todo. Mi proyección era mucho menor. Estaba haciendo unos temas con Elio y pensaba ‘Ojalá, este año pueda tocar en Rio’. Y, la verdad, se dio todo y tengo varias fechas confirmadas. Tengo propuestas de varias provincias que no me esperé que fueran a salir.”

“Lo que pasa en las provincias es bastante interesante. Yo no recuerdo que en algún momento haya habido tanta expansión como ahora.”

¿Cómo vivís esta realidad más federal de la escena? Con la exposición que tuviste en 2018, hay varias plazas de país que buscan llevarte a sus clubes, ¿verdad?

“Lo que pasa en las provincias es bastante interesante. Yo no recuerdo que en algún momento haya habido tanta expansión como ahora. En casi todas las provincias hay un evento grande por fin de semana muchos internacionales y muchos que viajan desde la capital. Y, además, se arman muchos nichos en todo el país, no sólo en las capitales sino en ciudades secundarias de cada provincia. Y eso está buenísimo porque hay gente que tenía que viajar mucho si quería ver a alguien que venía de afuera. Y ahora puede hacerlo en su ciudad, cada una o dos semanas. Eso va a ayudar mucho a nivel cultural, de acá a tres o cuatro años.

¿Y a nivel general? ¿Qué tan complicado es ser un argentino que triunfa en la escena global?

“Para mí, Argentina ocupa un lugar muy importante como escena latinoamericana. Todos los fines de semana hay fiestas grandes, hay festivales y artistas grandes que vienen todo el tiempo. Funcionan varios géneros y hay mucha oferta. Hay veces que no nos damos cuenta de lo que tenemos, o no podemos valorar todo lo que tenemos. Tenemos muchas opciones que en otros lugares no pasa. Quizás sería bueno que destaquemos un poco las cosas positivas porque si no siempre nos quedamos con lo negativo y, si bien hay que corregir siempre un montón de cosas, tenemos mucho de lo que enorgullecernos. Y a nivel artista, salir de Argentina es muy difícil. La realidad es que, como DJ, somos bastante competitivos por el dólar que tenemos pero, a la vez, estamos lejos. Entonces, para muchos, la única solución es viajar y armarse los tours. Pero yo creo que hay salida.”

¿Es algo que te ponés como objetivo?

“Sin dudas. Quiero ir por todo. Estoy convencido y estoy laburando para conseguir lo que quiero. Lucharé por llegar lo más lejos posible.”

Hay una parte que no se tiene muy clara… ¿Cómo hacés? ¿Cómo se plantea el objetivo y cómo se lleva adelante?

“MI cabeza está todo el día pensando qué hacer para ser mejor de lo que hago. Pero el objetivo creo que siempre termina siendo uno sólo: hacer música. Porque lo que reina es la música. Me puedo quemar la cabeza intentando conseguir fechas o armar movidas de marketing pero la realidad es que lo que queda, al final del día, es la música. Entonces, sé que el camino es muy simple: si hago buena música, me va a ir bien. Si no hago buena música, podré conseguir algunas fechas pero todo va a quedar ahí. Si yo realmente quiero trascender en lo que hago y proponer una carrera seria de acá a unos años, lo único que tengo que hacer es hacer música. Después, todo es una consecuencia que se va dando con la música. Si uno hace un buen tema y llega el apoyo de un grande, las fechas salen. Con música se llega. Finalmente creo que tengo la fuerza para darme cuenta y pensar las cosas así. Siento que esperé mucho y que mi momento es ahora.”

Se te ve cómodo con lo que ofrecés…

“Obvio. Porque me sale muy de adentro. Me siento y hago música. No fuerzo las cosas. Hago buena música. Después, el que la quiera poner, que la ponga. Si le va bien, tendré la suerte de que le va bien. Sino, será mala suerte. Analizo menos y hago un poquito más. Pasé años sobre analizando mucho todo y ahora termino uno y empiezo con otro, y sigo haciendo.”

“A medida que uno sabe más, pierde un poco de lo instintivo que tiene la música y se vuelve más calculador.”

Con varios años encima como profesor, sos bastante técnico a la hora de producir. ¿Cuánto te sirve el conocimiento técnico a la hora de producir y cuánto de creatividad alejada del conocimiento técnico?

“Es algo que hablo mucho con mis alumnos. A medida que uno sabe más, pierde un poco de lo instintivo que tiene la música y se vuelve más calculador. Entonces, a mí me pasa que, hoy en día, cuando tengo que sentarme a hacer música me cuesta mucho más sorprenderme e inspirarme que cuando empezaba. Y me parece que es algo que todos los que están empezando tienen que tratar de no perder nunca. Por el otro lado, si tenés algo en la cabeza, quizás lo podés bajar a tierra en diez minutos. Por eso, estoy tratando de adoptar nuevos métodos a la hora de la producción. Jugar con algunas máquinas, buscar elementos más instintivos, comenzar por puntos de partida diferentes… Como para divertirme y no pensar tanto.”

¿No tener una rutina ayuda?

“Un poco, sí. Soy bastante despelotado. No hago todos los días lo mismo porque no tengo una rutina fija y me busco huecos. Lo que ayuda a la creatividad es sentarse en diferentes momentos del día y no pensar ‘de lunes a viernes de 2 a 4 me siento a producir’. Está bueno, a veces, medirse y salir de los mismos aires. Pero creo que va más allá de la música y abarca todo en el mundo del arte.”

¿Aprendiste enseñando?

“Un montón. Me encanta enseñar. A veces, veo chicos que, empezando de cero, llegan a resultados a los que yo jamás hubiera utilizado porque van por otro camino. Romper algunas reglas puede funcionar y, como no tienen el conocimiento, emplean otros elementos y terminan saliendo cosas que me sirven mucho a mí. Aprendo mucho de las experiencias de otros y convivo con chicos que se desesperan por hacer música. Me alimento mucho del hambre que tienen los chicos por aprender. Eso me contagia y me da ganas.”

¿Y qué te depara para el futuro?

“El futuro es incierto y puede cambiar en cualquier momento, lo que hace mucho más interesante no saber con qué te vas a esperar…”