Varias mujeres denunciaron agresión sexual y acoso por parte de Derrick May

Varias mujeres denunciaron agresión sexual y acoso por parte de Derrick May

Una investigación de DJ Mag develó múltiples acusaciones sobre el DJ y productor de Detroit.

Noticias | Por DJ Mag Latinoamérica | 16 de noviembre de 2020

AVISO: el siguiente reportaje contiene información y testimonios explícitos de agresiones sexuales

Varias mujeres han entregado testimonios de agresión sexual y acoso, señalando directamente al mundialmente conocido DJ y productor de Detroit, Derrick May. Los testimonios, que se remontan a 20 años, sugieren que Derrick May ha abusado de mujeres en EEUU, Reino Unido, Europa y Nueva Zelanda durante este amplio periodo de tiempo.

Las mujeres que han decidido hablar con DJ Mag dicen que se sienten obligadas a compartir sus experiencias, después de darse cuenta que estas no eran casos aislados y que luego fueran compartidas en una “caza de brujas pública” contra May, que se ha desarrollado en redes sociales este año y que se ha intensificado en las últimas semanas. Michael James, un periodista y antiguo amigo de May, que tiene una larga batalla con el artista de Detroit sobre los derechos de la canción de 1987 “Strings Of Life’”, ha sido el que ha liderado gran parte de las acusaciones. Las alegaciones que James ha hecho contra May son numerosas y muy serias. En un post de Facebook, James ha llamado a May abiertamente “depredador sexual”, cosa que este último niega.

Ante estas alegaciones, May ha sido retirado del cartel de la Paris Electornic Week (PEW), además del fin de semana de celebración de Pascua en FAC51 The Haçienda en Londres, en 2021. Technopol, promotora detrás de PEW, ha dicho que “cancelaban su presencia a la espera de una aclaración formal” sobre las alegaciones de agresión sexual, mientras que FAC51 dijo: “May no estará en el line-up de este evento, esperando una aclaración de los recientes hechos”.

Las mujeres dicen que el estrés por las agresiones declaradas se ha magnificado después de que su información personal y elementos de sus testimonios fueran compartidos en redes sociales contra su voluntad, casi todas por el propio Michael James. Algunas declaran haber recibido mensajes denigrantes y hasta amenazas en redes sociales por parte de seguidores del DJ a posteriori, una experiencia que describen como “volver a vivir el trauma”.

Estas declaraciones de las víctimas llegan en un momento en el que se ha intensificado el debate sobre las agresiones sexuales y el acoso en la industria de la música electrónica. Después de que Erick Morillo fuera arrestado y acusado de agresión sexual en Florida, Estados Unidos, el 7 de agosto, y varias mujeres dieran un paso al frente declarando haber sufrido abusos por parte del DJ después de su muerte, el 1 de septiembre, hay varias preguntas que quedaron sobre la mesa: ¿Qué tan extendidas están las agresiones sexuales en la industria? ¿Por qué las víctimas no han hecho declaraciones hasta ahora? y, ¿Cómo las estructuras de poder de la industria permiten que esas agresiones ocurran y sean ignoradas incluso?

Después de un periodo de revivir estas experiencias traumáticas, algunas de las mujeres cuyas identidades trascendieron en redes sociales han decidido compartir ahora su experiencia: para poder retomar el control de su historia y con la esperanza de que otras mujeres que hubiesen podido ser víctimas del DJ, de 57 años, den un paso al frente.

Los nombres han sido cambiados para proteger sus identidades. Las historias se presentan en orden cronológico.

SOPHIA

Sophia tenia unos 20 años cuando conoció a Derrick May, en torno al año 2000, en Wellington, Nueva Zelanda. A través de su trabajo en una radio local, acabó metida en la escena local de house y techno y era invitada a diferentes fiestas con regularidad. Cuando le ofrecieron entradas para ir a ver pinchar a May, Sophia dice que se “emocionó mucho”, porque era “una gran fan”.

Sophia fue a la fiesta con una amiga y en cierto momento de la noche, cuenta que se encontraron en la zona VIP, del backstage. Entre los presentes, estaba May. Emocionada por “conocer a su héroe”, Sophia dice que se presentó al DJ y empezó a conversar con él. “Fue agradable”, dice Sophia. “Muy conversador. Estaba encantada”.

Después de conversar un rato, Sophia dice que May la invitó a ella y a otra chica, que estaba conversando con ambos, a sentarse en un sofá. Sophia alega que poco después de que se sentaron junto a May, él “metió sus manos bajo nuestros traseros y los apretó con fuerza”.

Sophia cuenta que saltó sorprendida y se alejó de May. “No puedo recordar exactamente que fue lo que dijo, pero recuerdo sentir como que me decía que me fuera a la mierda. Fue muy raro, empezó a reírse de forma siniestra”, cuenta. Sophia no conocía a la otra chica con la que se habían sentado y dice que no recuerda la reacción de ella. “Me fui de la fiesta y llamé a un amigo”.

“Estaba realmente conmocionada, pero mi amigo solo se rio. Supongo que, viéndolo en perspectiva, estas cosas pasan a menudo, pero esta ha sido la única vez que algo así me ha pasado con alguien en una posición de poder”, continúa. “Me han metido mano borrachos en fiestas, pero esto fue diferente. Realmente me impactó. Era muy joven e impresionable y yo realmente era fan suya. Fue terrible”.


Sophia cuenta que evitó ir a las fiestas donde May estuviera en el line-up y dejó de escuchar su música después del incidente. Dice que se sintió obligada a alzar la voz después de que otras mujeres hablasen de su experiencia con el DJ en redes sociales.

“Pensé que quizá habría otra mujer a la que esto le pudiera haber pasado, que nunca había dicho nada, pero que quizá se sienta con fuerzas después de leer este reportaje y piense: ‘Vale, no estoy sola, ya no tengo miedo’”, concluye.

TANIA

Tania conoció a Derrick May en 2002, cuando ella trabajaba para un sello discográfico en el Reino Unido. El sello había contactado al DJ para un potencial proyecto. “La primera vez que le conocí, me pellizcó el culo y me dijo que le recordaba a una amiga”, dice Tania. En ese momento, no le dio importancia al hecho, porque “cosas como esa pasan todo el tiempo”.

La reunión resultó en que Tania y su jefe llegaron a un acuerdo con May. Unas semanas después, a finales de 2002, Tania llegó a Detroit para entrevistar a May y revisar sus archivos, como parte del proyecto. Describe llegar a las oficinas del sello de May, Transmat Records, como un “torbellino”.

“Aterricé y me llevaron directo a las oficinas de Transmat, en lugar de ir al hotel”, explica Tania. “Derrick estaba allí. Me dijo ‘hola’ y me mostró la oficina antes de llevarme a su loft. Me estaba mostrando sus discos de oro, su grabadora reel-to-reel Fostex y todo esto tenía que ver con el proyecto que estábamos haciendo. Todo eso fueron como 10 o 15 minutos, fue un auténtico torbellino”.

Después del breve tour, Tania dijo que May la llevó a la parte de atrás de la oficina y le explicó que no podía discutir el proyecto con ella en ese momento, porque tenía una reunión programada con su socio. Le sugirió que esperase en el loft hasta que él hubiera terminado. “No quería volver a su apartamento, porque había un hombre allí, limpiando la terraza exterior, que pensé que parecía un drogadicto y me hacía sentir incomoda”, relata Tania.

“Me dijo que me llevaría allí y que le diría al hombre que limpiaba que se fuera, así que dejamos la oficina y nos fuimos a su casa, al lado, de nuevo. Estaba subiendo las escaleras, delante de él, quizá unos cinco o seis escalones por delante, cuando sentí todo el peso de su mano sobre mi cabeza. Me giró y me sentó en las escaleras con un solo movimiento y se sacó el pene con su mano”.

“Llevaba en Detroit menos de una hora y ya estaba sentada a menos de diez centímetros de su pene. Me miró y se rio. No sabía qué hacer. No conocía a nadie allí. No sabía cómo llamar a la policía ni nada parecido, así que intenté usar el humor como táctica disuasoria. Le pregunté si tenía que sentirme impresionada con esa mierda y le dije que alejase su miembro de mi cara”.

Tania dice que May “retrocedió” después del incidente y que el resto del viaje se desarrolló sin otros eventos de este tipo y consiguió terminar las entrevistas para el proyecto para el que había ido. Durante su estancia en Detroit, sin embargo, May había estado intentando ganar el contrato de un festival de música electrónica estadounidense – y Tania comenta que en repetidas ocasiones dijo que, si él ganaba el contrato, quería que ella trabajase programando el evento.

“No me lo tomé en serio”, dice. “El solía decir un montón de mierda. Pero a principios de 2003 recibí una llamado de Derrick diciéndome que había ganado el contrato y preguntándome si quería ir a trabajar con él”. La llamada llegó en un momento complicado para Tania. El viernes anterior, había perdido su trabajo y ese fin de semana sus padres confirmaron su separación. “Fue una decisión impulsiva, pero pensé: ‘No tengo nada más en marcha, no tengo trabajo y es una aventura. Así que vamos a ello’”.

Tania viajó a Detroit para empezar a trabajar a principios de marzo de 2003. Describe los siguientes meses antes del festival como un “caos”. Cuenta que pasó su primera noche en Detroit en una casa sin amueblar y sin calefacción que tenía May en Farmington Hills, ya que nadie había organizado alojamiento para ella en la ciudad. Después de dormir en sofás de diferentes miembros del equipo durante unas noches, acabó compartiendo habitación con uno de los organizadores del festival, durante el resto de su estancia. “Acabó siendo un buen amigo, pero obviamente compartir habitación con un extraño no era para nada lo ideal”, dice Tania.

Tania también cuenta todo el acoso y abuso que vino trabajando con May. “Era un déspota y hacía muchos comentarios gratuitos”, dice. “Era el tipo de tío que intenta tocarte los pechos o meterte las manos en los pantalones o incluso abusar física y verbalmente de otras personas en la oficina. Todo lo que hacía estaba diseñado para intimidar a todo el mundo.”

“Siempre buscaba menospreciar todo lo que intentábamos hacer. Siempre se comportaba de forma abusiva. Intentabas tener una reunión sobre presupuestos mientras él estaba allí, intentando tocarte los pechos o hablar sobre sus encuentros sexuales con otras mujeres”.

“Incluso, cuando no estaba en la oficina, era sexualmente agresivo. Hacía cosas como llamarme jadeando, diciendo que estaba teniendo sexo con alguien – comentarios que sentía estaban hechos para ser provocativos”.

Tania alega que May la ponía habitualmente en situaciones “peligrosas o incómodas”, que luego trataba como si fueran “bromas”. “Todo es una broma para este tío”, dice, “pero si intentabas explicarle lo mucho que te estaba intimidando o lo inapropiado de la situación, o bien se reía o bien cambiaba de comportamiento y se volvía un tipo súper agradable durante las próximas 24 horas, diciendo que solo estaba jugando y que no era gran cosa”.

Tania cuenta que el comportamiento tóxico de May, junto a los problemas que hubo debido a que la ciudad de Detroit retiró los fondos y que artistas empezaron a caerse del cartel, llevó a que el festival casi no se hiciese en 2003 y solo se llevó a cabo gracias a que gente como ella y la comunidad musical local lo hicieron posible. A pesar de habérsele prometido un sueldo, a Tania nunca le pagaron por su trabajo en el festival de 2003 – en ese momento, dice que se prometió nunca volver a trabajar para May.

Sin embargo, en 2004, el mismo equipo de gente la llamó para programar otro festival. El director le prometió que recibiría un pago de unos 20.000$ – no solo los gastos, como en la edición anterior – y que podía llevar a cabo la mayor parte del trabajo desde Reino Unido, donde no tendría contacto con May.

“Solo fue a Detroit dos veces en 2004 – una vez durante una semana y otra para la celebración del festival en primavera – así que tuve muy poco trato con Derrick, ya que físicamente no me puse en esa situación”, relata. “Derrick tampoco estuvo mucho por allí ese año, lo que hizo que lo de 2004 fuera más fácil de digerir, porque los comportamientos abusivos desaparecieron”.

A pesar de las garantías que el equipo le dio a Tania de que se le pagaría, ella cuenta que el dinero no llegaba y cuenta que May se volvió “beligerante, brusco y abusivo” antes de decirle “que no me iban a pagar una mierda”.

Tania cuenta como renunció, una vez más, para que nadie le pagara su trabajo. Pero tres meses después se encontró con May en una boat party en Londres a la que fue con unos amigos, donde el DJ invitado sorpresa era él. Tanto Tania, como una amiga que fue con ella a la fiesta, dicen que May fue abiertamente sexual y despectivo al hablar con ellas.

Tania recuerda que May estaba “bebiendo de una botella de vino tinto”, cosa que recuerda como algo rarísimo, ya que él casi nunca bebía alcohol. Cuenta que después de unas horas de la fiesta, May fue hacia su grupo de amigos, golpeó la botella de vino contra la mesa y dijo: “Esto es para Tania, para agradecerle que me dejase follarla todas esas veces”. Tania describe este comportamiento y los comentarios como “una mentira” e “intimidatorios”, añadiendo que “fue muy agresivo”.

En cierto momento, Tania vio a como el promotor le pagaba a May en efectivo y que él vio como ella se daba cuenta. Después del evento, dice que recibió una llamada de May. Le dijo que le habían pagado por el evento por el que fue a tocar a Londres, así que podía ir a por el dinero que él le debía a su hotel.

“‘Joder, claro que quiero que me pague’”, recuerda Tania decirse a sí misma. “Que no me pagasen en dos años tuvo un efecto dominó: perdí mi apartamento en Londres por eso, así que sentí que tenía que ir y cobrárselo”.

Tania fue a encontrarse con May en su habitación del hotel, a principios de la noche y que “en cinco minutos empezó con sus tonterías, en faltarme al respeto y a dejarme claro que no me iba a pagar”. Tania cuenta que, cuando se iba de la habitación, May bloqueó la salida y que la agredió sexualmente.

“Él es más alto que yo, así que cerró la puerta con su mano por encima de mí”, dice. “Yo llevaba un mono de cuerpo entero, con manga larga y cremallera, y él intentó bajármela. Conseguí darle una patada en sus testículos y empujarle, pero si no hubiera hecho eso no creo que me hubiera podido escapar. Creo que ese momento hubiera terminado de forma totalmente diferente”.

Tania dice que “enterró” la experiencia e intentó recomponer su vida y no ha visto o hablado con May desde ese día. Se ha sentido obligada a alzar la voz después de que su nombre real y elementos de su historia se hubieran compartido sin su consentimiento en redes sociales. “Era la primera vez que hablaba en años”, dice Tania. “Me hizo sentir estúpida, al recordarlo. Lo estúpida que fui al subirme al avión y no irme de Detroit después del primer incidente”.

“En lo que reflexiono ahora – cuando me oigo decir cosas como ‘Oh, bueno, lo dejé pasar cuando intentó tocarme los pechos porque no era el primer tío que lo intentaba hacer’ – es que te das cuenta de que es como las mujeres sobreviven en esta industria. Hemos aceptado, bien sea de nuestros jefes, un artista famoso o incluso compañeros de trabajo, que la gente es capaz de ser así hasta el punto de dar miedo y eso puede escalar hasta el abuso o la agresión”.

LARA

Lara conoció a Derrick May en Reino Unido, en 2004, cuando era adolescente. Era una gran fan de May y estaba emocionada de poder verlo actuar en su club favorito, con un grupo de amigos. Lara y sus amigas estaban bailando en frente a la cabina del DJ, donde dice haber llamado la atención del DJ. Dijo: “Os veo después, chicas”.

El grupo, a menudo, se quedaba en el club después de que la noche hubiera terminado, donde tomaban algo y decidían qué hacer después. Lara dice que, en esta ocasión, May se les unió y empezó a hablar con ellas, antes de invitarlas a su hotel para un after party. Emocionadas, las chicas aceptaron y preguntaron si podían llevar a sus amigos.

“Dijo que podíamos llevar a nuestro amigo, que estaba allí con nosotras, y que los demás podían unirse después”, dice Lara. “Nos subimos a un taxi juntos y solo me acuerdo de que todo era muy emocionante. Yo era una friki de la música, así que empecé a preguntarle un montón de cosas sobre sus tracks. Estábamos teniendo una gran conversación. Era surrealista”.

“También era una gran fan de Carl Craig y Derrick me dijo que le podía llamar para que pudiera hablar con él por teléfono. Estaba realmente muy emocionada – sentí que este era como un momento de esos de tachar de tu lista de experiencias, cuando conoces a tus héroes musicales”.

Cuando llegaron al hotel, Lara dice que el grupo fue a la habitación de May y que él pidió un par de botellas de vino para compartir con todos. “Estábamos conversando sobre música y política y riéndonos”, cuenta Lara. “Estuvimos allí durante un par de horas, bebiendo vino y hablando. Me acuerdo que el sol empezó a salir y que estaba muy contenta, diciéndome ‘esto es genial, que experiencia tan maravillosa’”.

Lara cuenta como, de pronto, se sintió extremadamente cansada, “como si tuviera que cerrar los ojos”. Se fue a sentar en la cama, donde dice que se desmayó. May, en ese momento, le sugirió a su amigo que se fuera, poco después de que Lara se fuese a la cama, dejándolo a él con las dos jóvenes.

Lara cuenta: “Lo siguiente que recuerdo es que alguien me estaba tocando en mi costado. Abrí los ojos y recuerdo sentirme muy desorientada. Vi a Derrick de pie delante de mí, totalmente desnudo y con una erección. Antes de que pudiera decir nada, me besó y me metió la lengua hasta el fondo de la garganta. Me impactó mucho. Le dejé claro que no quería eso”.

May se apartó de ella y Lara le dijo a su amiga que se tenían que ir. A medida que ambas chicas empezaron a recoger sus cosas, Lara cuenta que Derrick enloqueció: “Se sentó en la cama, se puso las sábanas sobre su parte inferior y empezó a insultarme. Estaba gritando, insultado mi apariencia. Sentí que simplemente decía lo que fuera con tal de atacarme”, continúa.

“Recuerdo pensar ‘esto es surrealista, estoy teniendo una discusión con Derrick May, que es suficientemente mayor para ser mi padre, y está desnudo en la cama delante de mí’. Cuando estuvo claro que nos íbamos, me lanzó esta mirada de loco, como si me estuviera deseando la muerte. Fue realmente intimidante. Luego, me dijo con furia: ‘No quiero volverte a ver nunca’, mientras me iba de la habitación”.

Lara cuenta que ella y su amiga se fueron del hotel y como Lara fue a encontrarse con una amiga, a la que llamó llorando, en un after party. La amiga recuerda a Lara “realmente conmocionada” y “llorando a moco tendido, en mitad de la fiesta, con 30 o 40 personas”.

Lara cuenta que este incidente tuvo un impacto duradero en su vida. “Perdí muchas clases después de eso, estaba en mi último año de bachiller”, cuenta. “Me sentía una idiota y realmente me culpé mucho por ser tan ingenua. Era como si de pronto hubiera tenido que madurar y ver el mundo por lo que era. Me afectó mucho durante unos cuantos años”.

“Antes de que esto pasara, quería ser DJ y había estado ahorrando para comprarme unas bandejas pero sentí que la había cagado antes de empezar. Me preocupaba encontrarme con él en persona y que me gritase o se molestase por verme. Sentí que él tenía el poder de decir ‘quitad a esta chica del cartel’ o ‘ponedla en la lista negra’ si veía mi nombre en un line-up, lo que ahora suena ridículo. Pero, realmente, pensé que era así de poderoso”.

Lara cuenta que dejó este incidente atrás hasta hace poco, cuando se dio cuenta de que otras acusaciones circulaban sobre May en redes sociales – lo que le hizo darse cuenta de que no estaba sola. “Durante años pensé que era la única persona a la que le hizo esto”, dice Lara. “Creo que es una persona horrible”.

LISA

En marzo de 2008, Lisa estaba trabajando como becaria en un hotel boutique de Ámsterdam. La joven estaba en ese puesto de trabajo como parte de su grado en gestión hotelera y trabajaba en la recepción cuando Derrick May hizo el check in para un show en la Powerzone.

“No sabía quién era, pero mi supervisor estaba emocionado, porque era un DJ muy famoso”, dice Lisa. “Cuando llegó, hice el check in y hablamos un poco. No sabía absolutamente nada de él, así que le preguntaba lo típico. Me dijo que era DJ y que ya se había quedado en ese hotel en otras ocasiones”.

Lisa dice que acompañó a May a su habitación, en el segundo piso, mientras “conversábamos de forma profesional y amigable” sobre su trabajo y ella le contaba como su novio trabajaba en la industria.

“Era el procedimiento estándar en el hotel, llevar a los huéspedes a su habitación. Algunas veces, las habitaciones necesitan ciertas instrucciones, como explicar cómo funcionan las luces o dónde está la caja fuerte”, explica Lisa. “Cuando llegamos a su habitación, le abrí la puerta y el cerró tras de mi, así que nos quedamos dentro. La habitación era grande, con forma de L, y empecé a caminar hacia delante, señalándole cosas, sin pensar en nada en particular en ese momento”.

Lisa continúa: “Entré al baño para enseñarle las instalaciones y cuando me di la vuelta, estaba ahí de pie, bloqueando la puerta, con una erección y su mano en su entrepierna. Dijo: ‘mira como me excitas’. Intenté esquivarle para ir a la salida, pero me cogió y me puso contra la pared. Me mantuvo allí y puso su rodilla entre mis piernas, acorralándome contra la pared.

“Fue ahí cuando empezó a manosearme. Me restregó su pene, mientras me tocaba por todas partes: mi trasero, mi ropa, mis pechos y mi vagina. Intentó meterme mano por todas partes y besarme.

“No sé exactamente qué pasó a continuación, pero soy alta y fuerte, así que después del shock inicial, solo le empujé. Se estaba intentando quitar los pantalones y me dijo: ‘Quiero follarte, eres muy sexy, estoy muy cachondo’. Le dije que no, le empujé… él tenía los pantalones medio bajos, y me fui de la habitación. Cuando iba hacia el ascensor, abrió la puerta y me dijo: ‘Qué pena que te vayas, pero me encanta verte marchar’”.

Reflexionando sobre el supuesto incidente, Lisa dice: “Fue agresivo y premeditado. La puerta estaba cerrada y yo estaba encerrada en la habitación. Esperó hasta que estuvo a solas conmigo y, básicamente, me atacó”.

Lisa dice que volvió a su puesto de trabajo, en la recepción, temblando y enervada por el estrés. Un colega, que estaba trabajando con Lisa esa día, recuerda que su actitud “cambió completamente” de ser “alegre y energética” a parecer alguien “muy frágil”.

Eventualmente, Lisa le contó el incidente al manager de turno, después de que sus compañeros se preocupasen por su cambio de actitud. Lisa dice: “Estaba muy molesto y dijo que iba a hacer que baneasen a May del hotel. Estaba realmente cabreado y frustrado. Yo en lo único que pensaba era que esto no impactase en mi nota o en mi puesto de trabajo, así que intenté calmarle.”

“Me cambió el turno de trabajo, para que no tuviera que venir a trabajar al día siguiente cuando May hiciera el check-out, pero por lo que sé no ocurrió nada después de mi queja. El supervisor me prometió hacer una nota en el sistema, diciendo que Derrick May nuca debía de ser acompañado a su habitación por una mujer sola de nuevo”.

Lisa dice que, 12 años después, el incidente todavía viene a su memoria. Decidió contarlo después de ver cómo surgían diferentes acusaciones de acoso y abuso sexual hacia May en redes sociales este año.

“Hay veces en que pienso si hice algo mal. Si coquetee con él o si le dí señales equivocadas. Empiezas a dudar de ti misma, pero solo estaba siendo amable. Te dices a ti misma que no deberías exagerar y que no es tan malo, que fue un incidente aislado que nunca más volverá a ocurrir – pero cuando vi que había acusaciones de otras mujeres, pensé: ‘¡Hijo de puta! ¿Por qué no dije nada?’.

“Ahora pienso que nadie va a saber cómo es él si no hablo. Si todos se quedan callados él se va a salir con la suya. Pasó, es una mierda, pero quiero hablar ahora porque si no lo hago la gente no se va a enterar”.

Lisa ha registrado una declaración verbal a la policía de Ámsterdam, que han tomado nota de la acusación por escrito. Sin embargo, para que puedan realizar una investigación formal, tiene que volver a Países Bajos y hacerlo en persona, ya que ya no vive en el país.

Desde que sacase su post expresando que tuvo “una mala experiencia” con Derrick May y que este fuera ampliamente compartido en redes sociales, Lisa ha recibido insultos de un gran número de fans de May – algo que, según ella, ha empeorado una experiencia ya de por sí traumática.

“La gente ha estado diciendo mierdas realmente crueles, como que ‘solo eres una busca vidas que se folla a estrellas y ahora te arrepientes de lo que hiciste’. Gente que no me conoce o no sabe nada de mí o de lo que ocurrió, solo por un post de Facebook diciendo que había sido agredida. Siento que el mundo me echa la culpa solo por hablar de lo que pasó”.

En respuesta a estas alegaciones, Derrick May ha dicho:

“Como hombre negro que trabaja en una industria dominada por blancos y abiertamente sesgada y parcializada, ¿se espera que aprenda la dolorosa lección de que no hay tal cosa como la verdad, la justicia o que se me juzgue con objetividad?

“¿Cuándo acabará la larga historia de la criminalización de la sexualidad de los hombres afroamericanos?

“¿Debería colaborar, bajo coacción, con mi propia victimización, a manos de una prensa abiertamente hostil que amplifica los supuestos temores de mujeres privilegiadas y anónimas en un linchamiento por internet?

“No tengo interés en legitimizar estas distorisiones.”

“Las mujeres son las que dan la vida y, como tales, deben ser protegidas y no explotadas. Yo vivo por y para esas palabras.”

Artículo traducido por Eduardo Pérez Waasdorp del original “Multiple women report sexual assault and harassment by Derrick May” escrito por Ellie Flynn.