Rosalía impacta en la cultura techno con “Berghain”: electrónica sinfónica y experimentación

Rosalía impacta en la cultura techno con “Berghain”: electrónica sinfónica y experimentación

La artista presenta “Berghain”, una pieza que fusiona electrónica, orquesta y espíritu de club junto a Björk y Yves Tumor.

Noticias | Por DJ Mag Latinoamérica | 28 de octubre de 2025

La escena electrónica global acaba de recibir un cimbronazo inesperado. Rosalía, una de las figuras más versátiles y disruptivas del pop contemporáneo, estrenó “Berghain”, un single que dialoga con la cultura de club desde un lugar poco habitual: la hibridación entre dramatismo orquestal, experimentación vocal y estructuras que recuerdan al suspenso del techno melódico. Bajo la dirección orquestal de la London Symphony Orchestra y con la participación de Björk y Yves Tumor, la pieza se configura como un ensayo sonoro de múltiples capas: industrial, sinfónico y profundamente estético.

El guiño directo al legendario club berlinés no es superficial. Berghain funciona como símbolo universal de resistencia cultural, nocturnidad radical y libertad identitaria dentro del techno. En la canción, ese imaginario se convierte en metáfora: la intensidad de la pista se reinterpreta con violines, percusión orgánica y arreglos vocales que rozan la ópera. El resultado es un lenguaje híbrido que expande los límites de la electrónica sin necesidad de caer en el 4/4 tradicional.

Visualmente, el videoclip profundiza esta idea: un cuerpo musical —literalmente, una orquesta— persigue a la artista por espacios cotidianos, como si la experiencia clubber fuera imposible de desligar de la vida diaria. El contraste entre lo doméstico y lo monumental recuerda a esa energía que encuentran los DJs cuando la pista se detiene, pero la música sigue resonando internamente.

La colaboración con Björk —referente absoluto de la experimentación electrónica— suma un componente de linaje cultural. Su presencia legitima la dimensión exploratoria de la pieza y subraya la sensibilidad nórdica hacia la música-arte. Yves Tumor, por su parte, aporta el edge noise, queer y performático que atraviesa a buena parte del clubbing contemporáneo. La química entre las tres voces ofrece un puente generacional e ideológico dentro del panorama electrónico.

Lux, el próximo álbum de Rosalía, promete extender esta dicotomía entre música clásica y pulsión de club. Según medios internacionales, se dividirá en cuatro movimientos y buscará una narrativa sonora que dialogue con la tradición sinfónica, sin abandonar su ADN pop. En medio de un auge global del techno melódico y el club cinematográfico, “Berghain” se siente oportunamente alineada con las nuevas sensibilidades de la pista: intensidad emocional, arreglos instrumentales complejos y un enfoque casi ritualista de la danza.

Para la cultura electrónica, este lanzamiento no es una simple curiosidad pop. Propone una tesis: la pista también puede conmover sin beat constante; la emoción puede venir de una progresión de cuerdas tanto como de un kick contundente. Es una señal de época para DJs, productores y programadores de festivales, invitándolos a incorporar —o al menos considerar— dinámicas que conecten lo sinfónico con el clubbing.

Si algo demuestra “Berghain”, es que la electrónica contemporánea tiene aún espacio para expandirse hacia lo teatral, lo orquestado, lo sensible. Quizás, como sugiere el video, la música que marca la noche no se queda en la puerta del club: nos acompaña después, resonando en los pasillos, transformando lo cotidiano en obra.

Con este movimiento, Rosalía deja un mensaje contundente para la escena: la pista no es sólo baile. También puede ser arte total.